Dos orejas para el madrileño y una con fuerte petición de otra para el valenciano frente a una interesante corrida de Garcigrande
Íñigo Crespo
El Juli ha abierto por cuarta vez en su carrera la
puerta grande de la plaza de toros de Bilbao tras cortar las dos orejas
del primer toro de su lote. Otras dos, que quedó en una, se pidieron
para Enrique Ponce, que realizó ante el cuarto la faena de la tarde, y
Alejandro Talavante hubo de conformarse con una vuelta al ruedo tras
malograr con la espada una notable faena frente al tercero. Se lidió una
corrida de Garcigrande y Domingo Hernández que contó con tres toros
importantes: segundo, tercero y cuarto.
El Juli le ha cortado las dos orejas al segundo, un toro de Domingo Hernández bueno y exigente, que tuvo movilidad pero sin llegar nunca a entregarse. Tuvo delante a un torero inteligente y capaz, que expuso en cada muletazo. Faena de abundancia técnica, sin dejarse tropezar los engaños, tirando de él sobre ambas manos, aguantando y ligando en un palmo. Derrochó valor, conocimientos y temple, coronando todo con una gran estocada.
Ante el quinto, un toro manejable, rajado y sin celo, el madrileño cuajó un buen quite por verónicas. Ejecutó después una faena centrada, sujetando al animal en su muleta a base de rigor y precisión. Lo exprimió por completo antes de matar de pinchazo y estocada en la suerte de recibir. Saludó la fuerte ovación del respetable.
Una oreja con fuerte petición de la segunda logró Enrique Ponce frente al cuarto, un noble y enclasado ejemplar de Domingo Hernández. El de Chiva cuajó una gran faena por su extraordinario gusto, poso, estética, temple y profundidad. Majestuosidad sobre ambas manos y categoría en la expresión, la reunión y la elegancia. Rindió pleitesía a la naturalidad. Instrumentó la poncina al final: un primor. Mató de estocada y resultó incomprensible que no la concediera el presidente.
El valenciano fue silenciado con el que abrió plaza, un toro de Garcigrande bien presentado, manso en varas y deslucido, sin clase y que llevó siempre la cara alta. No tuvo opciones con él el valenciano, que trató de meterlo en vereda estrellándose en una faena de imposible lucimiento.
Alejandro Talavante dio una vuelta al ruedo tras lidiar al tercer toro de la tarde. El animal, con el hierro de Garcigrande, fue bueno y tuvo clase, movilidad y fondo de casta. Talavante realizó una faena vibrante y entregada, iniciada por estatuarios ligados a un cambiado por la espalda. Labor entregada y ligada la suya, por momentos de más corazón que mando. Hubo una gran tanda final con la izquierda. Mató de pinchazo, estocada contraria y descabello. Hubo ovación para el toro y vuelta al ruedo para el torero.
Frente al sexto, hondo, muy hecho y más basto que sus hermanos, no tuvo opción. El animal resultó deslucido y sin clase y Talavante abrevió tras tratar de justificarse sobre ambas manos.
Bilbao, 19 de agosto de 2013. Tercera de las Corridas Generales. Toros de Garcigrande (1º, 3º y 5º) y Domingo Hernández (2º, 4º y 6º), bien aunque desigualmente presentados, bajando la presentación el 5º, y de juego variado. Destacaron 2º y 3º -bravos- y 4º -con clase-, los tres ovacionados en el arrastre. Deslucidos 1º y 6º y el 5º sin rebosarse, con poco fondo y marcando las querencias. Enrique Ponce: Silencio y oreja tras aviso y fuerte petición de otra; El Juli: Dos orejas y ovación con saludos; y Alejandro Talavante: Vuelta al ruedo y silencio. Entrada: Tres cuartos.
El Juli le ha cortado las dos orejas al segundo, un toro de Domingo Hernández bueno y exigente, que tuvo movilidad pero sin llegar nunca a entregarse. Tuvo delante a un torero inteligente y capaz, que expuso en cada muletazo. Faena de abundancia técnica, sin dejarse tropezar los engaños, tirando de él sobre ambas manos, aguantando y ligando en un palmo. Derrochó valor, conocimientos y temple, coronando todo con una gran estocada.
Ante el quinto, un toro manejable, rajado y sin celo, el madrileño cuajó un buen quite por verónicas. Ejecutó después una faena centrada, sujetando al animal en su muleta a base de rigor y precisión. Lo exprimió por completo antes de matar de pinchazo y estocada en la suerte de recibir. Saludó la fuerte ovación del respetable.
Una oreja con fuerte petición de la segunda logró Enrique Ponce frente al cuarto, un noble y enclasado ejemplar de Domingo Hernández. El de Chiva cuajó una gran faena por su extraordinario gusto, poso, estética, temple y profundidad. Majestuosidad sobre ambas manos y categoría en la expresión, la reunión y la elegancia. Rindió pleitesía a la naturalidad. Instrumentó la poncina al final: un primor. Mató de estocada y resultó incomprensible que no la concediera el presidente.
El valenciano fue silenciado con el que abrió plaza, un toro de Garcigrande bien presentado, manso en varas y deslucido, sin clase y que llevó siempre la cara alta. No tuvo opciones con él el valenciano, que trató de meterlo en vereda estrellándose en una faena de imposible lucimiento.
Alejandro Talavante dio una vuelta al ruedo tras lidiar al tercer toro de la tarde. El animal, con el hierro de Garcigrande, fue bueno y tuvo clase, movilidad y fondo de casta. Talavante realizó una faena vibrante y entregada, iniciada por estatuarios ligados a un cambiado por la espalda. Labor entregada y ligada la suya, por momentos de más corazón que mando. Hubo una gran tanda final con la izquierda. Mató de pinchazo, estocada contraria y descabello. Hubo ovación para el toro y vuelta al ruedo para el torero.
Frente al sexto, hondo, muy hecho y más basto que sus hermanos, no tuvo opción. El animal resultó deslucido y sin clase y Talavante abrevió tras tratar de justificarse sobre ambas manos.
Bilbao, 19 de agosto de 2013. Tercera de las Corridas Generales. Toros de Garcigrande (1º, 3º y 5º) y Domingo Hernández (2º, 4º y 6º), bien aunque desigualmente presentados, bajando la presentación el 5º, y de juego variado. Destacaron 2º y 3º -bravos- y 4º -con clase-, los tres ovacionados en el arrastre. Deslucidos 1º y 6º y el 5º sin rebosarse, con poco fondo y marcando las querencias. Enrique Ponce: Silencio y oreja tras aviso y fuerte petición de otra; El Juli: Dos orejas y ovación con saludos; y Alejandro Talavante: Vuelta al ruedo y silencio. Entrada: Tres cuartos.
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