El extremeño suavizó su racha indultando a 'Rabito' de Garcigrande esta tarde y cortando las dos orejas de su primero; gustó muchísimo la personalidad de Juan Diego y rotundo anduvo Hermoso
Un cartel sumamente dispar era el que presentaba la plaza de toros abulense de Arévalo para la primera corrida de toros de su Feria. En primer lugar hacía el paseíllo a caballo el rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza; le seguía en suerte el veterano torero salmantino Juan Diego para que cerrara plaza el extremeño Miguel Ángel Perera. En chiqueros, un encierro de Luis Terrón, Domingo Hernández y Garcigrande.
Palmas escuchó Pablo Hermoso de Mendoza con el abreplaza, un toro de Luis Terrón mansurrón que no tuvo el celo esperado. Aun así, el de Estella lo intentó por todos los medios, destacando el epílogo de su faena a lomos de "Pirata”. Pero la revolución fue la de su caballo "Disparate" en el cuarto de la tarde, otro toro con el hierro de Luis Terrón. Hermoso ejecutó su ya clásica "hermosina" a lomos del jaco montando el taco entre los aficionados. Entró el rejón y, con el público en caliente, paseó doble apéndice.
Muchísimo gusto imprimió en el segundo de la tarde el toreo añejo de Juan Diego. A pesar de ser un torero que no aparece con asiduidad en los carteles en las últimas temporadas, sus actuaciones se cuentan por esencias y hoy Arévalo fue un tarro que destapó el salmantino. Supo ajustarse con gracia por naturales al astado de Garcigrande para gustar su personalísimo concepto en los tendidos. Pinchó al toro y, además, éste tardó en caer, por lo que aflojó la petición de premio. Pudo desquitarse de la espina con un gran quinto del mismo hierro, al que cuajó de capote para luego romperse con la muleta sobre todo al natural. Fue el Juan Diego de los primeros tiempos el que apareció en escena, brillando por momentos ante un toro que sacó una gran nobleza y humillación para que el veterano se rompiera también a derechazos. La espada sí entró esta vez y paseó el doble trofeo.
Dos orejas del tercero de la tarde paseó Miguel Ángel Perera. Fue una faena precedida por un gran toreo capotero a la verónica y un ajustado quite por tafalleras que llegó al tendido pronto. Ya muleta en mano, reventó al de Domingo Hernández en tres tandas sometedoras por el derecho y varios naturales con gusto para darse un arrimón final que terminó pro encandilar al respetable abulense. Se tiró con la espada de verdad y, tras el estoconazo, paseó Perera el doble trofeo.
Pero la revolución llegó en el sexto, un extraordinario toro de Garcigrande con el que anduvo pleno el de Puebla del Prior. El astado fue bravo de principio a fin, humillando en todo momento del toreo de capote de Miguel Ángel, que lo sometió ya con la seda por verónicas. Ya muleta en mano, supo administrar tandas por ambos lados ante un animal bravo pero exigente, con una suprema nobleza y que metía la cara por bajo empujando con los riñones en todo momento. Perera vio su condición y le exigió en las dos últimas tandas por naturales, pero proseguía arremetiendo el astado hasta que se ganó el indulto pedido por toda la plaza.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Arévalo, Ávila. Primera de Feria. Corrida de toros. Lleno.
Seis toros de Luis Terrón, Domingo Hernández y Garcigrande. El sexto premiado con el indulto, de nombre "Rabito", con el hierro de Domingo Hernández.
Pablo Hermoso de Mendoza, ovación y dos orejas.
Juan Diego, ovación y dos orejas.
Miguel Ángel Perera, dos orejas y dos orejas y rabo simbólicos.
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