Tras su éxito en Sevilla
"Me emocioné toreando, que es la culminación de lo que busca un torero", afirma a APLAUSOS el madrileño
Ángel Berlanga |
Fotos Arjona
"Me siento pleno, ayer pude expresarme toreando y fue una de esas tardes que marcan lo que soy como torero. Por encima del triunfo, en el ruedo quedó plasmado el concepto del toreo que de verdad a mí me gusta y eso es lo más importante". Son palabras de Julián López "El Juli" el día después del gran acontecimiento. Ayer el madrileño conquistó su cuarta Puerta del Príncipe y, como titula la edición en papel de APLAUSOS, rindió Sevilla y el toreo.
"La tarde fue muy redonda en general, pero en el quinto toro llegaron los momentos más intensos. Pude arrastrar la mano al toro, sentirme, expresarme y, en definitiva, llegar al toreo que yo busco. Y hacer todo eso congeniando con una forma de embestir que, a mi juicio, se traduce en la verdadera clase y bravura", comenta el torero, que asegura sobre la corrida de Garcigrande: "Fue extraordinaria. Y lo fue en todos los aspectos. Los toros tuvieron mucha seriedad por fuera y por dentro y todos dieron opciones, aunque ya digo que a mí, particularmente, me gustó el quinto. Ese fue para mí el verdadero toro bravo, humillando, cogiendo la muleta y permitiendo hacer el toreo que buscamos todos, el que emociona, el que se hace en redondo, profundo y por abajo.
Sobre ese quinto de corrida, "Tramposo" de nombre, Julián destaca de él su fondo. No hay duda que lo tuvo el animal, pues para aguantar una lidia con el sometimiento y poderío propios de El Juli no hay más remedio que tenerlo y sacarlo a relucir: "Donde de verdad se mide la bravura y la clase de un toro es en esa forma de embestir. No es lo mismo embestir a media altura, con la inercia derivada del galope, que hacerlo empujando, reducido en la muleta, y permitiendo al torero llevar pulseada su embestida desde el principio hasta el final. La movilidad tapa muchos defectos", revela.
Sin embargo, "Tramposo" formó parte de un encierro que tuvo problemas en los reconocimientos veterinarios. De hecho, a pesar de tratarse de uno de los festejos más importantes de la temporada, no logró componerse una corrida del mismo hierro: "Todos queremos lo mejor para el espectáculo y yo, vistos los resultados, creo que fue una pena que no se lidiara la corrida entera porque, además, había toros rechazados que tenían una presentación apta como los que al final salieron al ruedo. Estamos en manos de quien estamos y tenemos que atenernos a sus decisiones, que muchas veces son justas y otras muchas injustas", explica al respecto.
De la lección de arrebato y raza exhibida ayer, llamó la atención las dos veces que El Juli se fue hasta la puerta de chiqueros a recibir a sus toros, algo que ya había hecho en la Maestranza en el año 2000: "Me surgió de dentro. Es algo que he visto hacer a muchas figuras del toreo y aunque no entre dentro de mi concepto en ese momento sentí que debí hacerlo y lo hice".
La tarde, por otra parte, quedó empañada por el percance de su banderillero Luis García "Niño de Leganés": "Para mí es el único lastre del festejo. Es muy duro ver a alguien de tu cuadrilla pasar por ese trance, pero gracias a Dios ha sido en una plaza como Sevilla, que tiene un equipo médico extraordinario, y en el contexto de una tarde de triunfo gordo, que, de alguna manera, alivia el dolor. Le dediqué el triunfo a él, porque puede que la recuperación que tenga por delante sea larga…", lamenta.
Con la de ayer con ya cuatro las veces que el madrileño se ha ganado el derecho a salir a hombros por la Puerta del Príncipe, umbral glorioso que, sin embargo, ha cruzado sólo en tres ocasiones, pues en 1999 cayó herido tras cortar tres orejas a un encierro de Jandilla en su primera Feria de Abril como matador de toros: "Son números altos, pero por encima de la Puerta del Príncipe y de las orejas cortadas, me quedo con la sensación de oír crujir a Sevilla. La tarde de ayer ha sido la que más ha crujido la gente conmigo y toreando a ese quinto toro me sentí totalmente pleno, redondo. Me emocioné toreando, que es la culminación de lo que busca un torero".
Por delante quedan ahora dos compromisos más en la Maestranza. Aguardan las corridas de Victoriano del Río y Miura y la autoexigencia de El Juli no va a bajar un ápice a pesar de haber amarrado ya un triunfo como el de este histórico Domingo de Resurrección. Al respecto, Julián señala: "Mi trayectoria, para bien o para mal, no se decide ya en una tarde. Mi carrera no se mueve ahora mismo en esos derroteros. El festejo de ayer ya ha pasado, lo he disfrutado, estoy feliz, y ahora vienen otros compromisos que hay que vivirlos igual. Tener la oportunidad de vestirse de torero y expresarse en plazas como Sevilla es un lujo y ojalá las circunstancias se sigan dando para que el público siga viéndome al nivel que yo quiero".
Con el golpe de autoridad protagonizado, ¿habrá de nuevo problemas para la contratación de El Juli en 2014 en la Maestranza?, cuestionamos con sorna al matador, que responde: "Las cosas están claras. Soy un torero que cuando se le trata con respeto, con el sitio que en la plaza creo haberme ganado y con el reconocimiento que mi trayectoria y mi nombre merecen, no resulto intransigente. Lo que sí exijo es un respeto. El mismo con el que, por ejemplo, se me ha tratado este año en Sevilla. Estaré en las plazas donde de verdad se quiera contar conmigo. No creo que haya ningún empresario que pueda decir que no me puede contratar".
