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miércoles, 6 de mayo de 2015

Exigimos un perdón público

Podemos, el partido que pedía expresamente la abolición de la tauromaquia, sacó en la tarde de ayer su nuevo programa. Ahora no incluye esa medida. No sabemos qué es peor…

Exigimos un perdón público

Durante la jornada de ayer, Pablo Iglesias presentó las 215 propuestas políticas de Podemos de cara a las elecciones autonómicas del próximo día 24. Sin duda, la suavización de los anteriores puntos presentados a la sociedad son la clave de un programa ampliado y más concreto que el de las europeas de hace un año. Entonces consiguió cinco escaños en el Parlamento de Bruselas pidiendo expresamente que quería erradicar la Fiesta de los toros de todo el orbe. No nos olvidemos. Ahora obvia ese punto porque 365 días antes de este 6 de mayo obviaba de igual forma la masificación social que mueve el toreo.

No sabemos qué es peor: que un partido político se decante por la crudeza real que lleva consigo una medida polémica en cuanto a pérdida de votos o, por el contrario, que oculte esa medida y luego la lleve a cabo. El ideario de Podemos lo hacía, y a la chita callando esconden ahora esa medida en su nuevo programa autonómico. Pero no. No nos van a engañar. Exigimos, cuanto menos, un perdón público por aquel primer atrevimiento –que significaba un atentado constitucional- contra una parte de la cultura no sólo identificadora de la marca España, sino conformadora de una parte importante de la vida de la ciudadanía. 

"En las elecciones europeas abogábamos por suprimir la Fiesta de los toros, y además yo personalmente estoy en contra del maltrato animal. Los sanfermines me gustaría que fueran distintos", señalaba hace tan sólo unos meses Laura Pérez, la líder de Podemos en Navarra.
A su debido tiempo denunció CULTORO esa "Grave inmoralidad” en un editorial. Era la confirmación de intenciones de un partido que ha venido atacando al toreo hasta que han visto la masa social que mueve y, por ende, los votos que significa la palabra "tauromaquia”. Y las 24.000 almas que van a pisar 30 tardes la plaza de Las Ventas por San Isidro son una pequeña muestra de ello.

Poco después, el mismo partido insultó como "rancios" a los aficionados a los toros en un comunicado tras la Feria de Olivenza, intentando encubrir los 80.000 visitantes que la localidad de 12.000 atrajo aquel fin de semana y los 6 millones de euros que movió el serial extremeño. Ahora no se decanta por la prohibición de la Fiesta en su programa autonómico, pero no nos conformamos: exigimos un perdón público por aquel primer atentado contra la dignidad de todos los españoles que, libremente, ejercían su derecho a la cultura.

Exigimos, pues, un perdón público que creemos es lo que merecen los millones de ciudadanos vejados por un primer programa que trataba de erradicar no sólo su pasión, sino una pequeña parte de sus vidas. Era aquella una medida tan antidemocrática como puede serlo que ese perdón público no llegue nunca.

Exigimos una marcha atrás que lleve consigo una declaración de intenciones bien clarita: no sólo que no van a tocar el toreo, sino que van a respetar y promover su naturaleza cultural tal y como narra nuestra Carta Magna. De lo contrario, no merecen nuestro voto, el voto de los aficionados a los toros. Y lo exigimos no sólo sino porque sería lo políticamente correcto, sino porque puede y debe quedarnos a todos bien claro antes de meter el papelito en la urna. Porque nosotros, los aficionados al arte más puro del siglo XXI, también podemos.


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