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lunes, 4 de mayo de 2015

De la magistral faena de El Juli al indulto y la cornada de Silveti en Aguascalientes

Un día después del clamor por José Tomás, se vivió otra tarde de gloria (y sangre)

El Juli pasea las dos orejas del toro con el que triunfó
El Juli pasea las dos orejas del toro con el que triunfó / efe
guillermo leal / aguascalientes
Un día después del clamor por José Tomás, El Juli dictó magisterio en Aguascalientes. Primera figura del toreo, obligó a embestir a un toro que no quería hacerlo y el público le gritó «¡torero, torero!»mientras daba la vuelta al ruedo con las orejas. Fue el premio a una faena magistral donde El Juli, sin tanta exigencia ni parafernalia, sino más terrenal, emocionó con un sentimiento honesto al público que abarrotó la Monumental para verlo.

Ya en su primero había hecho un esfuerzo, pero cuando vio que su segundo le estaba ocasionando problemas, Julián le pisó los terrenos y lo sometió. Faena verdaderamente emocionante en la que hubo muletazos templados y donde se impuso a todas las adversidades. Rubricó su labor con una estocada entera que le valió cortar dos trofeos.

De la magistral faena de El Juli al indulto y la cornada de Silveti en Aguascalientes
efe
El Juli, en un derechazo mirando al tendido
Y cuando parecía que con ese triunfo se quedaría la tarde, pocos nos imaginamos que sería apenas el principio de una corrida apoteósica, de un triunfo de la Fiesta brava. Fermín Espinosa «Armillita», su ahijado de primera comunión, estuvo voluntarioso y valiente para cortar una oreja al noble y manso sexto. El rejoneador Emiliano Gamero, que entró por la vía de la sustitución, se lució de manera extraordinaria con un toro excepcional de Fernando de la Mora. La faena fue de tal emoción que cortó un rabo.

Duda para Madrid

Con la plaza exaltada, Diego Silveti, que no había tenido opción, regaló un toro, también de Fernando de la Mora. Fue soberbio, uno de los mejores toros de la feria, bravo, noble, muy emotivo y, aunque al final trató de irse a tablas, siempre peleó en los medios. Silveti lo templó y le cuajó un faenón que marcó la dimensión torera de este joven de dinastía. Como buen toro bravo no le permitió a Diego un error y le dio una cornada. El toro fue indultado y el torero caminó a la enfermería sabiendo que su actuación en Madrid el 14 de mayo está en duda. Fue operado de «una cornada de tres trayectorias en la pantorrilla derecha, sin lesiones de arterias y nervios».

Se lidiaron siete toros de Montecristo, bravos para los caballos, pero de desigual juego. Otros dos toros de Fernando de la Mora, uno de rejones que fue extraordinario y mereció los honores del arrastre lento, y otro excepcional por su bravura, clase y nobleza que fue indultado, «Aroma de Toro». El Juli, ovación y dos orejas. Silveti, silencio en su lote e indulto y cornada en el de regalo. Armillita IV, silencio y oreja. Gamero, dos orejas y rabo.

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