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martes, 15 de enero de 2013

"Sudé para cortar esta oreja"


MACÍAS, ORGULLOSO Y CONTENTO POR SU ACTUACIÓN


EL de Aguascalientes dijo que había que sacar la casta, defendiendo su sitio. (FOTO: JUAN RAMOS)

POR HORACIO SOTO CASTRO
DESPUÉS de que no hubo suerte en sus toros de la lidia ordinaria, Arturo Macías regaló un toro de la ganadería de Jorge María, "tenía que sacar la casta y defender el sitio que tengo y demostrar que estoy en la pelea, no con palabras sino con hechos y las estadísticas que tengo de la Plaza México sí hablan por sí solas con 11 tardes, 18 orejas, un rabo y 7 salidas a hombros en forma consecutiva, pues hay muchos toreros jóvenes que vienen empujando fuerte y no hay que aflojar el paso".

Arturo Macías se enfrentó el pasado domingo a un toro de Jorge María, que acusó los efectos de estar en los corrales por un largo tiempo. Saltó al ruedo y manseó, tornándose peligroso al principio, pero " fue un toro procedente de una prestigiosa ganadería como es la de Jorge María, que ha tenido triunfos en la México y un toro que indultó Angelino de Arriaga. Fue un toro que tuvo nobleza y mucho fondo, humillaba y terminó entregándose para sacarle la faena".

El toro de nombre Dorado no fue fácil, que hizo que los subalternos pasaran fatigas, tanto los de a pie en el tercio de banderillas como los picadores que le dieron de picotazos al no quedarse en la pelea en la suerte de varas. Daba tremendos arreones y en cualquier momento podía hacer daño. En el inicio de la faena, con el capote, se ponía peligrosamente de frente, buscando al torero

"Esta oreja -dijo Arturo- sí que la sudé para cortarla, pero no había que perder la cabeza y no dejarse llevar por la pasión. Logré sacarle los pases a base de creer en mí, había que aguantarle, quedarse muy quieto para desengañarlo. Lo consentí, lo aguanté y lo metí en la muleta. Fue un toro con mucho fondo, pero había que estar atento de lo que hacía y no había que dudarle y sí arriesgar".

Reveló el diestro de Aguascalientes que es el primer toro de ese desempeño y que le clavaran banderillas negras y "esos gritos de torero.... torero... que escuché a media faena me llenan de gusto porque con mi actuación, el público asistente desquitó lo que pagó por su boleto. Me esforcé y la gente se dio cuenta".

En otra parte de la plática dijo que todavía no le ha llegado un toro para alcanzar grandes alturas, dar su mejor tarde.

Respecto a los toros de su lote explicó que no podía arrebatarse en sus muletazos, además porque el toro empezó a quedarse corto. Arturo estuvo muy torero y valiente, haciendo muy bien las cosas, pero lo que hacía no tenía eco en los tendidos "como que lo noté un tanto frío". Y de su segundo que fue peligroso y muy complicado y sufrió dos volteretas que afortunadamente no le hicieron daño.

Arturo Macías quedó en la mente de los aficionados como un torero profesional, con vergüenza torera y una honradez intachable y casi es seguro que regrese a la Plaza México muy pronto.

Mientras el 26 estará en la feria de León, el 27 en Juchipila, el 4 de febrero en Zitácuaro y el 6 en Durango, además que toreará en Guadalajara, Aguascalientes y en varias corridas en plazas y con carteles importantes. Seguramente esta temporada también estará sobre las 40 corridas.

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