No
hay duda alguna que la edición de este año de la Feria de San
Sebastián, en la ciudad de San Cristóbal, tenia de fondo el morbo
torista por ver toros españoles en suelo venezolano. Y vaya que ha
servido esto para colocar en detalle varios puntos a tomar en cuenta.
La importancia del toro-toro en la plaza, y la importancia y
trascendencia de los triunfos que se alcance con él.
RUBÉN DARÍO
VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Fueron cuatro tarde de
toros (sin incluir la maratónica y aburrida de rejones), donde gran
parte de toreros anunciados han estado a un nivel óptimo en cuanto a
las expectativas que desarrollaron frente a los astados. Vimos a un
joven Fabio Castañeda tomar la alternativa muy centrado y resolutivo
ante la catadura del compromiso, lo que a la postre le valió el
reconocimiento como triunfador del ciclo; como también a un muy
veterano César Vanegas, quien lució completísimo a uno de los
bravísimos toros de Torrestrella lidiados en la feria, sin dejar a
un lado las agradables maneras del debutante David Galván, quien
venía de una cornada gravísima en su brazo izquierdo en octubre
pasado. No podemos negar el recital de toreo caro de José María
Manzanares, o la firmeza con la que se despachó toros poco potable
Iván Fandiño.
Ha sido la FISS de este
año una edición de altísimo nivel en todos los sentidos. Y lo
afirmo incluso en el renglón de subalternos y picadores, donde en la
retina han quedado labores e intervenciones brillantes de
banderilleros como José Antequera, Mauro David Pereira, Eliecer
Paredes, o picadores como los hermanos Luis y Rene Quintana, quienes
se midieron de tú a tú, con profesionales extranjeros de reconocido
bagaje.
Y del toro que podemos
decir. Que se ha cuidado el detalle de presentar en lo mayormente
posible el toro que debe presentarse en Pueblo Nuevo o en cualquier
otra feria venezolana, con el trapío requerido y especialmente con
la bravura y emoción que hace interesar a quien paga una entrada
para ver un espectáculo que vende eso, emociones. Me quedo con toros
como los lidiados en primer lugar del lote por El Fandi en su dos
tarde, tanto el de Torrestrella «Mentiroso» N° 76 –premiado con
la vuelta al ruedo- como de Ernesto Gutiérrez «Querendón» N° 306
(quien el atlético coleta lució por debajo de lo que eran), por su
bravura y tranco; «Flor Azul» N° 107 indultado por Castañeda y el
otro por parte de Vanegas «Fiscal» N° 1 ambos de Torrestrella, así
como el apabullante toro de rejones de El Capiro que cerró feria
«Naranjito» N° 368. Y eso es importante a la hora del balance
artístico.
Bueno señalar el
mérito de haberse devuelto ese interés de fiesta brava a la FISS
por parte del aficionado local y foráneo. Lo venía mereciendo desde
hace varias ediciones atrás y este año se ha cristalizado, no sin
antes reconocer que se puede corregir infinidad de detalles que
colocan el dintel de alerta, que bien valen la pena tomar en cuenta
como aprendizaje. Al igual que las demás citas del calendario
taurino nacional, en momentos de difícil trance para el toreo
nacional.
Mientras tanto, me
quedo prendado en la memoria con la bravura de un bello burraco y
gran toro, como lo fue «Fiscal» de Torrestrella, así como los
adormilados naturales de José María Manzanares, la entrega de un
Fandiño de ortodoxo toreo sin fisuras, así como las maneras de un
torero que puede convertirse en referente para la afición del
Táchira que inicia su tránsito en esta dura profesión como matador
de toros. Me refiero a Fabio Castañeda. Va por ellos…
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