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domingo, 13 de mayo de 2012


Barrera y Adame, premio al esfuerzo

Por: Juan Antonio de Labra | Foto: Landín-Miranda
Aguascalientes, Ags.


La penúltima corrida de la feria mantuvo el interés del público, que alentó a los toreros de un cartel de cuatro espadas. Y la suerte, aún sin volcarse con nadie, abrió posibilidades de ver algunas faenas entonadas y recias, donde la voluntad de los toreros estuvo por encima del juego de los toros de La Estancia, de los que ciertamente se esperaba mucho más tras el excelente juego que dieron en la pasada Temporada Grande de la Plaza México.

A final de la tarde, Antonio Barrera y Gerardo Adame cosecharon sendas orejas; premios dignos al esfuerzo desplegado.

La faena de mayor redondez la hizo el joven Adame, un torero de abigarrado estilo, que se "enconcha" de hombros y pecho, y se queda quieto para correr la mano con enjundia y una fuerza interior que le llega fácilmente al público.



Si en la corrida de la Oreja de Oro que se marginó de llevarse el trofeo por sus fallos a espadas, ahora echó el resto para no pasar inadvertido en su segunda y última comparecencia, y dejó satisfecha a la parroquia con dos faenas de corte similar, en las que evidenció su lógica falta de rodaje, pero, por otra parte, una raza indómita.

El trasteo al cuarto toro de la corrida fue más redondo, ya que el de La Estancia tuvo nobleza y se rebozó en las primeras series de redondos. Atornillado sobre la arena, Gerardo corrió la mano a placer en muletazos que calaron en el tendido. Y se adornó con pases cambiados por la espalda, dosantinas y otros recursos.

La contundente estocada que colocó al segundo intento, no le arrebató la valiosa oreja de las manos, y fue de esta manera como consiguió el objetivo anhelado desde la tarde anterior.

Motivado en exceso y con el favor del público jugando de su lado, enfrentó al octavo con la misma determinación en una faena tan valerosa como intermitente que ya no pudo coronar con la espada.



 
Barrera venía de lidiar dos toros muy complicados de La Venta del Refugio con los que no había estado centrado, así que hoy el compromiso era doble porque era necesario sacarse la espina.

Y si con el incierto y reservón primero no consiguió redondear, además de que estuvo errático con la espada, en el cuarto, un toro hondo y de amplio pecho, sufrió una aparatosa voltereta que dio la impresión de que lo había dejado fuera de combate.

Sin embargo, el aguerrido sevillano regresó de inmediato de la enfermería, adonde se lo habían llevado maltrecho y dolorido del hombro izquierdo, para plantarle cara al de La Estancia al que terminó cortando una apéndice gracias a la hombría que el público supo reconocer.


Oliver Godoy también tiene valor sereno, y sin hacer mucho ruido avanza en la profesión. Se le nota muy despejado de la cabeza y tiende a hacer las cosas con temple, aunque también con un dejo de frialdad que no le permite entusiasmar demasiado al público.

No obstante, hay que anotarle un buen trazo a la verónica y un amplio sentido de la colocación a la hora de ligar los pases en un palmo. Fue así como logró los mejores pasajes de ambas faenas, con dos toros inciertos que terminaron rajándose.



El tapatío tampoco estuvo fino a la hora de manejar los aceros, y se esfumó la posibilidad de cortar una oreja. De cualquier manera, apunta disciplina y voluntad, además de un valor importante, cualidades que le permitirán abrirse camino en esta dificilísima profesión.

El ímpetu carismático de Israel Téllez se estrelló con dos toros sin posibilidades de lucimiento, y hoy sólo pudo lucir en determinados momentos de una actuación complicada por las condiciones adversas de sus oponentes a los que banderilleó con solvencia y alegría.

Y nadie la podrá echar en cara que no lo intentó, pues al segundo toro de la corrida le buscó las vueltas decididamente, en una faena un tanto eléctrica pero emotiva de cara al público. El sexto se desfondó demasiado pronto y no hubo forma de levantar el desánimo de la gente.

Mañana concluye el ciclo sanmarqueño con otra corrida de ocho toros, procedentes de la ganadería de Celia Barbabosa. Ojalá que los cuatro espadas corran con mejor suerte, un factor que cuenta mucho en este azaroso y mágico espectáculo.
Ficha
Aguascalientes, Ags.- Plaza Monumental. Decimocuarta corrida y decimosexto festejo de feria. Un poco menos de un tercio de entrada (unas 5 mil personas) en tarde calurosa y con intermitentes ráfagas de viento. Ocho toros de La Estancia, disparejos de hechuras y de poco juego en su conjunto, de los que destacó el 4o. por su nobleza. Pesos: 467, 493, 462, 498, 513, 465, 500 y 497 kilos. Antonio Barrera (verde manzana y oro): Silencio tras dos avisos y oreja. Israel Téllez (lila y oro): Ovación y silencio. Oliver Godoy (celeste y oro): Plamas y silencio. Gerardo Adame (perla y pasamanería blanca): Oreja y silencio tras aviso. Tras dar muerte al 5o, Antonio Barrera pasó a la

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