Páginas

lunes, 16 de junio de 2014

Un inválido y esmirriado becerro impidió que el tachirense Jesús Enrique Colombo demostrara su auténtica valía


¿Por qué la presidencia no ordenó su devolución al corral y la salida del sobrero? ¿Por qué el asesor no se mostró tan complaciente con el venezolano como en otras decisiones sobre otros? 


Juan Lamarca
La faz de Jesús Enrique Colombo reflejaba la contrariedad sufrida ayer en el Certamen de Escuelas Taurinas de la CAM por no conseguir clasificarse para la siguiente fase semifinal.

Cierto es que logró cortar un trofeo demostrando su gran capacidad artística y técnica sobresaliendo entre todos los alternantes, con aires y formas de novillero seguro y preparado para más altas metas, pero no menos cierto es que el ínfimo e inválido becerro que lo tocó en suerte desbarató las firmes posibilidades de triunfo gordo de un novillero como el tachirense Colombo que anda sobrado de valor y ganas, atesorando cualidades extraordinarias que viene exhibiendo allá donde actúa, ganándose la admiración y respeto de aficiones de Venezuela, Perú, México o Colombia, siendo a él, precisamente al gran novillero Jesús Enrique Colombo, a cuyas diestras y expertas manos fue a parar fue a el esmirriado y ridículo animalejo que apenas se tenía en pie y que truncó su ansias y necesidad del triunfo que bien se merece. 

 Y siendo esas las lamentables condiciones físicas del animalito ¿Por qué la presidencia no ordenó su devolución al corral y la salida del sobrero? ¿Por qué el asesor no se mostró tan complaciente con el venezolano como en otras decisiones sobre otros? En fin, que el sobrero se quedó en los chiqueros y además cuando se contaba con una buena piara de cabestros para la operación de recambio. Si acaso primara el criterio económico en la negativa decisión del palco, ello sería deleznable por anteponer estos motivos contra la ilusión de un joven venido de Venezuela a la acogedora y ejemplar Escuela de Madrid a la que, con el relevo en la gerencia del Centro de Asuntos Taurinos de la CAM, se le ha sustraído su legítima capacidad de maniobra en estos certámenes de escuelas y de la responsabilidad de su organización y dirección, cuando, precisamente, es la escuela "Marcial.

Lalanda" perteneciente al Patronato conjunto de la Comunidad Autónoma y al Ayuntamiento de Madrid, la que en su día creó este feliz sistema de promoción de alumnos recabando la colaboración de ayuntamientos y concertando la retransmisión de ellos con el Canal Plus TV, bajo el eficiente, generoso impulso y padrinazgo dos colosos, dos artífices de su existencia y gloriosa transcendencia como fueran Don José María Álvarez del Manzano como alcalde, y Don Felipe Díaz Murillo como director técnico, el cual se viera forzado a dimitir de su cargo, ejercido sin interés particular, como un auténtico sacerdocio y en pro del bien general, y presumiblemente como consecuencia de las maniobras surgidas desde le propio centro de AA. TT. de la CAM en detrimento de la dotación económica de la Escuela de Madrid, la escuela de tauromaquia por antonomasia, y su autonomía de gestión, y en supuesto favoritismo hacia otras escuelas taurinas públicas y hasta alguna privada con sospechoso carácter de Fundación, y propiedad de la figura de moda especialista en contubernios profesionales a modo de grupos de presión sobre los estamentos de la fiesta.

Las aplicación de criterios irregulares y de elección de ganado en este caso, incluso con la aprobación de reses defectuosas de vista, nunca sería achacable a la ingente labor del efectivo director artístico de la "Marcial Lalanda", el encomiable Don José Luis Bote, de cuya entrega y ejemplar dedicación sienten orgullo todos aquellos que han pasado por esta institución; ni mucho menos del entusiasta alcalde de Alalpardo, Don Miguel Ángel Medranda, que muestra y demuestra año tras año su respeto por sus vecinos al ofrecerle un espectáculo querido y tradicional como son estos festejos taurinos, con todo rigor al rito y la formas exigibles con una magnífica plaza dotada de los mejores servicios, dependencias, instalaciones y personal adecuado y muy bien vestido como son los areneros y mulilleros -en Alalpardo nunca se verá el lamentable espectáculo de sustituir a las mulillas por una pala mecánica- Entonces ¿quien maneja, intriga y decide en estos certámenes taurinos para jóvenes alumnos de escuelas? 

Y hablando de trajines ¿Como se explica que en el tradicional festejo de "fin de curso" de las escuelas que se celebró la pasada temporada en la Monumental de las Ventas en la matinal del 12 de octubre no apareciera en cartel ni un solo alumno de la prestigiosa "Marcial Lalanda" de Madrid? Lagarto, lagarto..... ¿quien tira de los hilos....? ¿Quizás la misma persona de aspiraciones omnímodas que capitaliza el organismo público que asigna tendenciosa y caprichosamente las subvenciones a peñas y asociaciones taurinas? Igualmente, no se presume esté muy alejado del área de decisión que discrimina la concesión de uso de salas públicas de la plaza de Las Ventas a peñas y asociaciones taurinas a las que le asiste el derecho. Pues esto es lo que hay, aprendices de caciques ambulantes, una incongruencia con arreglo a estos tiempos pero de obligada meditación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario