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miércoles, 15 de abril de 2015

FERIA DE ABRIL: Joselito Adame alivia el chaparrón

El torero hidrocálido cortó la primera oreja de la Feria de Abril tras entender la altura y distancia del buen cuarto. La corrida de Cayetano Muñoz no dio opciones ni a Oliva Soto, que resultó cogido en dos ocasiones, ni a Esaú Fernández

 Derechazo de Joselito Adame al cuarto toro de la tarde

Derechazo de Joselito Adame al cuarto toro de la tarde Carlos Márquez

CARLOS CRIVELL

La Feria comenzó con un chaparrón intenso y los ánimos algo encrespados. Por abril, aguas mil, que dice el refrán. Llegan los toros y llega la lluvia bendita para el campo.

El minuto de silencio por Alfonsillo de Camas, picador de toros, padre y abuelo de toreros acabó por darle a la tarde un aire entre triste y resignado. Oliva Soto vivía con su abuelo y la tarde de su única oportunidad en esta Feria se cubrió de una pena honda.

La fortuna quiso que la lluvia solo atormentara a los presentes en el primer toro. No hubo muchos argumentos taurinos en en el festejo. El gozo de los presentes se quedó prendado de la belleza única de la plaza.

El mexicano Joselito Adame mató al primero con la gente más preocupada del agua que de la lidia. La realidad es que Adame mató al toro sin más. El de Cayetano Muñoz, anovillado como los cuatro primeros, fue un compendio de escasas virtudes: mansito, sin fuerzas, soso, en fin, que no valía nada.

El torero hidrocálido tiene un plus sobre muchos toreros por su capacidad y oficio. Lo demostró con el buen toro cuarto, un precioso jabonero que fue a más en una buena mezcla de calidad, morro por el albero, y nobleza, con embestidas a buen ritmo. La faena parecía perderse en las dos tandas con la derecha del comienzo, pero se vino arriba con la izquierda. Joselito se colocó en el sitio, templó y se gustó. El toro, que se sintió bien tratado, mostró su buena clase y la tarde se recompuso con el encuentro feliz de un toro y un torero. En el centro del ruedo, con la muleta siempre por delante, el toreo surgió lento y con cadencia. Al final, uno del desprecio y unos derechazos desmayados le pusieron la guinda al trasteo. Buen toro en buenas manos. La oreja fue el premio justo.

Esta faena alivió la mojada y los dolores que más de uno había sentido en la primera media hora. Y fue casi lo único. La corrida de Cayetano Muñoz se vino arriba en presencia con el quinto y el sexto. Y de juego, nada de nada. Con pocas fuerzas, tendencia a la mansedumbre, los toros se desplomaron al final, la mayoría parados y a la defensiva.



Oliva Soto brindó al cielo el segundo. Algún lance suelto tuvo ese sello propio de su estirpe gitana. El animal desarrolló sentido por la izquierda y Oliva no se asentó para poderle por abajo. No era boyante; exigía un esfuerzo.

El quinto exhibió más casta. Quiso justificar su tarde, lo citó de largo con la derecha y resultó cogido por no tocar a tiempo. De nuevo fue cogido al intentar uno de pecho, ahora con susto mayor porque el de Muñoz lo tuvo en el suelo a su merced. Salió con el cuerpo dolorido y el alma destrozada. Para colmo, el toro cambió su ritmo y se rajó. El de Camas lo mató con dificultad y ahí acabó todo.
Esaú Fernández puso sobre el tapete toda su voluntad frente a dos toros aplomados y sin fuelle. Se entregó con el tercero al que le buscó todas las vueltas ya en el toreo fundamental, ya en los arrimones.

Su voluntad quedó de manifiesto en el sexto, de nuevo a portagayola, tratando de conducir una embestida desigual con la cara alta, que cuando trataba de someterla era para que el astado rodara por el albero. Repitió su labor de entrega, ganas y cercanías. Esaú se fue contrariado. Estuvo por encima de su descastado lote, pero claro está que eso no le sirve a un diestro necesitado de triunfos.

FICHA DEL FESTEJO

  • Plaza de toros de la Maestranza. Miércoles, 15 de abril de 2015. Menos de media plaza. Toros de Cayetano Muñoz, parejos de hechuras aunque justos de trapío salvo 5º y 6º. Muy descastados en general, salvo 4º y 5º. Destacó el cuarto, jabonero, bravo y noble. Desarrolló sentido por el lado izquierdo el 2º. Casi todos, justos de fuerzas. 
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  • Joselito Adame, de negro y oro. Estocada tendida y tres descabellos (silencio). En el cuarto, estocada tendida y descabello (oreja). 
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  • Oliva Soto, de turquesa y azabache. Tres pinchazos y estocada (silencio). En el quinto, pinchazo, estocada corta atravesada y cuatro descabellos (silencio). 
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  • Esaú Fernández, de azul marino y oro. Estocada corta muy baja (ovación). En el sexto, media estocada (silencio).

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