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jueves, 22 de noviembre de 2012

El Soro: Entre el milagro y la ciencia

El Soro. | Mateo
 
Carlos BuenoDisminuir fuente
Fue figura indiscutible del toreo. Formó parte de un grupo de matadores imprescindible en todas las ferias, el llamado cartel de los banderilleros que llenaba las plazas día tras día y que le anunciaba junto a Paquirri, Esplá, Mendes o Morenito de Maracay. Una maldita lesión le dejó cojo y desahuciado del toreo; fue en 1994. Desde entonces ha superado treinta y cuatro operaciones luchando sin denuedo por recuperar a la persona y, ¿por qué no?, al torero. Cuando se van a cumplir diecinueve años de inactividad Vicente Ruiz El Soro ve la luz de la esperanza con más claridad de la que nunca pudo soñar, y toca con la punta de la esperanza el anhelo que siempre persiguió, volver a vestirse de luces. ¿Se obrará el milagro?

- Ya es "vox pópuli" que el año próximo regresará a los ruedos.
Estoy luchando por ello con una intensidad tremenda. Volver a torear ha sido siempre mi principal objetivo a pesar de que muchos pensaban que era una locura. 

- De producirse la reaparición será prácticamente un milagro.
Llevo dieciocho años esperanzado en que llegue el día que vuelva a vestirme de torero, y será posible gracias a Dios, a la ciencia, a mi coraje y a mi ilusión. Ganarle la partida a la vida cuando me lo había puesto tan complicado es una felicidad inexplicable y un mensaje de auto superación para mucha gente que está pasando por situaciones similares.

- Llevaba mucho tiempo esperando la operación definitiva.
Han sido treinta y cuatro intervenciones en la rodilla izquierda. En estos últimos dieciocho años he visitado médicos, no sólo en España, sino en Portugal, Holanda, Suiza, Francia, Inglaterra, en Estados Unidos... He recorrido medio mundo sin que nadie encontrara la solución. Afortunadamente la medicina ha evolucionado mucho en todo este tiempo y he encontrado al médico adecuado cerca de casa.

- ¿Cuál era el problema principal de su lesión?
Yo padecí dos triadas, y forcé para reaparecer aún lesionado de la segunda. Luego todo se complicó porque me contagié de un virus de quirófano todavía desconocido y porque me detectaron unos pequeños tumores en los huesos. Fue un cúmulo de circunstancias que ocurren una vez de cada mil, pero me tocó a mí.

- Imagino que con cincuenta años todo cuesta más que cuando uno es joven.
Evidentemente. No se tienen los mismos reflejos ni cuesta lo mismo reactivar la musculatura, máxime cuando se trata de una intervención tan compleja como la mía. Se puede decir que ahora llevo una pierna biónica, reconstruida de arriba a abajo, tendones, articulaciones, fibras, músculos, arterias... 

- La última intervención tampoco fue un camino de rosas.
Hace tres años me implantaron una prótesis que me habían hecho en Suecia, pero la rechacé. Estuve más de un año sin rodilla, con unos extensores para mantener la cavidad de la articulación y así poder ajustar la que llevo en la actualidad. Fue un magnífico trabajo del equipo de Pedro Cavadas, con la colaboración inestimable del doctor Rafael Albert. He de decir que el doctor Cavadas ha sido muy atrevido y valiente por atreverse a solucionar mi problema. Con su reputación tenía mucho que perder si la operación salía mal.

- Imagino que la recuperación estará siendo dura.
He tenido que volver a enseñarme a apoyar y he puesto especial énfasis en recuperar la musculatura, en dar elasticidad a los tendones y en doblar la rodilla. Ahora alcanzo setenta grados de flexión, lo que es más que suficiente para poder correr y hacer ejercicio. Afortunadamente cuento con el apoyo de un preparador físico, de un fisioterapeuta y una psicóloga que me están exigiendo pero, a la vez, facilitándome la recuperación.

- Se lo está tomando muy en serio.
No saldré a hacer el ridículo. Nunca echaría mi nombre por los suelos. Soy muy respetuoso con mi profesión y por eso lo estoy haciendo todo con cautela. Voy poco a poco porque cada jornada es una sorpresa para mí. Lo que un día me parece imposible de alcanzar al día siguiente lo consigo, pero nunca sé de antemano los plazos que necesito para ir alcanzando metas. 

- ¿El objetivo es estar a punto para Las Fallas de Valencia?
Me encantaría que el regreso se produjese en Valencia, si no pudiese llegar en buen estado para la feria de Fallas me gustaría que fuese en mayo, para la festividad de la Virgen de los Desamparados. Con ello ganaría dos meses más para la puesta a punto. La decisión la tomaremos antes de que acabe el año según mi evolución, porque en Valencia sale "el toro", con su peso y trapío, y hay que salir muy seguro y responsabilizado. 

- Ha perdido mucho peso.
Para mí es muy importante estar delgado, hechurado y fuerte. Para ser torero primero hay que parecerlo. He conseguido rebajar 30 kilos. Pesaba 109, ahora estoy en 79 y quiero quedarme en 70. Ese peso sería ideal para mí. Me machaco en el gimnasio en sesiones muy duras de mañana y tarde, toreo de salón... Vivo una dedicación plena, más de doce horas de entrenamiento diario, por mí no va a quedar.

- El sábado pasado vivió la primera prueba en público.
Fue en la plaza de la finca de mi amigo Esplá. Aunque ya había toreado en el campo era día muy especial. Volvía a vestirme de corto ante más de 250 aficionados, y la verdad es que me encontré muy bien ante un novillo que me dejó estar a gusto. 

- ¿Entonces ya podemos cantar victoria?
Lo que pasa es que soy muy exigente. Ahora tengo que corregir y mejorar muchas cosas porque yo quiero salir a las plazas a arrear, a darlo todo, a seguir siendo un Soro explosivo, con carácter, con raza... y para eso necesito tener más fuerza física y también emocional.

- ¿Y clavará banderillas?
- Yo quisiera, pero a día de hoy lo veo complicado porque todavía no puedo correr como es necesario. Vamos a ver cómo evoluciona todo en este tiempo que falta hasta mi regreso. Lo que puedo asegurar es que estoy toreando mejor que nunca. Quizá mis carencias y deficiencias físicas hayan hecho que aflore un nuevo sentimiento, un toreo más reposado, pausado, bonito, rotundo, encajado... 

- ¿Habrá planteamiento de temporada?
Marcarme un número de festejos sería engañarme a mí mismo. Mi ilusión sería poder torear muchas corridas, pero eso me lo irá planteando el toro día a día. Cuando mate la primera veremos qué decidimos. Lo que está claro es que, de anunciarme en varias plazas, será en sitios "románticos", que tengan especial significación para mí.

- Usted ha sido el matador que más peñas ha tenido en la historia. ¿Cree que seguirá contando con todo el apoyo de la afición?
El ‘sorismo' está activado. Se trata de una religión. He visto a muchos aficionados ponerse a llorar al verme volver a torear. Mi reaparición de luces tendrá un aliciente tremendo, levantará una expectación inusitada. En las redes sociales recibo a diario miles de mensajes de ánimo y felicitación de todos los países taurinos. 

- ¿Qué tiene El Soro que es sinónimo de carisma?
Que soy un torero del pueblo, muy asequible; que siempre lo he dado todo; que he sido el mismo cuando he estado arriba y cuando he estado abajo; que cuando he tenido, lo mío ha sido de todos, y cuando no he tenido, he tenido de todos; que he querido a todos y todos me han querido...

- Volverá en un momento muy delicado para la tauromaquia.
Cuando hace treinta años apareció El Soro había una tremenda sequía de toreros y de afición en Valencia. Ahora mi regreso le dará un nuevo empujón a la ilusión de la gente y será un revulsivo muy grande para las empresas. Saldré a darlo todo y llevaré mucha gente a las plazas. Sólo necesito que me acompañe la suerte.

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