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domingo, 24 de agosto de 2014

Oreja para Leandro y Serafín Marín con una gran corrida de Bañuelos



Gran corrida de Antonio Bañuelos en el final del agosto venteño. Un regalo de trapío sin exageraciones y embestidas con clase que dio la oportunidad a la terna de salir de la suplencia torera en la que vive. Se quedó en el casi, una pena. El toro de la tarde fue para Leandro. Se gustó en las verónicas de salida donde el toro mostró hasta donde podía ir. El pitón izquierdo de 'Rumano', el segundo de la tarde, lo tenía todo para no haber salido a pie de la plaza. El vallisoletano lo entendió después de dos tandas con la derecha de cintura y aplomo. De acompañar. Al natural enganchó delante y llevó hasta atrás la primorosa embestida en dos tandas muy buenas. Cómo se rebosaba. Los pases de pecho y remates muy toreros no ocultaron la cruda realidad: faltó rotundidad y el toro se arrastró con una oreja de más.

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Se gustaría antes con el quite por chicuelinas al primero de compás abierto. La media fue cadenciosa. El quinto de la tarde, con su poca clase, embestía con emoción y nobleza. Iba y venía pidiendo colocación, sitio y una pizca de corazón. Por eso Leandro terminó difuminado y 'Mieldebrezo' se aburrió.

Naturales muy buenos y con ambas manos los dio Serafín Marín. Luego, en el sexto, tuvo calidad y poder en un trazo que en la primera fase de la faena se mostró tosco y torpe. Se amontonó cuando cogió la diestra con la espada montada y pasó al natural donde para encontrar un manantial de clase. Los naturales volaron largos y exigiendo por bajo a la enésima buena embestida de la tarde. Pero al final tuvo que tirar de circular y manoletinas para convencer a un público que no se había enterado de nada. Oreja tras una estocada baja fulminante. Con el tercero no pudo hacer nada. Al animal le costó un mundo ir detrás de la muleta. Agarrado al piso, el catalán lo intentó en la distancia corta pero al final el torero del exilio se vio obligado a abreviar.

El más antiguo de los tres confirmaba ayer su alternativa. Tras 13 años, Ricardo Torres pisaba el albero de Las Ventas y su actuación fue más que solvente. Mucho mérito por la falta de pitón que adolece estar bien ante dos toros exigentes por su calidad. Fue palpable con el primero la poca experiencia, al no dar el sitio que requería. Aún así se vieron pasajes estimables refrendados por una estocada que cayó perpendicular. Y con el cuarto, lo mejor llegó al final de la faena con un toreo al natural reposado. El toro tuvo el aire del quinto de Leandro, pero con menos fuerza y poder. Pudo haber oreja también para él pero se atascó entrando a matar. Hasta cinco intentos que alejaron el posible premio. Lo dicho, mucho mérito en una tarde que interesante de toros muy buenos.

Ficha del festejo

Plaza de toros de Las Ventas. Domingo, 24 de agosto de 2014. Quinta de de agosto. Un cuarto de entrada. Toros de Antonio Bañuelos, de buen juego en general. Dos excelentes, el 1º repetidor y pronto y el 2º de pitón izquierdo extraordinario y con fondo. 4º y 5º buenos. Con menos clase que los anteriores. 6º calidad en los dos pitones, noble y con fondo. 3º tuvo fijeza pero le costó desplazarse.

Ricardo Torres, verde manzana y oro.
Estocada trasera y atravesada, cuatro descabellos. (Ovación). En el cuarto varios pinchazos y estocada. Aviso (Silencio).

Leandro, rosa y oro.
Estocada suelta y delantera (Oreja). En el quinto dos pinchazos y estocada desprendida. Aviso (Silencio).

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