Solitaria vuelta al ruedo para El Fundi en la novena corrida de la Feria de Abril
Los toros de Garcigrande no propiciaron el lucimiento del madrileño ni de Morante de la Puebla y Sebastián Castella
FERNANDO CARRASCO / sevilla
raúl doblado
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El noveno festejo de la
Feria de Abril se ha saldado con una solitaria vuelta al
ruedo para el madrileño José
Pedro Prados «El Fundi», que
se ha despedido esta tarde de la afición sevillana tras 25 años de matador de toros.
Ha sido, quizá, lo más destacado de una corrida condicionada por el poco juego
de los toros de Garcigrande
y Domingo Hernández,
que no se han empleado nunca y les ha faltado acometividad y raza para
embestir.
El
Fundi ha tenido en su primero el de mejor son, aunque un punto tardo. El de
Fuenlabrada ha construido una faena voluntariosa pero en la que ha faltado algo
más de empuje a la hora de ligar por parte del torero. Al finalizar su labor ha
sido ovacionado.
Al
quinto, al que le ha dejado un quite por chicuelinas tras el primer puyazo, que
ha sido replicado por cinco verónicas y una media de Morante de la
Puebla, le ha consentido mucho durante una
faena muy larga en la que los mejores momentos han llegado, de uno en uno,
toreando al natural. La gente ha pedido la música, que ha sonado al final del
trasteo, encarándose Fundi con el director de la banda para que dejase de
tocar. La faena ha ido a más y tras un pinchazo y una estocada ha habido
petición que no ha atendido la señora presidenta, dando el torero la vuelta al
ruedo.
Morante
de la Puebla,
que volvía al coso del Baratillo tras su presencia el Domingo de Resurrección, ha tenido dos toros a
contraestilo. Su primero no ha roto nunca y el torero, visiblemente
contrariado, ha tirado por la calle de enmedio tras un breve trasteo que no ha
gustado al respetable.
El
quinto embistió cruzado de salida y sin fijeza. Lo intentó Morante con el
capote e incluso con la muleta, en una faena en la que puso empeño y dejó, al
menos, un par de derechazos enjundiosos. Demasiado para el toro que ha tenido
enfrente. Ha matado de media estocada a paso de banderillas y ha sido pitado.
Sebastián Castella ha
estado anodino toda la tarde, y aunque se ha esforzado en sus dos toros, la
cosa no ha pasado a mayores. A su primero le ha construido una faena larga y
deslavazada con algunos momentos más entonados, pero nada más. Lo mismo se
puede decir del sexto, un toro que nunca se ha entregado y con el que el
francés ha estado, en varios pasajes, demasiado pesado y plúmbeo.
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