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viernes, 11 de mayo de 2012


Mario Aguilar saca la casta con orgullo

Por: Juan Antonio de Labra | Fotos: Landín-Miranda
Aguascalientes


Una vez más los toreros jóvenes –los de la llamada nueva generación del arte– han dado satisfacciones al público que acudió a la Monumental, y hoy tocó turno a Mario Aguilar, que cosechó un triunfo rotundo de tres orejas y levantó el dedo en una tarde complicada, en la que apostó fuerte y salió a hombros de la plaza por derecho propio.

Es verdad que el hidrocálido tuvo en las manos el lote más potable del deslucido encierro de La Venta del Refugio; también, es cierto que se plantó con decisión sobre la arena y acabó imponiéndose con mucha autoridad en dos faenas con distintos matices técnicos, pero idénticamente decididas y toreras.

 
En este sentido, el trasteo al primer toro de su lote, un ejemplar incierto, al que entendió a la perfección, contó con una claridad de ideas apabullante y la seguridad de saberse dueño del terreno que pisaba. Así fue edificando una obra de menos a más en la que el temple y la colocación fueron los atributos fundamentales para encauzar las embestidas.


Cerca de las tablas, Mario se pasó los pitones cerca, y lo hizo con el mérito añadido de que a veces no se sabía a ciencia cierta si el toro acudiría a la tela o al cuerpo del torero. Fue por ello que el valor se convirtió en el andamiaje de una faena muy interesante a la que ni siquiera un pinchazo previo a la estocada le restó importancia y fue así como consiguió el primer apéndice de la tarde.

El hondo colorado que cerró el festejo tenía transmisión, y aunque no humillada del todo, su alzada e imponente pecho, permitieron a Mario deslumbrar al público con otro trasteo significativo en el que hubo emoción y entrega, además de ceñimiento y detalles de gran calidad como un soberbio cambio de mano que hizo rugir al público.

Y sabedor de que no podía marcharse a pie del coso de su tierra, se tiró a matar como los hombres y cobró una estocada entera, un poquito trasera, que reventó por completo al de La Venta del Refugio, cuya muerte brindó al matador Joselito Adame, que acudió a presenciar el festejo.

Los bonos de Tauromagia Mexicana vuelven a cotizarse en la bolsa taurina, y de esta Feria de San Marcos salen relanzados Octavio García “El Payo” y el propio Mario Aguilar, para sumarse a Arturo Saldívar, que desde el año pasado se ha encargado de poner el ejemplo a sus amigos de la infancia.

Cabe señalar que la corrida sustituta de La Venta del Refugio estaba pasada de kilos, y era demasiado alta; un encierro que, por sus hechuras, desentonaba con el tipo de toro que suele lidiarse en esta plaza. Y se pudo confirmar que el trapío es algo subjetivo que está supeditado a la bravura: continente y contenido.


De eso fue precisamente de lo que carecieron los lotes de Antonio Barrera y Fabián Barba, que se vieron obligados a tragar mucho, sobre todo el sevillano, que sorteó un lote incómodo, compuesto por dos mansos que arreaban con poder. Si a ello sumamos el viento que sopló durante los dos primeros toros de la tarde, la cuesta arriba para ambos se duplicó.

Fabián le arrancó una oreja de peso al quinto, a fuerza de entrega y pundonor, y mediante una actitud de tanta vergüenza torera que le honra. A ambos toros los recibió con sendas largas cambiadas de rodillas, en la boca de riego, en una suerte que domina, aunque no se salvó de recibir un fuerte golpe en el muslo derecho, arriba de la rodilla, cuando el segundo toro de su lote estuvo a punto de arrollarlo.

Otro tanto ocurrió en el instante en que se puso gallardamente de rodillas para comenzar la faena al mansurrón segundo, cuando una terrorífica ráfaga de viento lo descubrió y casi sufre un aparatoso percance del que libró de milagro.

Y a toma y daca transcurrió una labor que tuvo el denominador común de la voluntad de triunfo, que al final se tradujo en una oreja, la que le tumbó al quinto, en medio del reconocimiento de público y profesionales.

Barrera fue empitonado por el toro que abrió plaza cuando intentaba darle una verónica. El derrote seco, a la altura del costado izquierdo, debió sacarlo de balance mental y más tarde le resultó muy complicado sobreponerse a la adversidad con los embates del viento y la violencia que desarrolló el toro.


Para colmo de males, y tras realizar una faena breve al cuarto, no estuvo fino con la espada y escuchó dos avisos al culminar una actuación de esas para el olvido. Ya tendrá ocasión de sacarse la espina el próximo sábado, cuando la feria se enfile hacia su último tramo.
Ficha
Aguascalientes, Ags.- Plaza Monumental. Decimotercera corrida y decimoquinto festejo de feria. Un cuarto de entrada en tarde cálida, con ráfagas de viento en los dos primeros ejemplares. Seis toros de La Venta del Refugio, que sustituyeron a los de Xajay, hondos y con muchos kilos, de poco juego en su conjunto, salvo 3o. y 6o. que fueron los más potables. Pesos: 525, 500, 540, 508, 515 y 561 kilos. Antonio Barrera (azul rey y oro): Silencio y división tras dos avisos. Fabián Barba (azul marino y oro): Ovación y oreja. Mario Aguilar: (violeta y oro): Oreja y dos orejas. Saludó Gustavo Campos con las banderillas y picaron muy bien Juan Cobos e Isabel Prado.

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