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jueves, 8 de noviembre de 2012

Ernesto Belmont y aquel sombrero charro hace 30 años en la Monumental Plaza México

belmont


Adiel Armando Bolio
Desde la ciudad de Puebla el amigo Carlos Espinal nos hace recordar que este miércoles precisamente, 7 de noviembre de 2012, se cumplen 30 años de ese maravilloso e imborrable capítulo del toreo que escenificó el diestro defeño retirado Ernesto Belmont, en aquel 1982 en la Monumental Plaza México y alternando en ese momento novilleril con Manolo Mejía y el malogrado Valente Arellano, los entonces llamados “nuevos tres mosqueteros” de la época, lidiando en esa fecha un encierro de la dehesa tlaxcalteca debutante de tlaxcalteca de don Felipe González. Fue una tarde para los anales del gran coso del país, pues fue apoteósica debido a la gran competencia que existía entre la terna torera que demostró esa auténtica ambición que en la actualidad poco se ve entre los que quieren ser toreros.
El encierro en su conjunto, recordamos, resultó extraordinario, del que destacó “Pelotero”, al que la tercia le pegó siete quites (de los que se recuerdan fregolinas, gaoneras, quite de oro y tafalleras) antes de que Valente le cortara el rabo, lo cual fue literal toda vez que como anécdota se recuerda que por error u omisión, sólo se le entregó éste sin los trofeos auriculares.
El hecho que marcó el festejo para la leyenda, fue el tercio de banderillas que los alternantes vivieron con al astado “Sevillano”, al cual después de que Belmont invitara a banderillear a Mejía y Arellano, todos con gran éxito, al dar la vuelta al redondel recibiendo las cerradas ovaciones, Belmont tuvo que torearlo con un sombrero de charro que cayó del tendido, propiedad de don Jesús “El Teniente” Ferrer, en virtud de que el astado les había embestido con extrema bravura, quedando para el recuerdo una de las escenas más toreras vividas en la catedral del toreo nacional, detalle que fue inmortalizado al óleo por el pintor Antonio Navarrete.
Actualmente, la ganadería de Felipe González está ubicada en el rancho Tenopala, en el municipio tlaxcalteca de Tetla, siendo ahora sus propietarios doña Evelia Chapa viuda de González y sus hijos Carlos y Patricia, la cual ostenta su divisa en morado, rojo y amarillo, misma que sigue lidiando con éxito y bravura en diferentes plazas del país. En cuanto a los alternantes, bien sabido es el trágico final de Valente, quien nos privó de una figura del toreo, la gran carrera de Belmont con casi medio millar de festejos toreados y su actual conexión con la fiesta brava como apoderado de toreros, comentarista taurino en medios y vicepresidente de la Asociación Civil “Formafición” y la excelente carrera por los ruedos de Mejía, cuyo círculo se cerrará el próximo domingo 9 de diciembre en la Monumental Plaza México cuando se corte el añadido.

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