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ángel de antonio
Albert Boadella, listo para el «paseíllo» en los Teatros del Canal
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Defensor de la Fiesta y molesto con la prohibión catalana, dijo: «Este gran arte, que ha sobrevivido milagrosamente, vale la pena. Dos buenos pases de Manolete no tienen comparación ni con la mejor obra de Shakespeare».
Boadella, autor de «Controversia del toro y el torero»
-un debate equilibrado en el que se reflejan la esencia y los valores
de la Tauromaquia-, sueña con ver su nombre anunciado en los carteles de
San Isidro bajo el apodo de El Rubiales...
2.- Mario Vargas Llosa: «De chico, yo quería ser torero»
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abc
Vargas Llosa y Ponce, al alimón en la finca del maestro valenciano
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La afición del Nobel es firme y sin medias tintas. Así recordaba en una entrevista con Andrés Amorós su primera vez en los toros: «Vivíamos entonces en Bolivia, en la ciudad de Cochabamba, y yo debía de andar por los ocho o nueve años. Una tarde, mi abuelo Pedro me tomó de la mano y me hizo subir una larga cuesta que conducía a El Alto: en aquella cumbre, desde donde se divisaba toda la ciudad, pude presenciar la primera novillada de mi vida. Fue, sin duda, una corrida sin importancia pero dejó en mí una huella muy honda».
Mario Vargas Llosa, amigo personal de Enrique Ponce, jugaba con sus primas al toro y reconoce: «Como todos los que jugábamos al toro: de chico, yo quería ser torero. Supongo que tomé esa resolución inquebrantable desde la primera novillada que presencié».
Pero el camino del gran escritor fue otro...
3.- Camilo José Cela toreaba en la finca de Luis Miguel Dominguín
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exposición cela y los toros
Camilo José Cela, con zahones, y Luis Miguel Dominguín brindan tras un tentadero
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«Toreo de salón» o «El gallego y su cuadrilla», lecturas altamente recomendables. Libros, artículos y manuscritos del gran escritor.
Camilo José Cela tuvo una verdadera
afición y en muchas entrevistas presumió con orgullo de haber toreado en
el campo. Muy amigo de Luis Miguel Dominguín, contaba el propio maestro según Carlos Abella: «Ha estado varias veces en nuestra finca de Quismondo, La Companza, toreando becerras. Por cierto, en una ocasión le dio un puntazo en la nalga».
El Nobel y su afición taurina fueron protagonistas de una magnífica exposición el pasado mayo en la Casa de Correos.
4.- Camarón de la Isla, «torero» de vocación
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abc
Camarón y Manzanares
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Gran aficionado y amigo de toreros, manifestó que de no haber sido cantaor, su verdadera vocación hubiera sido ser matador de toros. Tuvo una especial debilidad por Curro Romero, al que le dedicó unas bulerías, «Arte y Majestad», que grabó en un trabajo discográfico dedicado al Faraón de Camas. De genio a genio.
5.- Joaquín Sabina: «Soy cantante por cobardía, yo quería ser torero»
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yolanda cardo
Joaquín Sabina, junto a Paco Camino, en la Monumental de Barcelona durante una corrida de José Tomás
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«Soy cantante por cobardía, yo quería ser torero», manifestó Joaquín Sabina, admirador y amigo personal de José Tomás, el año pasado durante la entrega de premios de la Unión de Clubs Taurinos Paul Ricard.
«Es el primero que recojo a mi pasión por los toros. Para mí es un honor. Y si no preguntadle a mi mujer: por las noches nunca sueño que canto, sueño que toreo», comentó.
6.- Sergio Ramos: «Tengo cierto carácter de torero»
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ignacio gil
Alejandro Talavante y Sergio Ramos se saludan en el patio de cuadrillas de Las Ventas
La afición a los toros de Sergio Ramos es por todos conocida. Siempre que su agenda se lo permite, acude ver a toreros como Alejandro Talavante,
uno de sus íntimos amigos. Pero la estrella blanca va más allá. Hizo
estas declaraciones a la cadena Cope: «Cuando me retire haré un festival en la Maestranza y otro en Las Ventas con Morante, El Juli, Manzanares y Talavante».
En un artículo publicado en 2013 en la revista «Four Four Two», Ramos, que en numerosas ocasiones ha celebrado un triunfo toreando a la verónica, señalaba: «Soy una persona que dice las cosas claras, gusten o no. Siempre digo lo que pienso a la gente. Tengo cierto carácter de torero.
Mi familia y yo somos apasionados de los toros. Consideré ser torero,
pero finalmente me decanté por el fútbol. Un ejemplo de ese carácter de
torero fue el penalti contra Portugal...»
Raúl, amigo de Ponce, es otro de los futbolistas que no ha dudado en tomar un capote para celebrar una tarde de goles.
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