Páginas

sábado, 12 de mayo de 2012


FERIA DE LA VIRGEN

El Cid, su zurda y Aguilar ponen el argumento en Valencia

El sevillano, que pierde con el descabello la oreja del quinto, dio una vuelta al ruedo tras petición en su primero; ovación para una importante y meritoria faena de Aguilar en el tercero

Juan Bautista

Por Ángel Berlanga
Fotos. Rullot
Desigual corrida de Victorino Martín, con un toro bueno -el quinto- y otro muy peligroso -el sexto-.
El toreo al natural de El Cid en sus dos toros y la solidez de Alberto Aguilar ante el tercero han sido las dos notas más destacadas del festejo celebrado esta tarde en Valencia, donde se ha lidiado un desigual -en presentación y juego- encierro de Victorino Martín que contó con toros buenos como el quinto, otro muy complicado como el sexto, algunos manejables como el cuarto y, en menor medida, el segundo, uno flojo corrido en primer lugar y otro exigente y difícil como el tercero.
El sexto, muy serio, sacó fuerza y malas ideas. Fue la clásica alimaña que tanta fama dio a esta ganadería. Aguilar, que saludó al animal con dos largas cambiadas en el tercio, mostró al público -al que brindó la faena- la peligrosa condición del animal y lo lidió sobre las piernas. No acertó con los aceros y fue silenciado.

El Cid perdió con el descabello la opción de tocar pelo en el quinto.

El quinto, un toro de justa cara, más altón, zancudo y despegado del suelo que sus hermanos, fue el mejor del encierro hasta el momento. El sevillano, que arrancó con un vistoso saludo capotero a pesar de ser desarmado al final, brindó la faena de muleta al fotógrafo Paco Cano, que se llevó una cerrada ovación del público. El animal tuvo como principal defecto las miradas que pegaba al torero, pero después obedecía bien al engaño y se desplazó bien durante la larga labor de Manuel Jesús. Instrumentó el torero buenos naturales, dando en varios de ellos dimensión al muletazo, dejando bien la muleta muerta abajo y tirando del toro, que fue bueno y tuvo además duración. Sonó un aviso antes de que El Cid entrara a matar. Dejó una estocada que escupió ligeramente el toro y a punto estuvo de ser herido al sufrir un arreón cuando trataba de descabellar. El fallo con el verduguillo volvió a minimizar el premio.

Alberto Aguilar expuso y anduvo muy de verdad con el tercero.

La lidia del feo cuarto, un toro muy abierto de cara, amplio de cuna y paletón, tuvo poca historia. El animal, el más manejable del encierro hasta el momento, no tuvo emoción ni gran clase, pero dejó estar al torero y no sacó malas ideas. Bautista, de uno en uno, no logró llegar al tendido en una faena anodina y sin sin ligazón. Gris actuación del francés en Valencia.
Muy meritoria fue la faena de Alberto Aguilar al tercero, que se frenó sin terminar de pasar en los capotes. El madrileño, con la muleta, arrancó sobre la zurda para echar el engaño al victorino como si fuera bueno, reponiendo éste las embestidas quedándose debajo de los vuelos de la muleta casi siempre. El torero pisó el terreno con firmeza y autoridad, muy de verdad y entregado, exponiendo por los dos pitones. Un fallo con el descabello tras estocada trasera y tendida limitó el premio a la ovación del público.
Apretó de salida el segundo, de viva embestida en los capotes. Se salió bien con él hacia las afueras El Cid, que remató el saludo con dos medias flexionando la pierna de salida. Tras la segunda vara, Alberto Aguilar quitó por chicuelinas y el de Salteras replicó a la verónica. Brindó al público el torero, que escuchó sonar una diana floreada antes de ejecutar una faena basada por el pitón izquierdo y que, aunque hubo naturales sueltos buenos, fue más voluntariosa que lucida. Mató de estocada corta y se le pidió una oreja que el presidente no quiso conceder.

El Cid basó su faena en la mano izquierda.

Abrió plaza un victorino que humilló y tuvo temple de salida pero que dio síntomas de endeblez, siendo protestado por el público en el primer tercio. Luego, en la muleta, siguió haciendo todo por abajo -esa fue su gran virtud- pero quedándose siempre muy corto por los dos pitones. Lo mejor de la faena de su matador llegó en una serie al natural en la que templó bien la embestida pero al conjunto, como al toro, le faltó chispa. Pinchó.

Joaquín Mompó recibió una placa de manos de Isidro Prieto y Carlota Navarro en presencia también de Miguel Tatay


Toros de Victorino Martín, desiguales de presentación y juego. El mejor, el quinto. El más difícil, el sexto. JUAN BAUTISTA: Silencio en ambos; EL CID: Vuelta al ruedo tras petición y ovación con saludos tras dos avisos; ALBERTO AGUILAR: Ovación con saludos y silencio. Entrada: Media plaza. Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio en memoria del ganadero Salvador García Cebada y, después, el diputado de asuntos taurinos de la Diputación de Valencia, Isidro Prieto, entregó junto a Carlota Navarro -predecesora de Prieto en el cargo- una placa a Joaquín Mompó por su apoyo a la Escuela de Tauromaquia de Valencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario