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jueves, 5 de julio de 2012


Un proyecto privado en el municipio de Madrid

¿La nueva Santamaría?

La inauguración de la nueva plaza será en enero del próximo año, justo cuando empezaría
 la nueva temporada taurina de Bogotá.

Viviana Londoño Calle
Foto: Gustavo Torrijos
El lugar a las afueras de Bogotá, sería una alternativa para los seguidores de las corridas afectados por la medida.
Hace seis meses que los vecinos de la vereda Puente Piedra, en límites de los municipios de Madrid y Subachoque, observan curiosos cómo se levanta una nueva obra en la zona. No es otra lujosa finca de recreo como las que abundan allí, ni un restaurante para los turistas, se trata de una plaza de toros con capacidad para 3.000 personas.
El proyecto se le ocurrió hace dos años al criador de reses de lidia y rejoneador Luis Miguel Londoño. Hoy, en uno de sus terrenos conocido como Ganadería Marruecos, a sólo 40 minutos de Bogotá, ya está casi terminada una nueva plaza de toros privada que sería inaugurada el próximo año.
¿Es ésta una respuesta a la decisión del alcalde Petro de acabar con las corridas en Bogotá? No. Así lo asegura Londoño: “Cuando empezamos el proyecto nunca nos imaginamos la decisión que iba a tomar el alcalde Petro. De lo contrario, seguramente habríamos hecho una plaza con mayor capacidad”. Mientras que a La Santamaría podían ingresar 14.000 personas, este nuevo espacio apenas tendrá lugar para un poco más del 20% de los amantes que colmaban las tribunas de la plaza en la capital.
Con La Santamaría funcionando cada temporada, no era necesario que el lugar tuviera una capacidad masiva, por eso se diseñó apenas para 3.000 personas, como reconoce uno de los ingenieros de la obra, quien agrega que “en ese momento el proyecto era una quijotada, porque los seguidores de los toros tenían la opción en la ciudad”.
Sin embargo, después vino el revolcón para la tradicional plaza de Bogotá. Desde sus primeros días de mandato, el alcalde Gustavo Petro advirtió que no le parecía conveniente que en Bogotá se desarrollaran espectáculos “alrededor de la muerte”. Luego dio el primer paso en esa dirección: se negó a utilizar el palco de la Alcaldía de Bogotá en la plaza o a nombrar a un delegado. Ese sólo fue el inicio de una álgida discusión con el gremio taurino del país, que terminó, el pasado 13 de junio, con la cancelación del contrato de arrendamiento de la plaza entre el Distrito y la Corporación Taurina, con validez hasta 2015.
La condición del mandatario para mantener el contrato era que la corporación accediera a continuar las corridas pero sin la muerte del toro, con el fin de evitar la violencia contra el animal. Sin embargo, tras recibir la negativa, Petro anunció el fin a las corridas de toros en Bogotá. En su lugar La Santamaría se convertiría en un espacio para la educación y la cultura, y así fue.
Mientras tanto, en los terrenos de Londoño, lejos de la jurisdicción del alcalde, al occidente de la ciudad, la nueva plaza ya tenía forma. Según la Corporación Taurina, por ahora no se ha iniciado ningún tipo de negociación para trasladar allí las corridas. Pese a que Londoño insiste en que la nueva plaza no va a reemplazar la tradicional, sí reconoce que inicialmente puede convertirse en una alternativa: “Somos hinchas de la fiesta brava y no la vamos a dejar morir”.
¿Cómo se ve la que podría ser la próxima Santamaría? A esta hora cerca de 30 personas trabajan para que la plaza esté lista antes de enero, cuando inicia la temporada taurina. Aparte de La Macarena, en Medellín, es la segunda plaza cubierta del país y además contaría con restaurante, sala de prensa, capilla, enfermería y camerinos para los toreros o el artista que se presente en el lugar.
El plan de Londoño es que la plaza no sólo sea un espacio para las corridas. Su meta, asegura, es que se convierta en un escenario múltiple en el que se pueda hacer otros espectáculos, como competencias ecuestres y ferias de ganado, pero también conciertos y fiestas: “La próxima semana me voy a reunir con el empresario de eventos Ricardo Leyva para que conozca el proyecto”. Leyva no sería el primero en visitar la obra. Por allí ya pasaron el reconocido rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza —de quien se dice estaría en la inauguración— y varios toreros y criadores del país.
Al lado de la plaza, que por ahora sigue en obra negra, también avanzan una cancha de polo, una escuela de equitación y un parqueadero con capacidad para mínimo mil vehículos. A largo plazo, en el lugar también se piensa construir un hotel boutique, un centro comercial y “un club bastante exclusivo”, como dice uno de los trabajadores de Londoño.
Antes tendrá que contar con el visto bueno del municipio de Madrid, puesto que, según Héctor Favio Castellanos, secretario local de Obras Públicas, allí desconocen el proyecto.




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