Esta fiesta posee una fuertísima personalidad por los encierros, la psicología del pueblo navarro y
la importancia del toro bravo. Algunos visitantes se quedan en lo más
bullanguero; por debajo de ello, hay que saber apreciar una organización
impecable, la extraordinaria cordialidad de la gente y el protagonismo
del toro.
Un dato básico: todas las tardes, la Plaza –cuidadísima– se abarrota. Esta sólida base económica
permite a la Casa de Misericordia organizar la Feria con seriedad
ejemplar: aquí, se paga bien a los ganaderos y a los toreros; se elige
con esmero el ganado; repiten siempre los toreros que triunfan...
LOS TOROS
Toda la fiesta gira en torno al toro bravo; si uno lo
desea, puede participar en actividades taurinas desde el encierro
matinal hasta el toro de fuego, por la noche.
Hace años, la Casa de Misericordia tomó una decisión
básica: ésta es la gran Feria del Toro. Quiere decirse que, en contra de
lo habitual, primero se eligen las ganaderías y, luego, si las aceptan, los diestros.
Los ganaderos saben de sobra lo que gusta en Pamplona: gran trapío, impecable presentación, caras espectaculares.
Aquí, se hunden los tópicos: aunque tengan muchos kilos, los toros sí
se mueven, si tienen fuerza y casta suficientes. Recordamos aquel Miura descomunal,
abiertísimo de pitones, que mató Roberto Domínguez, o el Fuente Ymbro,
que pesaba casi 700 kilos y fue el más bravo de la Feria...
En la novillada inicial, veremos, por quinto año consecutivo, reses del Parralejo, que suelen dar gran juego. Para rejones, toros del Capea,
recientes triunfadores en Burgos. En cuatro de las ocho corridas, se
lidian toros de ganaderías habituales, en este coso: Jandilla, Fuente
Ymbro, Victoriano del Río (triunfador, el año pasado, con el gran toro «Español») y Miura, que cierra la Feria. El Juli y Perera
se apuntan a los codiciados Garcigrandes. Entre las novedades, los
encastados toros del Conde de la Maza y Escolar; debutan los del Tajo y
la Reina, de Joselito. (Faltan otros hierros tradicionales como
Torrestrella, Cebada Gago o Dolores Aguirre).
LOS TOREROS
Son excelentes los carteles de la novillada, con la vuelta de Posada de Maravillas, herido grave aquí, hace un año, y el tradicional de rejones, en torno a Pablo Hermoso de Mendoza, el ídolo de la tierra.
En las corridas, repiten los tres triunfadores del
año pasado: Juan José Padilla, Miguel Ángel Perera e Iván Fandiño.
Torean una tarde El Juli, Sebastián Castella y Alejandro Talavante.
Faltan Morante de la Puebla, José María Manzanares, Daniel Luque...
Es un acierto incluir a diestros que no son figuras pero han hecho méritos en Las Ventas: López Simón, Morenito de Aranda, Eugenio de Mora, Juan del Álamo, Jiménez Fortes..
LA SITUACIÓN POLÍTICA
Tradicionalmente, el alcalde, con levita y chistera,
preside la corrida del día de San Fermín; le suceden, cada tarde,
representantes delos grupos municipales. Se dudaba si lo haría el nuevo
alcalde, de Bildu: un partido que se ha opuesto a los toros en San
Sebastián pero no en Cestona.
Joseba Asirón,
el nuevo alcalde, ha dicho que seguirá esta tradición y que es
«aficionado a los toros del 7 al 14 de julio», abonado a una andanada de
sol. Otro miembro de Bildu, Aritz Romero,
presidirá la última corrida. En las otras, lo harán tres concejales de
Unión del Pueblo Navarro, dos de Geroa Bai y uno del Partido Socialista
de Navarra (no participarán los de Aranzadi, cercanos a Podemos).
No es fácil oponerse, en Pamplona, a la gran marea popular. Cuando surge un conflicto, el grito «¡San Fermín!» restablece la alegría de esta fiesta única.
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