Tarde de expectación en Aguascalientes

Luis Jaime Santos

 
 Ante un  espectacular lleno hasta las banderas, que se preveía desde temprana hora cuando las taquillas mostraban el letrero inspirador de localidades agotadas, los alternantes del cartel de hoy se esforzaron ante un encierro de Begoña que a pesar de lucir en pintas, mostraron particular descaste.

Como prefacio de la obra taurina de hoy, el rejoneador Jorge Hernández Garate lidió un ejemplar de la misma ganadería, mismo que aparentaba ser "burriciego". Esta pudo ser razón por la que el rejoneador tuvo que dejarle sentir de mas la presencia de sus cabalgaduras para encelarlo y hacerlo embestir, ocasionándole un par de golpes a sus caballos, los que afortunadamente no perdieron el tranco y se salvaron de una cornada o un tumbo. El rejoneador estuvo muy animoso e intentó de múltiples maneras conectar con un público que quizás por lo pobre del desempeño del toro y por la expectación de ver a los de a pie poco le aplaudió. Mató tras un pinchazo.
Julián López El Juli, siempre serio y mostrando con esto su nivel de compromiso ante el respetable y su inclusión en los carteles de esta feria, desarrolló una interesante faena en el primero de su lote. Hizo gala de mando al meter en la lidia a un toro magnificamente bien presentado que desde el capote mostró clara tendencia a salir distraído tras cada encuentro. Su gran técnica y sitio permitieron que con un par de tandas ligadas el público coreara estruendosos olés. No tuvo suerte con la espada y saludó en el tercio.

Con su segundo enemigo nada pudo hacer. Destacó la poca presencia de cuernos del mismo, por lo que fue intensamente pitado por el respetable pidiendo su cambio, aunque el Juez de Plaza no lo concedió. Tras estos sucesos El Juli regaló un ejemplar de reserva que tampoco se prestó para el lucimiento por su clara mansedumbre.



Juan Pablo Sánchez desarrolló con el primero de su lote una faena de mucho valor, de tremendo aguante y sobre todo con mucha transmisión al tendido. El de Begoña lo cazaba en cada embestida, sin embargo el torero no se inmutó y a pesar de no haber podido ligar, logró pases con temple. Destacó el brindis al primer espada Julián López "El Juli". Escuchó palmas en el tercio.

Corrió en su segundo con la misma suerte y nada pudo hacer que fuera de lucimiento, sin embargo tuvo que duplicar su nivel de valentía ante un ejemplar que no le perdonaba el error y que en todo momento sabía lo que dejaba detrás de él. Abrevió y tuvo silencio.

Arturo Saldívar no podía quedarse atrás y como si fuera copia al carbón tuvo que vérselas con un ejemplar -el primero de su lote, un castaño y de linda estampa- que si bien no mostró malas ideas, terminaba la suerte con la cabeza arriba y no repetía como el torero hubiera deseado. El torero le expuso mucho para lograr que el toro embistiera, cosa que le ocasionó una voltereta, y que a razón de ser sinceros, su ángel de la guarda le ha hecho un quitazo, ya que el toro lo levantó por la corva de la pierna derecha claramente con la punta del pitón. No le pegó la cornada de milagro; y tras esto se levantó sin mirarse la ropa y le pegó dos sabrosas tandas, una por naturales y otra por derechazos al natural -sin el ayudado- mismas que fueron fuertemente coreadas. De haber acertado con la espada seguro habría tocado pelo, sin embargo no tuvo suerte y saludó en el tercio.

El segundo de su lote fue protestado con fuerza desde su salida por comportarse descaradamente manso, distraído, barbeando las tablas y huyendo de torero y subalternos; el público lo protestó y al armarse tremenda bronca la autoridad no tuvo más remedio que cambiarlo. A pesar de esforzarse con el primer reserva, recibiéndolo de hinojos hasta por tres ocasiones, llevándolo al caballo y procurando encender al público, invitando a Juan Pablo a hacer un quite tras el propio, su faena se vino a menos por la poca calidad del ejemplar. Nuevamente no tuvo suerte con la espada y todo terminó en silencio.