"Me siento pleno, ayer pude expresarme toreando y fue una de esas tardes que marcan lo que soy como torero. Por encima del triunfo, en el ruedo quedó plasmado el concepto del toreo que de verdad a mí me gusta y eso es lo más importante". Son palabras de Julián López "El Juli" el día después del gran acontecimiento. Ayer el madrileño conquistó su cuarta Puerta del Príncipe y, como titula la edición en papel de APLAUSOS, rindió Sevilla y el toreo.
"La tarde fue muy redonda en general, pero en el quinto toro llegaron los momentos más intensos. Pude arrastrar la mano al toro, sentirme, expresarme y, en definitiva, llegar al toreo que yo busco. Y hacer todo eso congeniando con una forma de embestir que, a mi juicio, se traduce en la verdadera clase y bravura", comenta el torero, que asegura sobre la corrida de Garcigrande: "Fue extraordinaria. Y lo fue en todos los aspectos. Los toros tuvieron mucha seriedad por fuera y por dentro y todos dieron opciones, aunque ya digo que a mí, particularmente, me gustó el quinto. Ese fue para mí el verdadero toro bravo, humillando, cogiendo la muleta y permitiendo hacer el toreo que buscamos todos, el que emociona, el que se hace en redondo, profundo y por abajo.
Sobre ese quinto de corrida, "Tramposo" de nombre, Julián destaca de él su fondo. No hay duda que lo tuvo el animal, pues para aguantar una lidia con el sometimiento y poderío propios de El Juli no hay más remedio que tenerlo y sacarlo a relucir: "Donde de verdad se mide la bravura y la clase de un toro es en esa forma de embestir. No es lo mismo embestir a media altura, con la inercia derivada del galope, que hacerlo empujando, reducido en la muleta, y permitiendo al torero llevar pulseada su embestida desde el principio hasta el final. La movilidad tapa muchos defectos", revela.
Sin embargo, "Tramposo" formó parte de un encierro que tuvo problemas en los reconocimientos veterinarios. De hecho, a pesar de tratarse de uno de los festejos más importantes de la temporada, no logró componerse una corrida del mismo hierro: "Todos queremos lo mejor para el espectáculo y yo, vistos los resultados, creo que fue una pena que no se lidiara la corrida entera porque, además, había toros rechazados que tenían una presentación apta como los que al final salieron al ruedo. Estamos en manos de quien estamos y tenemos que atenernos a sus decisiones, que muchas veces son justas y otras muchas injustas", explica al respecto.
De la lección de arrebato y raza exhibida ayer, llamó la atención las dos veces que El Juli se fue hasta la puerta de chiqueros a recibir a sus toros, algo que ya había hecho en la Maestranza en el año 2000: "Me surgió de dentro. Es algo que he visto hacer a muchas figuras del toreo y aunque no entre dentro de mi concepto en ese momento sentí que debí hacerlo y lo hice".
La tarde, por otra parte, quedó empañada por el percance de su banderillero Luis García "Niño de Leganés": "Para mí es el único lastre del festejo. Es muy duro ver a alguien de tu cuadrilla pasar por ese trance, pero gracias a Dios ha sido en una plaza como Sevilla, que tiene un equipo médico extraordinario, y en el contexto de una tarde de triunfo gordo, que, de alguna manera, alivia el dolor. Le dediqué el triunfo a él, porque puede que la recuperación que tenga por delante sea larga…", lamenta.
Con la de ayer con ya cuatro las veces que el madrileño se ha ganado el derecho a salir a hombros por la Puerta del Príncipe, umbral glorioso que, sin embargo, ha cruzado sólo en tres ocasiones, pues en 1999 cayó herido tras cortar tres orejas a un encierro de Jandilla en su primera Feria de Abril como matador de toros: "Son números altos, pero por encima de la Puerta del Príncipe y de las orejas cortadas, me quedo con la sensación de oír crujir a Sevilla. La tarde de ayer ha sido la que más ha crujido la gente conmigo y toreando a ese quinto toro me sentí totalmente pleno, redondo. Me emocioné toreando, que es la culminación de lo que busca un torero".
Por delante quedan ahora dos compromisos más en la Maestranza. Aguardan las corridas de Victoriano del Río y Miura y la autoexigencia de El Juli no va a bajar un ápice a pesar de haber amarrado ya un triunfo como el de este histórico Domingo de Resurrección. Al respecto, Julián señala: "Mi trayectoria, para bien o para mal, no se decide ya en una tarde. Mi carrera no se mueve ahora mismo en esos derroteros. El festejo de ayer ya ha pasado, lo he disfrutado, estoy feliz, y ahora vienen otros compromisos que hay que vivirlos igual. Tener la oportunidad de vestirse de torero y expresarse en plazas como Sevilla es un lujo y ojalá las circunstancias se sigan dando para que el público siga viéndome al nivel que yo quiero".
Con el golpe de autoridad protagonizado, ¿habrá de nuevo problemas para la contratación de El Juli en 2014 en la Maestranza?, cuestionamos con sorna al matador, que responde: "Las cosas están claras. Soy un torero que cuando se le trata con respeto, con el sitio que en la plaza creo haberme ganado y con el reconocimiento que mi trayectoria y mi nombre merecen, no resulto intransigente. Lo que sí exijo es un respeto. El mismo con el que, por ejemplo, se me ha tratado este año en Sevilla. Estaré en las plazas donde de verdad se quiera contar conmigo. No creo que haya ningún empresario que pueda decir que no me puede contratar".
No hay comentarios:
Publicar un comentario