CUMPLE CONDENA EN ZUERA
Ana María Aldón, Gloria Camila y sus hermanos acuden a verlo a la prisión
Los familiares de Ortega Cano esperan para entrar a verlo en la cárcel. - |
José Ortega Cano ya ha recibido su primera visita en la prisión zaragozana de Zuera. Tres días después de su ingreso en la cárcel, el maestro ha podido ver de nuevo a sus seres queridos. La distancia entre ellos, uno de los mayores inconvenientes que se han contemplado en la decisión del ex torero de escoger la prisión zaragozana para cumplir su condena, no ha sido un obstáculo. Así, su pareja Ana María Aldón, su hija Gloria Camila, y sus hermanos Paco y Mari Carmen, se trasladaron hasta allí para verle.
El ex diestro comenzó el pasado miércoles a cumplir su condena de dos años y seis meses por la muerte de Carlos Parra. El torero apareció a las 20:27 de la tarde en la cárcel de Zaragoza, tan sólo media hora antes que se cerrara la puerta principal. Tras despedirse de sus seres queridos se identificó ante los funcionarios que estaban cubriendo su turno y atravesó los muros de una cárcel en la que permanecerá privado de libertad durante los próximos meses.
Según varias publicaciones, el jueves por la mañana el maestro continuó el protocolo carcelario, como cualquier otro recién llegado: reunión con el educador, charla con la trabajadora social y con el psicólogo. Todo ello sirve para definir el perfil del nuevo interno y que el director de la cárcel decida a qué módulo se le asigna. A Ortega Cano se le ha colocado en uno de los 'módulos de respeto', en una celda compartida.
Por tanto el viernes fue el primer día en el que el diestro amaneció en su nueva habitación. A las ocho de la mañana, el primer recuento de internos y apertura de celdas. Tras limpiar y ordenar la estancia, tarea que suelen hacen los propios internos, desayuno. A partir de las nueve de la mañana, actividades: pasear por el patio, usar el gimnasio, seguir cursos diversos, acudir a charlas, a proyecciones de cine o a otras actividades culturales que de vez en cuando se organizan para los internos.
A la una y media de la tarde toca la comida. Y una hora después, de nuevo recuento de internos, un rato en la celda con tiempo para la siesta, y a las cinco de la tarde, de nuevo actividades. A las siete y media, la cena. Y, tras ella, de nuevo a las celdas.
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