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viernes, 4 de mayo de 2012


Silveti firma una entonada faena en AGS

El torero de dinastía dejó destellos de calidad

Por: Juan Antonio de Labra 
Fotos: Landin-Miranda
Aguascalientes, Ags.
La originalidad del cartel confeccionado por la empresa provocó una buena entrada en los tendidos de la monumental, en una tarde que se fue torciendo con el descastado juego de los toros de San Isidro, así como las fuertes ráfagas de viento que molestaron a los toreros.

En medio de este escenario contra el que debieron remar los toreros, se sumó la enfermedad de El Pana, que llegó a Aguascalientes hace un par de días, deshidratado lo que lo obligó a permanecer hospitalizado hasta horas antes del comienzo del festejo.



 
Así las cosas, y aunque Sebastián Castella y Diego Silveti intentaron estar a la altura del compromiso, la corrida había vivido pasajes de tedio hasta que saltaron a la arena los toros corridos en quinto y sexto lugares.

El del francés embistió con más transmisión que sus hermanos, y Sebastián se puso en el sitio para hacerle una faena enfibrada, en la que expuso en el terreno de los medios, donde dio muletazos con temple y largueza.

Y la gente se desperezó en el tendido y empezó a jalear con alegría los pases en los que hubo acoplamiento y proyección.  Se echó en falta, quizá, haber aprovechado la condición del toro por el pitón izquierdo, por donde sólo en contados naturales consiguió sentir el toreo.



El desatinado uso de la espada le impidió cortar una oreja, y ni siquiera con el toro de regalo, un berrendo sin fuelle alguno, consiguió revertir su última comparecencia en la Feria de Aguascalientes, de la que quedará el recuerdo de su asombrosa faena a "Amor Lindo", de Mimiahuápam.

Del debut de Diego Silveti queda un aroma de toreo fino, pues su actitud estuvo acompañada de buen toreo, sobre todo el que prodigó delante del sexto, un toro noble, que terminó rajándose, al que dio varios naturales de magnífica factura.

Arrebatado, personal y recio, culminó su faena con varios desdenes de una gran expresividad que entusiasmaron al público, que siguió palmo a palmo la actuación del torero de Irapuato con mucho interés.

Y cuando todo mundo estaba empujando simbólicamente la espada de Diego, malogró la faena con el acero. No obstante, su paso por esta plaza, en la primera de las dos corridas que tiene contratadas, servirá para volverlo a ver con mucho agrado el día de mañana.





El Pana causó lástima, y fue una pena porque por estos lares todavía no ha podido cuajar la faena que sueña. Tal vez no debió torear, pero ya sabemos que Rodolfo es necio hasta decir basta, así que se vistió de torero y llegó a la plaza derrotado antes del combate.

A su primer toro, que embestía con la cara alta y de manera violenta, trató de hacerle sus cosas, pero ciertamente se encontraba en mal estado físico y si agregamos el viento que molestó, su labor fue intermitente.

En el cuarto salió a torear desprovisto de la chaquetilla, cansado y débil, y anduvo a la deriva con otro toro complicado. Al final de la lidia se arrodilló en los medios, y por un momento parecía que se desprendería la castañeta; pero no. Sólo fue un fantasma –el de la despedida– que se alejó de inmediato cuando el veterano tlaxcalteca echó el pecho hacia adelante para besar la arena.
Ficha
Aguascalientes, Ags.- Novena corrida y decimoprimer festejo de feria. Dos tercios de entrada (unas 9 mil personas) en tarde calurosa, con intermitentes ráfagas de viento, y algunas goterones de lluvia. Siete toros de San Isidro (el 7o. como regalo), parejos de hechuras, desrazados en su conjunto, salvo del 5o. Pesos: 501, 461, 497, 463, 520, 504 y 465 kilos. Rodolfo Rodríguez "El Pana" (verde olivo y plata): División tras aviso y pitos tras aviso. Sebastián Castella (carmín y oro): División tras aviso, ovación y palmas en el de regalo. Diego Silveti (rosa mexicano y oro): Silencio y palmas. Destacaron en banderillas Gustavo Campos y José Luis Castañeda, que saludaron.

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