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jueves, 21 de agosto de 2014

Jesús Bayort, triunfador del certamen de noveles 'Eres torero'

El Juli con el ganador del certamen.
El Juli con el ganador del certamen.

El novillero sevillano Jesús Bayort se proclamó triunfador del certamen de noveles "Eres torero" que, organizado por la Fundación El Juli en colaboración con Canal Plus, ha celebrado su final la mañana de este jueves en la plaza de toros de Bilbao.
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El diestro Julián López "El Juli" decidió personalmente los galardones, adjudicando el primer premio a Bayort, que se hizo así con un traje de luces y un contrato para una novillada en la próxima feria del Pilar de Zaragoza.
En segundo lugar quedó Daniel Menés, al que El Juli entregó un capote y una muleta, mientras que la tercera posición fue para Rafael Serna, que se llevó un capote de brega.
En el festejo se lidiaron seis erales de la ganadería de Montalvo, de buena presencia y de juego desigual, todos con las fuerzas justas. El más completo y fuerte fue el sexto.
El balance de los actuantes fue el siguiente:
Jesús Bayort, de Sevilla: ovación tras aviso, oreja y silencio tras aviso en el que mató por Menés, fuera de concurso.

Rafael Serna, de Sevilla: ovación y silencio.

Daniel Menés, de Madrid: vuelta al ruedo tras fuerte petición.

A la muerte del tercero, Menés entró en la enfermería acusando los efectos de una reciente lesión de ligamentos en el hombro derecho, sin que los médicos ni la autoridad le autorizaran a volver al ruedo.
Más de mil personas asistieron a la novillada, en una mañana nublada y fresca.

El pelirrojo Jesús Bayort tuvo detalles de calidad y buen gusto durante la lidia de los tres novillos que estoqueó. Correcto con un primer eral rajado y a menos, redondeó mejor su toreo con el cuarto, otro novillo noble con el que compuso con cierto temple.

El también sevillano Rafael Serna templó y asentó al flojo segundo, a pesar de varios achuchones, y acabó por cogerle el aire al quinto, también endeble, aunque sin lograr caldear el ambiente.

Los mejores momentos de la novillada llegaron de la mano del madrileño Daniel Menés, que se mostró valiente y ambicioso y se empeñó a fondo con el único astado que pudo estoquear.

Variado con el capote, en suertes arriesgadas, hizo con la muleta el toreo más puro y lento de la matinal, aun a costa de sufrir un feo pitonazo en un muslo que le desgarró la taleguilla.

Aun así insistió Menés con la misma determinación hasta entrar a matar a cuerpo limpio, pero sin que finalmente el presidente atendiera la petición del público de una oreja para el alumno de la Escuela Taurina de Madrid

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