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lunes, 24 de junio de 2013

"Estaba escrito que tenía que pasar esto, pero llegará mi día"

Dolorido, sin fiebre pero sin poder incorporarse, Ritter habla desde el hospital del percance que sufrió ayer en Las Ventas

 Íñigo Crespo

“La noche la he pasado con muchos dolores aunque fiebre no he tenido. El pitón llegó al hueso y me rompió los isquiotibiales y eso es muy doloroso, no me permite incorporarme”. De este modo explica el novillero colombiano Sebastián Ritter cómo se encuentra tras la cornada de dos trayectorias sufrida ayer en Madrid. “Ha estado el Dr. Máximo García Padrós y me ha dicho que la herida evoluciona bien. Ha sangrado un poco esta noche y me ha mantenido la vía puesta para poder soportar los dolores a base de calmantes y antiinflamatorios”, subraya.

Sobre el percance, Ritter recuerda: “Las cosas tienen que pasar. Lo de ayer estaba escrito en mi destino, pero mi día llegará. Demostré que quiero ser torero. En el primer novillo ya dejé claro en el quite que iba dispuesto a todo”. El de Medellín afirma también: “Sabía que me cogía pero no me podía quitar porque estaba en el centro de la plaza de Madrid. Me destapó el viento. Me di cuenta muy rápido de que estaba herido al incorporarme porque cada paso que daba sentía más débil la pierna y creía que me iba a desplomar”.

Sereno, consciente de la crudeza de la profesión, Sebastián Ritter reflexiona: “Las cosas en el toreo y en la vida no son cuando uno quiere sino cuando Dios y las circunstancias lo propician. Las Ventas me ha visto bien este año, es una plaza impresionante que sabe que aquí hay torero y llegará el día en que les dé la razón”.

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