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lunes, 26 de agosto de 2013

"La herida es muy peligrosa por las posibles infecciones que se puedan producir"

Habla el Dr. Crespo, que operó ayer a Gómez Jaén

"Antes de la capea estuve con él y me dijo: ¡Doctor, qué tranquilo estoy contigo! Y por la tarde pasó lo que pasó...", relata el cirujano

Ángel Berlanga
El veterano diestro Gómez Jaén se recupera en la UVI del Complejo Hospitalario de Salamanca del gravísimo percance sufrido ayer durante una capea celebrada en Fuenteguinaldo. El diestro cacereño, de 61 años de edad, ejercía de director de lidia en la citada localidad charra cuando fue empitonado por una res de Agustínez que le atravesó el abdomen y le perforó y desgarró el colon transverso.

"Tenía un boquete en la barriga por donde se le salían las tripas", afirma el doctor Crespo, encargado de operarle en el quirófano del Centro de Salud de Fuenteguinaldo. "Llegó muy malo, inconsciente, respirando muy mal porque tenía también una contusión torácica que le dificultaba la respiración y en diez minutos tuvimos que intubarle y mantenerle las casi dos horas de operación con un ventilador automático. Le tuvimos que dormir con anestesia general, abrirle la barriga y le encontramos el colon perforado en dos sitios, con salida a la cavidad abdominal de todo el contenido fecaloideo. Le cerramos el agujero del colon y le trasladamos al hospital de Salamanca, donde por la noche le resecaron el trozo que tenía destrozado del intestino y le hicieron una anastomosis. Ha pasado la noche en la UVI y de momento está bien aunque la herida es muy peligrosa por las posibles infecciones que se puedan producir estos días", subraya el galeno, que, curiosamente, no llegó a ver el percance pues "cuando ocurrió estaba curando la erosión de otra persona que se había caído de las tablas".

La primera intervención en Fuenteguinaldo resultó vital para salvar la herida del torero: "Estábamos a 135 kilómetros del hospital, a una hora y media en coche, y si llegamos a arriesgarnos a hacer el traslado habríamos corrido el peligro de que ocurriera lo peor", asegura el doctor Crespo, que con humildad resta mérito a su quehacer y enfatiza con orgullo la labor de todo su equipo: "Tengo un anestesista, un intensivista y unos ATS's en los que confío tanto que puedo irme con ellos a donde haga falta".

Aunque lo peor ya ha pasado, el riesgo con Gómez Jaén persiste. "Esta es una herida que te puede crear una complicación en cualquier momento con consecuencias fatales. Puede tener un shock séptico, una infección generalizada, y agravarse su estado", adelanta cauteloso el doctor, que comenta: "Si en cuatro o cinco días no ha aparecido ningún proceso infeccioso y comienza a tolerar líquidos, a lo mejor en tres o cuatro días puede salir de la UVI y en dos o tres días irse a casa. Pero de momento hay que esperar".

Curiosamente, no es la primera vez que el torero cae en manos de la familia Crespo: "Mi padre le operó hace unos veinte años en una capea en Alcalá de Henares y yo hice lo mismo hace cinco años con otro tabacazo que sufrió en el muslo en Ciudad Rodrigo. Gómez Jaén quiere mucho a mi familia, de hecho ayer antes de la capea estuve con él y me dijo: ¡Doctor, qué tranquilo estoy contigo! Y por la tarde, ya habéis visto, pasó lo que pasó...".

Enrique Crespo ha vuelto a salvar una vida: "Somos médicos para esto. Uno se hace cirujano taurino para operar a quien le coge un toro, sea o no un torero importante. Tan importante es la vida de Pascual como la de la mayor figura del toreo", concluye.
Brillante resultó la labor de urgencia del equipo médico que atendió a Gómez Jaén.

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