MANOLO VANEGAS
NESTOR MELANI
OROZCO
Contemplar a
Manolo Venegas es volver a los
encuentros cuando de lunas y tercios se describen las ceremonias y de
encantos en el alma se llevan los ritos sagrados de ser torero. Volver a
encontrar los claveles rojos, la mantilla del pueblo y este cante jondo que
revive la fiesta ceremonial de un arte y manifestación que une todas las
culturas.
Permitirnos las
invocaciones que dejan los albores de una tarde de toros, aun cuando los siglos
se cobijan de ecos perpetuos y se abren los espacios sagrados para un futuro
maestro. Eudder José Vanegas. Llamado en el mundo de los toros como Manolo
Vanegas. Hijo de Seboruco pueblo tachirense de Venezuela y con una juventud
propuesta a los sentidos del alma, recorre los cortijos de España, plazas de
toros y se abre a los sentimientos de un torero descrito en una canción. Cuando
Domingo López Chávez le aporta la búsqueda hermosa de un futuro. En plazas de
Andalucía, de Granada y hasta Francia hecha una ovación de orejas, y pañuelos
blancos, en las visiones de David Fandila “El Fandi” el mayor banderillero del
mundo quien ha puesto fe en el joven de Seboruco para convertirlo en la gran
promesa de America.
Las
convocatorias de hermandad de Javier Conde y los senderos humanos de un poeta
naciendo torero. En las entregas majestuosas de toda una vocación que se
convertirá en los sentidos mágicos de su arte.
En la ciudad
francesa de Vauvert el pasado 6 de julio salio en hombros con la suerte de
maestro, alternando con la matadora Mar Serrano y el francés Louis Usson. Tras
su debut en la bella plaza de Ledezma en la provincia de Salamanca, con toros
de Antonio Palla y alternando con Alejandro Marcos y Alberto Escudero, salud al
tercio grande de Vanegas y la leyenda nueva de Venezuela donde las emociones
convertirán su estilo en una visión poética de las corridas toros. Manolo
Vanegas ahora desde los encantos de Madrid y los azules de Francia nos permitirá
saber de sus andares de futuro maestro cuando de colores granada y oro nazcan
de las multitudes para presenciar su destreza y la pureza de un artista del
ruedo y de un torero.
Esto anuncia en
carteles y manifiestos. Ya se encuentra en España el promisor novillero
tachirense Manolo Vanegas; joven perteneciente a una dinastía torera: Nieto de
torero y familia de torero; viene de la rama de su abuelo el legendario
novillero marabino: Eudes Fernández quien se anunciaba en los carteles como
"El Mara". Actuó en sus tiempos por tierras andinas mostrando su arte
en los pueblos donde toreó con mucho decoro.
Posteriormente, Eudes Fernández se
dedicó a ser empresario, llegando a organizar las ferias de muchas poblaciones
andinas. Su gran afición lo llevó por distintas partes de la geografía nacional
venezolana; este propulsor llevó la Fiesta Brava con ese romanticismo que en él
perduró con toda esa trashumancia que da ser empresario en regiones donde nunca
se daban toros. Eudes Fernández supo regar el toreo en toda la zona andina y
marabina. Eudes Fernández “El Mara” falleció hace mas de 20 años, por lo que no
pudo conocer su fruto; pero su semilla taurina quedó sembrada en su hija:
Damaris Fernández, quien es la madre de Manolo Vanegas un novillero a quien por
su venas también le fluye la sangre de torero; al igual que a sus primos: César
Vanegas: matador de toros de muchos éxitos en Venezuela y América mas aun la
figura de la actualidad.
A través de
Paola Melani recibimos con orgullo la gran noticia de sus triunfos y de sus
escalafones en los carteles de Europa, España y Francia, cuando escribe cartas
a mi hijo Pepe Melani, quien en su devoción taurina lleva una verdadera memoria
de toreros, hechos y toda la expresión de la fiesta de los Toros. Permitiendo
al hijo de Seboruco todos los sentidos del futuro para la distinguida remembranza
de una figura de América. En buena hora las tardes de toros, con claveles rojos
y azucenas, con guirnaldas y entre las reminiscencias la pureza y la dicha de
un joven valuarte del Táchira abriendo plazas con honor y dignidad... para que
vivan los gritos del alma cuando el arte de Manolo Vanegas hace sentir a las
multitudes. En nombre de Dios el mayor de los aplausos. Y un día llevara el
manto nazareno de Medarda Santa de Seboruco, con claveles de Santa Rosa para
saber de la luna nueva y cantar en los secretos de su mundo con amapolas y
orquestas consagradas a la gracia de un pasodoble torero. ¡Valla Manolo¡ que la
esperanza llevara los mayores sentimientos de Venezuela en las raíces de España
y en las tarde revestidas de multitudes a la majestad inmensa de un maestro...
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