El torero murciano corta una oreja del ley al sexto toro de la tarde
Javier López
Destacada
actuación de Iván García y Javier Solís que dieron una vuelta al ruedo
cada uno con una noble y manejable corrida de Martín Lorca.
Paco Ureña dejó una notable impresión en el toro de su confirmación de alternativa en Las Ventas. Hispano,
con el hierro de Escribano Martín, fue un animal noble y con las
fuerzas justas con el que el murciano toreó templado y muy de verdad.
Perfecta la colocación y el aguante cuando el toro se paró al final.
Mató de estocada fulminante. Hubo leve petición de oreja que el
presidente no atendió. El murciano volvió a dejar un grato sabor de boca
con el sexto. Soberbio el torero, que toreó con pureza, temple y mano
baja. Grandísimo el toreo al natural, hondo y encajado, y gustándose en
la interpretación. A pesar del pinchazo previo a la estocada, cortó una
oreja de ley.
El segundo fue un toro con clase pero con las fuerzas medidas. Iván García brilló en el toreo a la verónica, dejando después una faena con altibajos en la que no acertó a ligar los muletazos. Demasiados tiempos muertos entre pase y pase, algunos muy buenos. Faltó continuidad en el conjunto. Faena larga en la que llegó a sonar un aviso antes de montar la espada. Faena sincera y con buen argumento artístico la del madrileño ante el cuarto, al que exprimió al máximo por el pitón derecho, el mejor del animal, por donde surgieron muletazos de muy buen trazo, con temple y profundidad. El toro, como toda la corrida, acabó viniéndose abajo. Tardó en doblar la res, lo que le hizo perder un posible trofeo.
Deslucido, parado y áspero fue el lidiado en tercer lugar. Faena larga y de escaso relieve artístico de Javier Solís, que fue silenciado. Faena valiente a carta cabal del extremeño ante el quinto, que se jugó literalmente la vida con un toro con peligro sordo, siempre con el freno de mano echado y sabiendo lo que se dejaba atrás. Aguante, firmeza y valor para justificarse sobradamente. Gran estocada sin puntilla. Vuelta al ruedo.
Madrid, domingo 25 de agosto de 2013. Toros de Martín Lorca y Escribano Martín (1º y 4º, manejables), muy bien presentados, de buen juego destacando el sexto. Complicado el quinto. IVÁN GARCÍA: Silencio tras aviso y vuelta al ruedo tras dos avisos; JAVIER SOLÍS: Silencio tras aviso y vuelta al ruedo. PACO UREÑA, que confirma alternativa: Vuelta al ruedo y oreja. Entrada: Un cuarto. Paco Ureña confirmó alternativa con Hispano, de Escribano Martín, castaño, número 86, de 528 kilos.
El segundo fue un toro con clase pero con las fuerzas medidas. Iván García brilló en el toreo a la verónica, dejando después una faena con altibajos en la que no acertó a ligar los muletazos. Demasiados tiempos muertos entre pase y pase, algunos muy buenos. Faltó continuidad en el conjunto. Faena larga en la que llegó a sonar un aviso antes de montar la espada. Faena sincera y con buen argumento artístico la del madrileño ante el cuarto, al que exprimió al máximo por el pitón derecho, el mejor del animal, por donde surgieron muletazos de muy buen trazo, con temple y profundidad. El toro, como toda la corrida, acabó viniéndose abajo. Tardó en doblar la res, lo que le hizo perder un posible trofeo.
Deslucido, parado y áspero fue el lidiado en tercer lugar. Faena larga y de escaso relieve artístico de Javier Solís, que fue silenciado. Faena valiente a carta cabal del extremeño ante el quinto, que se jugó literalmente la vida con un toro con peligro sordo, siempre con el freno de mano echado y sabiendo lo que se dejaba atrás. Aguante, firmeza y valor para justificarse sobradamente. Gran estocada sin puntilla. Vuelta al ruedo.
Madrid, domingo 25 de agosto de 2013. Toros de Martín Lorca y Escribano Martín (1º y 4º, manejables), muy bien presentados, de buen juego destacando el sexto. Complicado el quinto. IVÁN GARCÍA: Silencio tras aviso y vuelta al ruedo tras dos avisos; JAVIER SOLÍS: Silencio tras aviso y vuelta al ruedo. PACO UREÑA, que confirma alternativa: Vuelta al ruedo y oreja. Entrada: Un cuarto. Paco Ureña confirmó alternativa con Hispano, de Escribano Martín, castaño, número 86, de 528 kilos.
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