Un proyecto privado en el
municipio de Madrid
¿La nueva Santamaría?
La inauguración de la nueva plaza será en enero del próximo año, justo cuando empezaría la nueva temporada taurina de Bogotá. |
Viviana Londoño
Calle
Foto: Gustavo
Torrijos
El lugar a las afueras de Bogotá, sería
una alternativa para los seguidores de las corridas afectados por la medida.
Hace seis meses que los
vecinos de la vereda Puente Piedra, en límites de los municipios de Madrid y
Subachoque, observan curiosos cómo se levanta una nueva obra en la zona. No es
otra lujosa finca de recreo como las que abundan allí, ni un restaurante para
los turistas, se trata de una plaza de toros con capacidad para 3.000 personas.
El proyecto se le ocurrió
hace dos años al criador de reses de lidia y rejoneador Luis Miguel Londoño.
Hoy, en uno de sus terrenos conocido como Ganadería Marruecos, a sólo 40
minutos de Bogotá, ya está casi terminada una nueva plaza de toros privada que
sería inaugurada el próximo año.
¿Es ésta una respuesta a
la decisión del alcalde Petro de acabar con las corridas en Bogotá? No. Así lo
asegura Londoño: “Cuando empezamos el proyecto nunca nos imaginamos la decisión
que iba a tomar el alcalde Petro. De lo contrario, seguramente habríamos hecho
una plaza con mayor capacidad”. Mientras que a La Santamaría podían ingresar
14.000 personas, este nuevo espacio apenas tendrá lugar para un poco más del
20% de los amantes que colmaban las tribunas de la plaza en la capital.
Con La Santamaría funcionando
cada temporada, no era necesario que el lugar tuviera una capacidad masiva, por
eso se diseñó apenas para 3.000 personas, como reconoce uno de los ingenieros
de la obra, quien agrega que “en ese momento el proyecto era una quijotada,
porque los seguidores de los toros tenían la opción en la ciudad”.
Sin embargo, después vino
el revolcón para la tradicional plaza de Bogotá. Desde sus primeros días de
mandato, el alcalde Gustavo Petro advirtió que no le parecía conveniente que en
Bogotá se desarrollaran espectáculos “alrededor de la muerte”. Luego dio el
primer paso en esa dirección: se negó a utilizar el palco de la Alcaldía de
Bogotá en la plaza o a nombrar a un delegado. Ese sólo fue el inicio de una
álgida discusión con el gremio taurino del país, que terminó, el pasado 13 de
junio, con la cancelación del contrato de arrendamiento de la plaza entre el
Distrito y la Corporación Taurina, con validez hasta 2015.
La condición del
mandatario para mantener el contrato era que la corporación accediera a
continuar las corridas pero sin la muerte del toro, con el fin de evitar la
violencia contra el animal. Sin embargo, tras recibir la negativa, Petro
anunció el fin a las corridas de toros en Bogotá. En su lugar La Santamaría se
convertiría en un espacio para la educación y la cultura, y así fue.
Mientras tanto, en los
terrenos de Londoño, lejos de la jurisdicción del alcalde, al occidente de la
ciudad, la nueva plaza ya tenía forma. Según la Corporación Taurina, por ahora
no se ha iniciado ningún tipo de negociación para trasladar allí las corridas.
Pese a que Londoño insiste en que la nueva plaza no va a reemplazar la
tradicional, sí reconoce que inicialmente puede convertirse en una alternativa:
“Somos hinchas de la fiesta brava y no la vamos a dejar morir”.
¿Cómo se ve la que podría
ser la próxima Santamaría? A esta hora cerca de 30 personas trabajan para que
la plaza esté lista antes de enero, cuando inicia la temporada taurina. Aparte
de La Macarena, en Medellín, es la segunda plaza cubierta del país y además
contaría con restaurante, sala de prensa, capilla, enfermería y camerinos para
los toreros o el artista que se presente en el lugar.
El plan de Londoño es que
la plaza no sólo sea un espacio para las corridas. Su meta, asegura, es que se
convierta en un escenario múltiple en el que se pueda hacer otros espectáculos,
como competencias ecuestres y ferias de ganado, pero también conciertos y
fiestas: “La próxima semana me voy a reunir con el empresario de eventos
Ricardo Leyva para que conozca el proyecto”. Leyva no sería el primero en
visitar la obra. Por allí ya pasaron el reconocido rejoneador Pablo Hermoso de
Mendoza —de quien se dice estaría en la inauguración— y varios toreros y
criadores del país.
Al lado de la plaza, que
por ahora sigue en obra negra, también avanzan una cancha de polo, una escuela
de equitación y un parqueadero con capacidad para mínimo mil vehículos. A largo
plazo, en el lugar también se piensa construir un hotel boutique, un centro
comercial y “un club bastante exclusivo”, como dice uno de los trabajadores de
Londoño.
Antes tendrá que contar
con el visto bueno del municipio de Madrid, puesto que, según Héctor Favio
Castellanos, secretario local de Obras Públicas, allí desconocen el proyecto.
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