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miércoles, 17 de septiembre de 2014

El atronador toreo de El Juli


Una lluvia fina mojaba los tendidos que se desbordaba por la tejas. Abajo atronaba el toreo de El Juli. Encajado y hundido en la arena, la poderosa muleta tiraba y explotaba una embestida que transmitía lo suyo sin terminar de humillar por pura morfología. Juli lo enganchaba por delante y lo vaciaba por abajo con la derecha de gobierno y temple, ligadas las series desde que se lo sacó a los medios por la cara para cambiarse la mano por detrás y echarle todo el pecho encima en un pase de ídem.

Cuando presentó la izquierda, el toro de Daniel Ruiz humilllaba más, pero lo hacía sin ritmo. Julián se la dejaba muerta al hocico y tocaba para que el natural se repitiese con la profundidad del anterior. Una serie bárbara que no halló la continuidad de otra hasta que no pasó de nuevo por los redondos de poderío. La lluvia había pasado de fina a gruesa, y calaba en los tendidos tanto como la faena. Acusó el fondo del toro el gasto, así que el torero lo explotó ya por completo con un arrimón acongojante de trenzas y ochos, que concluyó con un desplante a cuerpo limpio. El cañonazo con la espada reventó todo: «¡Booom!». Entre los paraguas, la pañolada se impuso pronto para premiar una lidia sin fisuras que había nacido con unas verónicas de manos bajas: dos orejas de verdad pasado el ecuador de la negra tarde.

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Se percibía la guerra entre Juli y Perera, entre Castella y Perera, por hacerse con el bastón de mando de Albacete. Entre medias, la feota escalera de Daniel Ruiz, que apretó hacia los adentros y se entregó poco, no sin sus dosis de guasa. A lo peor las hechuras anovilladas del segundo inspiraron a la banda el pasodoble de 'Manolete' en recuerdo de aquellos utreros de los años 40 que sobrevivieron a la criba de ganaderías la guerra incivil. Un insulto a una afición que puede presumir de seria por su toro. Y la plaza se cabreó con toda la razón del mundo. A Sebastián Castella le tocó darle la vuelta a la tortilla. El globo del personal alcanzaba tal altura que le pitaron cuando pretendía el brindis. No hubo tal. Castella se paró en seco, se giró y desde casi la segunda raya le lanzó la montera a su mozo de espadas como para que hiciese un 'alley oop'.

El chiquitín fue bueno. Si llega a ser como el cabrón del primero o sacar el genio del tercero, ya hubiera sido pequeño y matón. 'Le Coq' corrió la mano con pulso cristalino desde que inventó una apertura por alto con los pies inmóviles en posición de pase de pecho. Despacio y elegante el galo luego al natural. Afinado hasta que intercaló un circular invertido. No hay faena en esta tierra que no se precie de muletazo tan gordo. No falla nadie, y Sebastián no iba a ser menos. Emprendió con pasmosa rectitud la suerte suprema y se cobró el trofeo de ley.

La espada ayer se le atravesó a Perera. No se sabe si el recuerdo del volteretón del otro día revoloteaba.

Pero chingó con un metisaca en los sótanos una importante faena al geniudo tercero que casi atraviesa a Joselito Gutiérrez contra las tablas cuando se confió al saltar la barrera. Desde que el toro se había sacudido el capote de MAP con rabia apuntó mala nota. Lo que pasa es que el tipo pule todo con su aplastante dominio, y aquel indeterminado animal terminó rendido. Otra historia sería el blandito último con una clase superior, un punto mansito estupendo que cató Miguel Ángel Perera de rodillas en redondo en el prólogo de faena. A cámara lenta el torero de Extremadura. El toro no aguantó tanto y en una de esas de me voy pero vuelvo ya no regresó. El piso se había convertido en un barrizal, y Perera se había rebozado en el lodo desde el farol del saludo. Se llevó una oreja a pesar de la defectuosa media.

Tanto él como Castella entraron en quites mixtos de esos que intercalan suertes, caleserinas, chicuelinas, espaldinas, gaoneras, en ese plan. Traía malos andares siempre el desacompasado quinto. 'Le Coq' sí brindó ahora a la empapada parroquia. Hubo un momento que parecía despegar aquello, pero se pasó de faena con el 'bull' exprimido. Juli no incurrió en ese vicio actual con el que abrió plaza, una prenda. No estaba el horno para alardes. La gloria vendría después.

Ficha del festejo

  • Plaza de Albacete. Miércoles, 17 de septiembre de 2014. Última de feria. Lleno. Toros de Daniel Ruiz muy desiguales de presentación, feota escalera de caras y hechuras; bueno el anovillado 2º; sin terminar de humillar y con transmisión el 4º; complicado el apretado 1º; con genio el 3º; desacompasado y desigual el 5º; de clase superior un 6º con un punto mansito que se rajó finalmente.
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  • El Juli, de verde hoja y oro. Estocada pasada casi entera algo atravesada (ovación). En el cuarto, estoconazo (dos orejas). Salió a hombros.
  • Sebastián Castella, de malva y oro. Estocada algo pasada (oreja y petición). En el quinto, estocada atravesada (saludos).
  • Miguel Ángel Perera, de azul turquesa y oro. Metisaca en los bajos y estocada (petición y saludos). En el sexto, pinchazo y media estocada atravesada y caída y descabello (oreja).

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