Posada de Maravillas, el pasado sábado en Olivenza. | J. Arjona
El creador Simón Casas estuvo rápido e inteligente después de que
Posada de Maravillas conmocionara el toreo el pasado domingo en su debut
en Olivenza. Por ello, y pese a no estar anunciado en un principio, le abrió un hueco en la novillada de apertura de Fallas para satisfacción de los aficionados de Valencia. Este sábado, hay ganas de Posada.
"Es bonito sentir entre los aficionados que hay ganas de verte después de lo del otro día. Entrar en Valencia era impensable y ahora me veo ahí en una plaza de primera, sabiendo la importancia que tiene por la repercusión que pueda tener lo que pase en el ruedo. Creo que puedo mejorar lo de Olivenza y sorprender mucho más en Valencia pero tengo que corregir muchos defectos", dice.
Su debut, con indulto incluido, hace echar la vista atrás. Desde la época de los Finito, Litri, Camino, Aparicio o Cayetano más recientemente no se hablaba tanto de la aparición tan espectacular de un novillero. Pero él tiene los pies en la tierra. "Me encanta que me lo digan pero no lo voy a creer. Creo que tengo que corregir muchas cosas para generar un incentivo a la gente y que quiera ir a verme".
Pero, ¿dónde estaba escondido Posada de Maravillas?. "La clave ha sido este invierno. La verdad es que no he toreado mucho sin picadores y decidimos encerrarnos y entrenar muy fuerte. Mi hermano, Curro Álvarez y Luis Álvarez han trabajado mucho conmigo", dice.
El resultado, lo que todos pudieron disfrutar en Olivenza, un torero con gusto y una clase especial. "Fue una gozada. No todos los días me van a salir novillos como ése de El Freixo pero me hizo disfrutar y comprobar como mi concepto ha evolucionado. Con el toro (novillo), es otra historia, es una gozada".
Posada por el apellido ilustre de su dinastía y Maravillas por el nombre de su madre. ¿Qué influencia tiene su familia en su concepto? "Muchísimas cosas. He aprendido mucho de mi hermano y de mi tío y he visto muchos vídeos de mi abuelo, que para mí era un Dios. Hablar con él era lo máximo", confiesa.
Posada se acartela en la novillada inicial de Fuente Ymbro junto a Antonio Puerta, Juan Leal y Román. "Voy con las mismas intenciones que a Olivenza. No tengo nada que perder".
"Es bonito sentir entre los aficionados que hay ganas de verte después de lo del otro día. Entrar en Valencia era impensable y ahora me veo ahí en una plaza de primera, sabiendo la importancia que tiene por la repercusión que pueda tener lo que pase en el ruedo. Creo que puedo mejorar lo de Olivenza y sorprender mucho más en Valencia pero tengo que corregir muchos defectos", dice.
Su debut, con indulto incluido, hace echar la vista atrás. Desde la época de los Finito, Litri, Camino, Aparicio o Cayetano más recientemente no se hablaba tanto de la aparición tan espectacular de un novillero. Pero él tiene los pies en la tierra. "Me encanta que me lo digan pero no lo voy a creer. Creo que tengo que corregir muchas cosas para generar un incentivo a la gente y que quiera ir a verme".
Pero, ¿dónde estaba escondido Posada de Maravillas?. "La clave ha sido este invierno. La verdad es que no he toreado mucho sin picadores y decidimos encerrarnos y entrenar muy fuerte. Mi hermano, Curro Álvarez y Luis Álvarez han trabajado mucho conmigo", dice.
El resultado, lo que todos pudieron disfrutar en Olivenza, un torero con gusto y una clase especial. "Fue una gozada. No todos los días me van a salir novillos como ése de El Freixo pero me hizo disfrutar y comprobar como mi concepto ha evolucionado. Con el toro (novillo), es otra historia, es una gozada".
Posada por el apellido ilustre de su dinastía y Maravillas por el nombre de su madre. ¿Qué influencia tiene su familia en su concepto? "Muchísimas cosas. He aprendido mucho de mi hermano y de mi tío y he visto muchos vídeos de mi abuelo, que para mí era un Dios. Hablar con él era lo máximo", confiesa.
Posada se acartela en la novillada inicial de Fuente Ymbro junto a Antonio Puerta, Juan Leal y Román. "Voy con las mismas intenciones que a Olivenza. No tengo nada que perder".
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