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sábado, 11 de octubre de 2014

Martínez Uranga, un realista bien informado

El empresario de Las Ventas analiza la situación actual de la Fiesta

Martínez Uranga, un realista bien informado
ERNESTO AGUDO
Martínez Uranga, con su hijo en la Monumental
andrés amorós 

Nadie pondrá en duda que José Antonio Martínez Uranga posee una amplia experiencia taurina y que no tiene un pelo de tonto. Por eso, sus temores sobre el futuro de la Fiesta deben tomarse muy en serio.
Al margen de su interés personal, los datos preocupantes se acumulan, al charlar con él. Ante todo por la situación económica: «Es un sector en quiebra». Muy pocas Ferias tienen asegurada la supervivencia: las Fallas, la Feria de Abril, San Isidro, San Fermín, las Corridas Generales de Bilbao... ¿Las demás? Un prudente silencio.

Para atraer al público, hacen falta un toro que emocione (cosa que tantas veces falla) y una figura que atraiga de verdad. Ahora mismo, ni con un cartel de primeras figuras se llenan muchas Plazas...
Fuera de Madrid (por imposición del pliego), los precios de las entradas son muy caros, para la situación económica del país. Si se quiere que acuda más público, será necesario algún diestro de mayor tirón o bajar los precios. ¿Cómo? He ahí la cuestión. No cabe rebajar los costos si cada uno de los sectores profesionales implicados va por su cuenta. Cada uno mira por sus intereses: «El futuro de la Fiesta no preocupa a casi ninguno».

Habría que mirar a más largo plazo; en las Plazas de propiedad pública, que el canon que pagan los empresarios se destinara a la mejora del espectáculo: instalaciones, difusión de la Fiesta... 

Corrobora plenamente lo que yo apunto: la única solución pasaría por la creación de una entidad que agrupara a todos los profesionales, fuera interlocutor válido ante la Administración y defendiera la Fiesta frente a todos los que la atacan. Pero los profesionales no están por esa labor. Le sugiero que se preocupen los empresarios de formar a un líder sindical para que luche por esa necesaria unidad. Me escucha y sonríe...

¿Es un pesimista? Más bien un realista muy bien informado. Conoce el paño y no se hace ilusiones. Él –y yo– espera no ver esa reducción a media docena de Ferias. ¿Nuestros hijos? ¡Quién sabe!... No querría nuevos retos profesionales: con Las Ventas ya tiene bastante. Se acuerda, siempre, de Antonio Ordóñez, del Viti y, sobre todo, de aquellos años en que él iba de Feria en Feria, compartiendo el volante con su admirado Paco Camino.

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