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domingo, 20 de julio de 2014

Por bulerías en Roquetas



Morante, Manzanares y Talavante salen a hombros tras una gran tarde tiznada por las musas

CULTORO, Roquetas de Mar (Almería)

Tarde triunfal en Roquetas de Mar, donde una faena de Morante, una doble actuación muy meritoria de Manzanares y la inspiración de Talavante han propiciado, junto a una desigual corrida de Juan Pedro Domecq, que el público saliera satisfecho del coso almeriense.

El segundo fue desorejado por José María Manzanares por un toreo de entrega total ante un toro muy bajo de condición. Fue al final del trasteo cuando todo comenzó a convencer a los tendidos, pues el arrimón en el epílogo de la misma fue la clave perfecta para que las dos orejas, tras una gran estocad, fueran a parar a manos del alicantino. Especialmente notables fueron los circulares completos que Manzanares ejecutó en la rúbrica del trasteo. En el quinto volvió a cortar dos orejas ante un toro que, en el momento que tocaba los trastos, arremetía con violencia contra los mismos. No fue un astado fácil pero Manzanares fue hilvanando paulatinamente un trasteo en el que todo fue comprensión por el derecho. Una gran estocada recibiendo fue la guinda al pastel de cuatro orejas con que Roquetas premió al levantino.

En el primero bis, el de La Puebla tan sólo pudo justificarse ante un manso que se rajó en mitad del trasteo. Salió suelto de salida pero no pudo ante semejante manso de Juan Pedro. El toro titular fue devuelto por inválido. Todo se arregló ante el cuarto, pues el sevillano firmó una de las faenas más importantes de su carrera ante un gran toro de Juan Pedro Domecq. Todo fue temple, torería y empaque desde que el astado salió por toriles: una media y unas bellas chicuelinas preludiaron lo que en la muleta acontecería. Comenzó por ayudados, tras brindar al respetable, y a partir de ese momento todo fue un compendio de mágico concepto sobre todo por el derecho, el pitón más potable del astado. A partir de ese momento, los detalles que huelen a toreo clásico de otro tiempo se sucederían hasta que el público, entregado en todo momento, premiara su actuación con el doble trofeo.

En el tercero logró pasear un trofeo el extremeño Alejandro Talavante tras una faena en la que el astado humilló y derrochó entrega en los primeros compases de la lidia. En faena pareció desfondarse paulatinamente, en cada muletazo que el extremeño le hilvanaba. Éste tiró de propia voluntad –recuperado de una fuerte voltereta tras arrollarlo el astado-. Dejó pinchazo y estocada y fue premiado con un trofeo entre el calor de la afición almeriense. Otra oreja cortó del sexto, un toro que no se definió y ante el que anduvo inspirado, en momentos de entrega y derroche por parte del extremeño y un final digno a la Feria que Roquetas merece.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Roquetas de Mar. Lleno de "no hay billetes" en los tendidos en tarde soleada y calurosa.
Seis toros de Juan Pedro Domecq (1º Bis), desiguales de presencia y juego.
José Antonio "Morante de la Puebla", palmas y dos orejas.
José María Manzanares, dos orejas y dos orejas.
Alejandro Talavante, oreja y oreja.

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