Entrevista
Íñigo Crespo
Vicente Yangüez "El Chano" habla con Aplausos desde el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. “Lo que me ha pasado es muy cruel, lo más fácil es venirse abajo, pero no lo he hecho porque soy un luchador”, admite.
"Que David Mora se encierre con seis toros para echarme una mano es muy bonito, no es un festival"
"Es muy duro verte paralizado como si fueses un muñeco"
"Por delante tengo todavía ocho o nueve meses de rehabilitación”
"Que David Mora se encierre con seis toros para echarme una mano es muy bonito, no es un festival" "Es muy duro verte paralizado como si fueses un muñeco" "Por delante tengo todavía ocho o nueve meses de rehabilitación”
“Estoy deseando que llegue el viernes, lo
de Aranjuez va a ser precioso, sólo deseo que salga todo bien, que no
ocurra nada. Qué un torero se encierre con seis toros para echarme una
mano es muy bonito. Estoy muy agradecido tanto a David Mora que cuando
me lo dijo ya estaba todo organizado como a la empresa y en su nombre a
Pablo Lozano”. De este modo resume Vicente Yangüez ‘El Chano’
sus impresiones sobre la corrida prevista para el próximo viernes en
Aranjuez en la que David Mora estoqueará en solitario seis toros de
Alcurrucen. “El cariño y el respaldo –continúa- de
la profesión me da fuerza día a día. Al final el mundo del toro, somos
todos una familia que estamos todos a una. A través de internet y de las
revistas taurinas sigo el desarrollo de la temporada. Mi vida ha sido
el toro y lo será siempre”.
Ingresado en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, rodeado de su familia, con su esposa Cristina a la cabeza y sus dos hijas, El Chano va ganando etapas al destino. “Esto es muy lento y lo seguirá siendo”, explica. “Cosas que parecen insignificantes aquí se magnifican y se celebra. El simple hecho de mover un día un pelo se celebra como una buena noticia. Es todo muy lento y muy despacio pero poco a poco las cosas van mejor. Por delante tengo todavía ocho o nueve meses de rehabilitación”, precisa.
La rutina, el día a día del subalterno en el Hospital es su programa de rehabilitación y su extraordinaria fuerza de voluntad. “Me despierto sobre las ocho de la mañana, me ayudan a vestirme y a incorporarme aunque es verdad que cada vez me apaño mejor yo solo”, detalla. “Después de desayunar voy al gimnasio hasta casi la una del mediodía. Trabajo con un físio durante 45 minutos, además de trabajar con pesas para fortalecer el tren superior”, subraya antes de bromear: “Si sigo a este ritmo en tres o cuatro meses voy a parecer un culturista”.
“Después de comer –relata- veo un poco la televisión, me ponen una inyección por la tarde para evitar coágulos y trombos y cada día me he planteado una serie de rutinas personales a modo de terapia como vestirme solo o ducharme. En definitiva, luchar. Siempre he sido un luchador, antes en los ruedos y ahora aquí”.
Por sus palabras, Vicente Yangüez ‘El Chano’ emana una fortaleza inagotable que es la que día a día le va acompañando y que esta sirviendo de ejemplo para todos. “Lo que me ha ocurrido es muy cruel”, sostiene. “Lo más sencillo hubiese sido bajar la guardia desde el principio pero como en una cosa de estas bajes la guardia te vas por el desagüe. Aquí hay que luchar, hay que pelear por mantenerse a flote y con la moral las nubes. Es muy duro verte paralizado como si fueses un muñeco pero no puedes irte a lo fácil que es venirte abajo, aquí hay que plantearse objetivos y continuar”, concluye el banderillero quien emplaza: “A vernos el viernes en Aranjuez”.
Ingresado en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, rodeado de su familia, con su esposa Cristina a la cabeza y sus dos hijas, El Chano va ganando etapas al destino. “Esto es muy lento y lo seguirá siendo”, explica. “Cosas que parecen insignificantes aquí se magnifican y se celebra. El simple hecho de mover un día un pelo se celebra como una buena noticia. Es todo muy lento y muy despacio pero poco a poco las cosas van mejor. Por delante tengo todavía ocho o nueve meses de rehabilitación”, precisa.
La rutina, el día a día del subalterno en el Hospital es su programa de rehabilitación y su extraordinaria fuerza de voluntad. “Me despierto sobre las ocho de la mañana, me ayudan a vestirme y a incorporarme aunque es verdad que cada vez me apaño mejor yo solo”, detalla. “Después de desayunar voy al gimnasio hasta casi la una del mediodía. Trabajo con un físio durante 45 minutos, además de trabajar con pesas para fortalecer el tren superior”, subraya antes de bromear: “Si sigo a este ritmo en tres o cuatro meses voy a parecer un culturista”.
“Después de comer –relata- veo un poco la televisión, me ponen una inyección por la tarde para evitar coágulos y trombos y cada día me he planteado una serie de rutinas personales a modo de terapia como vestirme solo o ducharme. En definitiva, luchar. Siempre he sido un luchador, antes en los ruedos y ahora aquí”.
Por sus palabras, Vicente Yangüez ‘El Chano’ emana una fortaleza inagotable que es la que día a día le va acompañando y que esta sirviendo de ejemplo para todos. “Lo que me ha ocurrido es muy cruel”, sostiene. “Lo más sencillo hubiese sido bajar la guardia desde el principio pero como en una cosa de estas bajes la guardia te vas por el desagüe. Aquí hay que luchar, hay que pelear por mantenerse a flote y con la moral las nubes. Es muy duro verte paralizado como si fueses un muñeco pero no puedes irte a lo fácil que es venirte abajo, aquí hay que plantearse objetivos y continuar”, concluye el banderillero quien emplaza: “A vernos el viernes en Aranjuez”.
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