Tarde solvente y de variado calado del hidrocálido
M. A. H.,
Pachuca (México) -
Nada fácil fue el toro de Marrón
que abrió plaza, que partió siempre con la cara entre las manos, sin
empleo ni fuerza para mantener la pelea. Luego repitió en las tafalleras
del quite, donde no obligó Adame y cambió la
brillantez por el oficio. Tampoco en la muleta fue fácil el animal,
porque se aburría con la exigencia a destiempo y se venía abajo con el
pulso mal cogido, por lo que tardó Joselito en tomarle la medida al
diapasón hasta que llegó una serie con repetición y entrega a diestras.
Tuvo voluntad de tomar la tela el animal con la zurda, por donde llegaron naturales templados y hasta largos,
un punto sosos por la falta de chispa del de Marrón. Buena fue la
técnica del mexicano, con oficio sobrado para que le valga la media
embestida de un toro así, exprimido hasta el tremendo estoconazo con el
que concluyó el trasteo.
De Montecristo fue el
segundo de la tarde, al que le dejó muerto el capote muy pronto
Joselito, desmayando tal vez un punto de más brazos y muñecas casi sin
probaturas. Con el compás muy abierto quitó por chicuelinas, buscando
torear mucho los embroques, comprometidos y de muchísima quietud. Pero
fue en la muleta donde rompió el grandioso toro de Montecisto, que gateó
los viajes con mucho temple cuando se lo dieron y exigió con bravura en
todos los lances de la lidia. Hubo naturales de mucha intención y una
serie de ligazón y conexión con la diestra. Y hasta voltereta hubo en la
faena, que culminó Adame con otra estocada fulminante para pasear un
nuevo trofeo.
Llevaba sangre Domecq el burraco tercero de Jaral de Peñas, que humilló en el saludo a la verónica de Adame,
pero se pensó cada arrancada antes de acometerla. Más voluntad que
brillantez tuvo el quite por zapopinas, en el que no llegó entregado el
animal y hubo que acortar mucho el espacio, hurtando el cuerpo al no
quedar espacio. Poderoso fue el inicio de doblones del mexicano,
sometiendo la llegada con más brío que clase del animal. Supo tener paciencia y esperar la llegada poco clara del de Jaral de Peñas Joselito,
y le asentó talón para tragarle para ver si había fondo tras las
escasas condiciones de embestir, pero nunca se entregó el burraco a la
muleta de un Adame que tiró de oficio y de raza para andar por encima
del toro. Concluyó el trasteo con manoletinas para llegar al tendido y
con otra estocada contundente para cortar la tercera oreja de la tarde.
De Torreón de Cañas era el hierro del cuarto, al que le faltó repetición pero le sobró humillada fijeza cuando le caminó para atrás Adame.
Con tapatías y aragonesas quitó Joselito a un animal que se pensó cada
arrancada y que le obligó a hurtar la figura en más de una ocasión. Tomó
los palos el mexicano para banderillear con solvencia y facilidad a un
toro con mucho poder en la arrancada, calando mucho en una grada
entregada. Vibrante fue el inicio a pies juntos, con el animal enseñando
poder en la franela que le vació la bravura con uno de pecho de gran
factura. Sometió Adame con la mano diestra en una primera serie
de pulso y gobierno que acusó la voluntad del toro, a menos desde
entonces en un trasteo poderoso del mexicano, que mostró raza
cuando ya la arrancada se quedaba a medias. Le faltó duración al animal,
al que falló Joselito con los aceros.
Repitió el de Xajay en los primeros tercios, pero le faltó transmisión y bravura al comportamiento del burraco, al que inició la faena de muleta Adame
sentado en el estribo, recortando toreramente la llegada del toro, que
protestaba mucho a zurdas pero tenía cierta vibración en su embestida en
línea recta por el pitón derecho. Pero se le acabó pronto la largura en
el viaje al de Xajay, que se quedó en medias embestidas para que optase
Joselito por enjaretar las tandas cortas y con intensidad, inteligente en la oferta al animal para recibir su contraprestación. Fulminante fue de nuevo el espadazo para pasear su cuarta oreja.
A la puerta de chiqueros se fue Adame a esperar la salida del de Fernando de la Mora
que cerró plaza, para soplarle después largas cambiadas en el tercio y
un vistoso saludo. Manseó y se desentendió de la tela el toro en el
quite a la verónica que abrochó Adame con una media. Sin embargo, entre
la gran caja, los kilos y la escasez de raza propiciaron que se quedase
el toro bajo la tela desde el inicio de faena. Se fue pronto a por la
espada el hidrocálido ante la falta de celo del animal.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros Vicente Segura de Pachuca, México. Casi lleno en los tendidos en tarde lluviosa. Toros de Marrón (de cierta clase y justa raza el primero), Montecristo (de extraordinaria clase y empuje el gran segundo), Jaral de Peñas (deslucido y sin ritmo ni clase el pasador burraco tercero), Torreón de Cañas (exigente y con poder el cuarto, rajado pronto), Xajay (de escasa entrega pero buen fondo el quinto) y Fernando de la Mora (grandón y desrazado el sexto).
Joselito Adame (negro y oro) en solitario: oreja, oreja, oreja, ovación, dos orejas y ovación de despedida.
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