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jueves, 9 de octubre de 2014

El triunfo de Daniel Luque en solitario

Corta tres orejas en su actuación con seis toros en Zaragoza y el sobresaliente Carbonell cae herido grave

 El triunfo de Daniel Luque en solitario
andrés amorós
Daniel Luque resuelve con éxito la papeleta de matar seis toros en una Plaza de primera categoría: corta trofeos en los tres toros buenos, muestra siempre su buena actitud y tiene, toda la tarde, al público con él. La corrida dura menos de dos horas y media.

Los toros, de seis divisas, muestran un comportamiento variado. Tiene la fortuna (o el acierto) de echar por delante el mejor, de Bañuelos, un toro excelente, que le permite lucir todo su repertorio: chicuelinas con el compás abierto, doblones con arte, naturales llevándolo prendido en los vuelos de la muleta y sus «luquinas», cambiando el engaño de mano. Mata con decisión: el presidente recibe una bronca por no otorgarle la segunda oreja y da dos vueltas. Desde el comienzo, la gente se le ha entregado.

El de Fuente Ymbro es muy deslucido: flaquea, huye, tiene un viaje cortísimo. Lo prueba por los dos lados y lo mata. El público sigue con él.

Al colorado de Alcurrucén le faltan dos meses para los seis años. En el quite con el capote a la espalda, es herido el sobresaliente Manuel Carbonell. Con habilidad, Luque tapa los defectos del toro, que es pegajosito, y lo mata de una gran estocada: segunda oreja.

Fondo noble

El de Victorino, ovacionado de salida, es reservón, tardea pero embiste con fuerza. Se aplaude mucho al piquero Pedro Geniz. A base de aguantarle, Luque le saca el fondo noble que el toro tenía, hasta que se raja a tablas. Algunos naturales lentos han sorprendido. Con este toro, Luque ha demostrado su capacidad, a buen nivel: tercera oreja.

Por desgracia, los dos últimos, con más de 600 kilos, son deslucidos, no le permiten rematar la tarde triunfalmente. El de Victoriano del Río, alto y largo, mansea, protesta, va fuerte hasta que se raja del todo. Luque se queda quieto; con habilidad, saca muletazos a media altura, aprovechando los viajes de huida del morlaco, y aguanta tarascadas, en tablas. Mata a la segunda. El del Puerto de San Lorenzo es otro manso que se duerme o pega arreones. Daniel quita por chicuelinas y gaoneras, le va sacando muletazos, se justifica. Final satisfactorio pero sin el pleno triunfo que ha buscado toda la tarde.

Este reto ha supuesto un notable avance para Daniel Luque. De él depende mantener el buen nivel.

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