Uceda Leal no
tiene una tarde afortunada. En el primero, solo algún derechazo
compuesto, pero no se confía, ni al matar (su especialidad). Intenta
sujetar al cuarto, huido total, pero enseguida desiste. No ha tenido
suerte con los toros pero ha pasado por Pamplona como una sombra: ¡con lo que ha podido ser este torero!
Francisco Marco, de la tierra, se muestra más suelto de lo que podría esperarse, por lo poco que torea, además de decidido. El segundo es un manso,
manejable en la muleta: el diestro le da distancia y liga derechazos
estimables. Se pelea con el quinto, pegajoso y descompuesto, que le hace
pasar apuros: actuación digna, en conjunto.
Paulita, que debuta en Pamplona, luce su buen estilo en el tercero, noble pero flojo, lo mantiene con temple: faena vistosa, mal rematada con la espada. El último empuja fuerte al caballo, se luce El Patillas; en la muleta, es complicado. El diestro se justifica y mata con facilidad.
Dolores Aguirre
era una gran aficionada y ganadera íntegra. Lo pasaba muy bien y muy
mal, según el juego que dieran sus reses, pero no le agradaban los paños calientes. La corrida de esta tarde –creo– no le hubiera gustado. Espero que su hija no se desanime, continúe ese camino en busca del toro encastado: la razón básica de esta Fiesta.
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