andrés amorós / madrid
Se muestra muy firme con el mejor toro y da una vuelta al ruedo
IGNACIO GIL
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Lidia su primera corrida Jandilla
(la segunda llegará la semana próxima). El resultado es muy
decepcionante: la lamentable falta de fuerza desluce casi todas las
faenas; sólo Miguel Ángel Perera, con gran firmeza, roza el triunfo en
su primer toro.
El toro que abre plaza, acucharado de pitones, flojea
demasiado. En el primer muletazo por bajo, va al suelo. Algunos
derechazos compuestos carecen por completo de emoción. Finito de Córdoba Prolonga
la no-faena sin necesidad y escucha olés en broma. Mata mal. El cuarto,
un bonito burraco de feo nombre, «Gestor» (¡qué poco taurino suena!),
parece embestir, al comienzo. Finito se justifica con algunas verónicas
que encienden la ilusión pero entre el toro que se raja a tablas, y el
viento, todo se queda en intentos baldíos.
El segundo se viene abajo y es sustituido por un sobrero de
Carmen Segovia, gordo, bajo, cómodo de pitones, recibido con disgusto.
Logra Morante dos verónicas y el toro se cae, protesta. Es bueno el
comienzo de faena de Morante
pero, en un muletazo por alto, el toro se derrumba, se lleva las
esperanzas de los aficionados. Dibuja tres derechazos suavísimos: sin
toro, no pueden emocionar. Y no se estrecha al matar.
En el cuarto, de Finito, intenta Morante el quite pero el toro apenas lo permite: queda para el recuerdo una media verónica magnífica.
La miel en los labios. El quinto sale suelto. José Antonio intenta
sujetarlo, esboza algunos lances. Al comienzo de faena, el toro se cae.
Insiste y se le para por completo, a mitad del muletazo. Lo lógico es
cortar, aunque al público le disguste. Ha vuelto a quedar casi inédito.
Miguel Ángel Perera
cortó una oreja de mucho peso a un enrazado toro de Alcurrucén. Vuelve
esta tarde a demostrar su actual momento de firmeza y seguridad. El
tercero es el mejor de la tarde, aunque esté justo de fuerzas. Quita por
impávidas gaoneras. Saluda Juan Sierra en
banderillas. Logra Perera derechazos de trazo largo, mandando mucho,
ligando, llevando al toro hasta allá lejos. No se mueve aunque el toro
es algo incierto. Al final, unos naturales muy suaves,
francamente buenos, levantan un clamor. Bernadinas ajustadas y un
aviso, antes de entrar a matar, en el centro del ruedo, a la segunda:
petición insuficiente y vuelta al ruedo.
Recibe al último con verónicas, lo cuida en varas. Saluda Joselito Gutiérrez,
que ha expuesto mucho, con los palos. Llama Miguel Ángel de lejos pero
el toro se raja a chiqueros. Aunque clava los pitones en la arena, le
aguanta sin dudar. El toro se viene abajo, deslucido. Insiste el
diestro, ya sin posibilidades. (No era tan mala la brevedad de Morante).
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