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viernes, 3 de mayo de 2013

Indulto de Macías; orejas para Joselito



DIGNOS REPRESENTANTES DEL AGUASCALIENTES TAURINO 
 


JOSELITO Adame y Arturo Macías salieron a hombros tras su descollante actuación. (FOTO: ALBERTO MORALES)


HORACIO SOTO CASTRO

AGUASCALIENTES.- Todavía no terminábamos de desfogarnos de las emotivas vivencias de la víspera, cuando nuevamente fuimos testigos de otra tarde de grandes emociones que brotaron en la décima corrida de la feria, con sendos triunfos de ganadero y alternantes e hicieron que en la tarde-noche los aficionados se desgañitaran para festejar los sucesos registrados, y la plaza Monumental se sacudiera hasta sus cimientos por la felicidad que embargó a los asistentes. Y el público en general saliera toreando.

La ganadería hidalguense de Fernando de la Mora envió un encierro ejemplarmente presentado, pero sobre todo que dio un juego superior y hubo una fuerte ovación para el corrido en tercer lugar de nombre Olvidado, al que Joselito Adame le tumbó las dos orejas y el corrido en quinto que toreó Arturo Macías fue indultado tras gran faena del aguascalentense, de nombre Jilguero. Los matadores actuantes Uriel Moreno "El Zapata" salió con una oreja; Joselito, con dos y Macías, con el indultado.

Y ambos matadores salieron a hombros de los entusiastas y después de que le dieron lustre a los colores de Aguascalientes con sus destacadas actuaciones.

A lo largo del festejo se vieron momentos brillantes y nuevamente los asistentes, que hicieron una entrada floja, se mostraron felices con el vivo deseo de seguir lanzando los olés consagratorios.

"EL ZAPATA"

Uriel Moreno "El Zapata" abrió el festejo y ahí inició la fiesta toreando lucidamente con el capote estrenando un quite que aún no bautiza, pero que fue largamente festejado. Luego vino el tercio de banderillas donde Uriel fue ovacionado largamente y luego faena corta, pero de calidad y variada con dosantinas despaciosas y después cobrar un estoconazo para cortar la primera oreja. En su segundo hizo otra faena del gusto del público y realizó un tercio de banderillas con su famoso Par Monumental y se dejaron escuchar las dianas. La faena la inició con el Imposible y cuajó pases ayudados en redondo que le corearon. Pudo haber cortado otro apéndice, pero señaló tres pinchazos antes de la estocada y fue aplaudido al retirarse.

ARTURO MACÍAS

Arturo Macías vino con una decisión desbordante y desde que se abrió de capa, se vio que ahí estaba para ponerle nombre a la feria y luego de la larga cambiada y de la suerte de varas se fue al centro para eslabonar una tanda de cinco gaoneras. Faena de gran impacto sobre las dos manos en que intercaló molinetes para seguir con los ayudados. Mató al tercer viaje con estocadas defectuosas.

La escandalera vino en su segundo toro número 223, Jilguero con 529 kilos, negro entrepelado bragado delantero que el picador Nacho Meléndez lo dejó como sedita para que Arturo forjara una faena de alta calidad, con temple, arte, hondura y hacer una faena larga de más de 100 muletazos que el toro aguantó alegremente sin abrir el hocico e ir a más. Fue una pieza torera de gran pureza que no dejó descansar a los asistentes que no tuvieron reposo para ir saboreando esos muletazos luminosos. Fue una faena que tuvo como fondo la Pelea de Gallos y se acentuaba más lo que Arturo estaba haciendo. Unas veces despatarrado y otras a pies juntos y escuchó los gritos de torero... torero... Y al final le hizo lo que quiso a ese toro, bravisimo, de gran condición física y un estilo meridiano. Iba y venía con mucho son y ritmo. A coro la gente solicitó que se le perdonara la vida y el juez atinadamente lo autorizó. Después los subalternos y monosabios y torileros pasaron fatigas para regresarlo a los corrales y se tardaron casi media hora en lograrlo. Arturo dio la vuelta triunfal y fue a felicitar al ganadero que saludó en el tercio. Anoche mismo lo curaron y hoy lo regresan a su hábitat natural en Hidalgo.

JOSELITO

Previamente Joselito Adame había ofrecido un concierto de bien torear frente al toro número 141, Olvidado, con 487 kilos, que fue un dechado de nobleza y calidad. Joselito lo aprovechó al máximo haciendo su toreo sin echar mano de bisutería. Los pases y lances normales, pero con gran temple y armonía. Verónicas superiores y chicuelinas ajustadas y con la muleta el temple apareció en todo momento. Le presentaba la muleta para muletazos largos y templados. También sonó la Pelea de Gallos y realizó las dosantinas y bernardinas. Un estoconazo en todo lo alto para que se le otorgaran las dos orejas de ese extraordinario toro que fue aplaudido en el arrastre.

Joselito perdió las orejas de su segundo al no estar certero a la hora de matar, pero ya le había cuajado una faena de gran mérito a otro toro de embestida clara, que también fue aplaudido en el arrastre.

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