"Si la Fiesta coge un derrotero habrá que moverse, pero sin perder la personalidad del toro", señaló Antonio Miura
APLAUSOS
Tras el parón estival, la Sala Joaquín Turina del
Centro Cultural Cajasol de Sevilla volvió a acoger un nuevo mano a mano,
en este caso entre el ganadero Antonio Miura y el filósofo Fernando
Savater. Ambos mantuvieron el interés de los asistentes con argumentos,
historias y anécdotas sobre la legendaria ganadería y la fiesta de los
toros en un acto moderado por el periodista José Enrique Moreno.
Antonio Miura recordó el significado del triunfo en la última Feria de Abril. "Fue una gran emoción, estás en tu tierra, donde has vivido y quieres lo mejor para Sevilla. Afortunadamente tuvimos la suerte de que saliera esa corrida de toros, no te puedo explicar cómo se vivió, lo que sé es que va a costar trabajo que se vuelva a repetir, y ojalá me equivoque".
"La Fiesta ha ido evolucionando", continuó. "Antes era más importante el picador, sin embargo ahora el torero ha cogido más protagonismo, y con ello las ganaderías. Si la Fiesta coge un derrotero habrá que moverse, pero sin perder la personalidad del toro".
Antonio Miura recordó también los lazos de amistad entre su familia y nombres ilustres de la tauromaquia. "Los Gallo eran muy amigos de mi familia, iban al Cortijo del Cuarto a acosar, tenían mucha relación. Y Pepe Luis, lo viví con mi padre, eran íntimos amigos, uno tiraba del otro para actos, eran muy parecidos y se llevaban muy bien. La primera feria de mi padre como ganadero en 1941, Pepe Luis terminó cortando dos orejas, una corrida con Manolete y Pepe Bienvenida".
Por su parte, el filósofo Fernando Savater arrancó su intervención recordando cómo se aficionó a los toros. "Aunque mi padre era aficionado a los caballos, iba mucho a los toros en la Feria de San Sebastián. Tenía un abono con tres localidades y nos turnábamos los hermanos para ir, la faena buena siempre me tocaba a mí. He sido aficionado de grupo, de amigos, pero no soy el aficionado fanático".
Savater elogió la figura de los ganaderos: "El toro bravo es una obra de arte hecha a través de los siglos, el toro bravo no se encuentra así en la naturaleza, van creando un prototipo. El toro bravo es un animal con unas características diseñadas por los ganaderos. La lidia del toro es para lo que toro ha sido creado y diseñado, no como una obra de arte muerta sino como una obra de arte viva. Que en algún sitio se vayan a prohibir porque es inmoral, va en contra de la libertad de la persona", señaló antes de defender. "La vida del toro es bastante envidiable para algunas personas, son los únicos animales que tienen un nombre propio y una familia de genealogía. El toro bravo y el caballo de carreras viven de su genealogía, de su historia vital. Es un aristócrata que lleva una vida feliz".
Reconoció además que "una ciudad decida que no haya toros porque hay unas personas a las que le repugnan los toros, me parece una estupidez. Esa decisión, sin duda, tiene un transfondo político, es absurdo la prohibición cuando dejan los correbous".
Antonio Miura recordó el significado del triunfo en la última Feria de Abril. "Fue una gran emoción, estás en tu tierra, donde has vivido y quieres lo mejor para Sevilla. Afortunadamente tuvimos la suerte de que saliera esa corrida de toros, no te puedo explicar cómo se vivió, lo que sé es que va a costar trabajo que se vuelva a repetir, y ojalá me equivoque".
"La Fiesta ha ido evolucionando", continuó. "Antes era más importante el picador, sin embargo ahora el torero ha cogido más protagonismo, y con ello las ganaderías. Si la Fiesta coge un derrotero habrá que moverse, pero sin perder la personalidad del toro".
Antonio Miura recordó también los lazos de amistad entre su familia y nombres ilustres de la tauromaquia. "Los Gallo eran muy amigos de mi familia, iban al Cortijo del Cuarto a acosar, tenían mucha relación. Y Pepe Luis, lo viví con mi padre, eran íntimos amigos, uno tiraba del otro para actos, eran muy parecidos y se llevaban muy bien. La primera feria de mi padre como ganadero en 1941, Pepe Luis terminó cortando dos orejas, una corrida con Manolete y Pepe Bienvenida".
Por su parte, el filósofo Fernando Savater arrancó su intervención recordando cómo se aficionó a los toros. "Aunque mi padre era aficionado a los caballos, iba mucho a los toros en la Feria de San Sebastián. Tenía un abono con tres localidades y nos turnábamos los hermanos para ir, la faena buena siempre me tocaba a mí. He sido aficionado de grupo, de amigos, pero no soy el aficionado fanático".
Savater elogió la figura de los ganaderos: "El toro bravo es una obra de arte hecha a través de los siglos, el toro bravo no se encuentra así en la naturaleza, van creando un prototipo. El toro bravo es un animal con unas características diseñadas por los ganaderos. La lidia del toro es para lo que toro ha sido creado y diseñado, no como una obra de arte muerta sino como una obra de arte viva. Que en algún sitio se vayan a prohibir porque es inmoral, va en contra de la libertad de la persona", señaló antes de defender. "La vida del toro es bastante envidiable para algunas personas, son los únicos animales que tienen un nombre propio y una familia de genealogía. El toro bravo y el caballo de carreras viven de su genealogía, de su historia vital. Es un aristócrata que lleva una vida feliz".
Reconoció además que "una ciudad decida que no haya toros porque hay unas personas a las que le repugnan los toros, me parece una estupidez. Esa decisión, sin duda, tiene un transfondo político, es absurdo la prohibición cuando dejan los correbous".
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