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domingo, 24 de febrero de 2013

Don Antonio Cañero, el padre del rejoneo moderno






Hace 61 años murió Don Antonio Cañero que más allá de las polémicas por su afiliación al franquismo y denuncias sobre su directa participación en los años más crueles de la Guerra Civil española es un indispensable en la historia del rejoneo allá por los años 20 del siglo pasado cuando decide revivir el viejo arte de torear a caballo que estaba practicamente sepultado. Pero ademas impuso el traje campero andaluz ( era cordobés ) y dio los pasos para el concepto mayor de lo que conocemos hoy como LA LIDIA del toro desde un equino. Y no era depoca monta decir que en esa época el toro para el rejoneo salía en puntas.

Este 21 de febrero es una fecha privilegiada para recordar al maestro que con un rejoneo recio y marcado por su formación militar revivió un arte de caballeros y nobles y lo puso a disposición de las gentes del comun.

En el 2010 se cumplieron ciento veinticinco años del nacimiento del cordobés Antonio Cañero Baena (1885-1952), creador del arte del rejoneo tal y como lo conocemos actualmente. Esto sería suficiente para que pasase a la posteridad, pero, además, la donación que hizo de unos terrenos para la construcción de viviendas sociales, permitió que ese nuevo barrio de Córdoba perpetuase su nombre: Cañero.

Hijo de un militar y profesor de equitación, Cañero nació el 1 de enero de 1885, en la calle Osario número 31. Escogió la carrera militar en el arma de Caballería, pero pronto, en 1923, inició su participación en festivales taurinos benéficos. Su carrera se desarrolla entre 1921 y 1936 y tiene por exitosos escenarios, además de las plazas españolas, Paris, Portugal, Venezuela, Perú y Méjico. Su jaca era «La Bordó», a lomos de la cual consiguió sus mejores éxitos y logro salvar su vida en más de una ocasión.

La gran aportación de Antonio Cañero al mundo de los toros fue que, a diferencia de los rejoneadores portugueses, vestía en traje de campo y concebía el arte del rejoneo como la lidia. Fue el primero que en el toreo a caballo comenzó hiriendo al toro con rejones de castigo, seguía banderilleándolo y acababa usando el rejón de muerte. Si no lograba culminar la lidia con el rejón, descabalgaba y mataba al toro a pie y con estoque.
En 1951, la Asociación Benéfica Sagrada Familia, creada por el obispo fray Albino, inició la construcción de un barrio a espaldas del de la Fuensanta, con iguales características -casas unifamiliares de una planta para familias necesitadas- del que se estaba alzando en el Campo de la Verdad. El nuevo barrio tendría 337.335 metros cuadrados, de los cuales, 51.500 metros cuadrados fueron donados por Antonio Cañero con una finca de su propiedad. Desde entonces el barrio lleva su nombre.

La primera entrega de llaves del barrio de Cañero, a mil propietarios, se produjo el 29 de abril de 1953. En 1955 se entregaron otras ochocientas viviendas. Hubo problemas al principio, sobre todo por falta de infraestructuras (iluminación, teléfono, pavimentos) que tardaron en ser solucionados por el Ayuntamiento, pero la realidad del barrio, con sus casas, sus calles llenas de naranjos, sus colegios, San Vicente Ferrer de niños y Santa Catalina de Siena de niñas, su mercado, su parroquia y hasta su cine-teatro, Osio, era un hecho.

Hoy el barrio de Cañero alberga a unos cinco mil cordobeses. Muchos de esos vecinos son los propietarios originales, que llegaron huyendo del hambre del campo o del hacinamiento de casas de vecinos para aprovechar la oportunidad que les presentaba la vida, o los descendientes de ellos, lo que ha dado personalidad al barrio. Un barrio con unión y solidaridad entre sus habitantes, que lucharon hasta conseguir consolidar su barrio y dotarlo de infraestructuras.

La retirada de Antonio Cañero del mundo de los toros había coincidido con el inicio de la Guerra Civil, donde participó como oficial en el Ejercito Nacional. Tras la contienda reside en su finca, Córdoba la Vieja, y se integra perfectamente en la vida civil cordobesa, llegando a ser concejal del Ayuntamiento y gozando del respeto de sus paisanos. Sin embargo posteriormente, y por motivos políticos, ha sido injustamente olvidado por la Córdoba oficial.

Murió un 21 de febrero de 1952 cundo las heridas de la Guerra en una España dominada por Franco estaban abiertas

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