Un idilio es para siempre
Lío gordo de Manzanares en Arles l André Viard - Terres Taurines |
MICA CRESSENTY
Arles (Francia). Dicen que hay amores fugaces y amores eternos. Los que se estilan en la ciudad del Ródano son para toda la vida. Lo sabe bien Arles, que siguió su feeling eterno con Manzanares, que cortó un rabo de un gran toro de Domingo Hernández de vuelta al ruedo en una importante y emotiva faena. El alicantino continuó el idilio de la pasada temporada con el coliseo, que también le sigue profesando amor a su paisano, Bautista, que paseó dos orejas del quinto, otro buen ejemplar de la divisa salmantina al que el galo firmó una templada labor con la que el romance en francés perduró. ¿Quién dijo que nadie es profeta en su tierra...? Pinceladas dejó Finito, que posiblemente con una espada más afilada, hubiera paseado algún trofeo dentro de un encierro de Domingo Hernández que dio buen juego en líneas generales.
Con mucho cariño recibió el publico arlesano a Manzanares, obligándole a saludar antes que irrumpiera en el ruedo el tercero, un astado bravo y encastado que tomaba por abajo y con gran celo los engaños. Largos los muletazos dibujados por el alicantino, que adornó su faena con molinetes y trincherazos antes de terminar con redondos. Pinchazos y estocada caída tras dos avisos le dejaron sin premio. Gran ovación al toro y al torero.
Al sexto lo recibió con exquisitas verónicas. Fue otro ejemplar de Domingo Hernández que
demostró bravura en el caballo. Llegó a la muleta del alicantino con
mucha calidad pero con esa dificultad de ser gazapón. Le dio igual al
torero, que lo muleteó con mucho poder y al ralentí. Lenta y profunda la
muleta de José Mari para dibujar pases profundos de
toreo muy caro. Se adornó en una última tanda por redondos antes de
entrar a matar recibiendo a casi veinte metros de distancia dejando una
estocada fulminante que derrumbó sin puntilla al encastado toro. El
público en pie pidió con fuerza los máximos trofeos y el toro fue
premiado con la vuelta al ruedo.
Recibió al quinto Bautista por verónicas rodilla en tierra rematando por chicuelinas. También fue bravo en el caballo el de Domingo Hernández empujando fuerte en las dos varas. Noble este quinto ejemplar con el defecto de ser gazapón. Bautista se
adaptó a esa condición en el primer tramo de la faena. Cuando consintió
parar al toro pudo ofrecerle templadas tandas por ambos pitones. Lo
mató al recibir en dos tiempos. Dos orejas tras aviso. El segundo tuvo mucha calidad en sus embestidas pero tuvo las fuerzas justas. Bautista firmó
muletazos suaves y variados con molinetes, pases cambiados y
martinetes. Pero a mitad de faena el toro perdió las manos un par de
veces y eso impidió que su labor pudiera tomar vuelo. El torero francés
saludó una ovación.
Finito dejó huella de su torería con ajustadas verónicas al cuarto, un astado manejable al que Finito dejó detalles con mucho sabor. Faena de largo metraje en la que sonaron dos avisos antes que entrara a matar. Abrió plaza un noble ejemplar de la divisa salmantina al que Finito de Córdoba toreó
muy despacio. Dejó detalles de buena factura sobre todo una tanda de
derechazos a cámara lenta. Falló varias veces a la hora de matar.
Silencio.
Anfiteatro de Arles. Tercera de la Feria de Pascua. Tres cuartos de plaza. Toros de Domingo Hernández, de buen juego en líneas generales, el sexto, Nº 4, de nombre Raída, 11/10, de 510 kg, fue premiado con la vuelta al ruedo. Finito de Córdoba, silencio en su lote; Juan Bautista, ovación y dos orejas; José Maria Manzanares, ovación y dos orejas y rabo.
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