El palco le roba una merecida oreja al manchego en su primer turno con buena novillada de El Montecillo
Íñigo Crespo
El
burraco que hizo segundo fue un novillo noble, bueno y con clase,
sobresaliendo su profundidad por el pitón izquierdo. Emilio Huertas
anduvo muy sereno, mostrando preparación y oficio. Abrió la faena con un
pase cambiado por la espalda en los medios para cuajar después una
labor con ligazón y ritmo sobre ambas manos y una tanda al natural que
destacó por su despaciosidad. Hubo momentos notables como los cambios de
mano. Tras una estocada entera se le pidió de forma mayoritaria la
oreja que el presidente, incumpliendo el reglamento, no concedió. El
manchego dio una vuelta al ruedo con la posterior bronca al palco. El
quinto fue noble y manejable. Se desplazó bien en las telas, pero exigió
temple y mano baja. Cuando acertó el torero, su faena cobró entidad,
sobre todo a derechas. Por el lado zurdo anduvo más destemplado y falto
de acople y, tras fallar con la espada, fue silenciado.
Movilidad, prontitud y alegría tuvo el primero de El Montecillo que le correspondió a Imanol Sánchez. El aragonés puso entrega y actitud frente a un animal que dio prestaciones pese a que le faltó mayor entrega en su embestida. Faena larga, de muchos muletazos y que careció de estructura alguna. Su segundo fue un novillo excelente. Bravo, encastado, empujó bien en el caballo y tuvo poder en su embestida que siempre iba humillada, entregada y con clase. El aragonés destacó con los palos, en un tercer par al quiebro. La faena estuvo presidida por la actitud y el corazón que puso Sánchez sobre ambas manos aunque resultó un tanto deshilvanada.
Juan Millán realizó una faena de largo metraje pero de escasa consitencia frente al tercero, otro novillo noble y aunque le faltó un punto mayor de empuje embistió con buen estilo. El madrileño dejó muletazos sueltos pero el conjunto no tuvo apenas brillo.
Madrid, miércoles 1 de mayo de 2013. Novillos de El Montecillo, de buen juego en líneas generales. El cuarto, bravo y encastado, ovacionado en el arrastre. IMANOL SÁNCHEZ: Palmas y ovación con saludos tras aviso; EMILIO HUERTAS: Vuelta al ruedo tras petición mayoritaria y silencio tras aviso; JUAN MILLÁN: Ovación con saludos tras aviso. Entrada: Un cuarto.
Movilidad, prontitud y alegría tuvo el primero de El Montecillo que le correspondió a Imanol Sánchez. El aragonés puso entrega y actitud frente a un animal que dio prestaciones pese a que le faltó mayor entrega en su embestida. Faena larga, de muchos muletazos y que careció de estructura alguna. Su segundo fue un novillo excelente. Bravo, encastado, empujó bien en el caballo y tuvo poder en su embestida que siempre iba humillada, entregada y con clase. El aragonés destacó con los palos, en un tercer par al quiebro. La faena estuvo presidida por la actitud y el corazón que puso Sánchez sobre ambas manos aunque resultó un tanto deshilvanada.
Juan Millán realizó una faena de largo metraje pero de escasa consitencia frente al tercero, otro novillo noble y aunque le faltó un punto mayor de empuje embistió con buen estilo. El madrileño dejó muletazos sueltos pero el conjunto no tuvo apenas brillo.
Madrid, miércoles 1 de mayo de 2013. Novillos de El Montecillo, de buen juego en líneas generales. El cuarto, bravo y encastado, ovacionado en el arrastre. IMANOL SÁNCHEZ: Palmas y ovación con saludos tras aviso; EMILIO HUERTAS: Vuelta al ruedo tras petición mayoritaria y silencio tras aviso; JUAN MILLÁN: Ovación con saludos tras aviso. Entrada: Un cuarto.
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