«Han sido días duros, difíciles,
pero gracias al apoyo y al cariño de tantas personas, la recuperación
está siendo muy positiva y muy buena, aunque sea un proceso largo y con
mucha paciencia», sostuvo Jiménez Fortes, quien reconoció que la
situación es «día a día de evolución» y de querer «estar mejor hoy que
ayer».
El malagueño, al que se le entendía perfectamente aunque se
cansaba al hablar, subrayó que cuando pueda «estar bien para torear» lo
hará. El percance no le alejará de la Fiesta, porque «un día» decidió
dedicar su «vida a los toros y va a ser con todas las consecuencias. Me apetece volver, pero hay que tener paciencia».
Tras explicar que fue «consciente» de lo ocurrido —el
astado le arrolló contra las tablas, le metió el pitón por el cuello, le
levantó hacia arriba y le arrojó violentamente contra la arena del
ruedo— hasta que llegó al quirófano del Hospital Clínico, reconoció que
vio «peligrar su vida» porque estamos hablando –añadió– de una cogida «bastante más grave» que la sufrida en Madrid a mediados del pasado mes de mayo.
Más grave que la de Madrid
Agradecimientos también por parte de Nemesio Matías a
«toda» la gente del mundo del toro que ha estado «con nosotros desde el
primer momento», al tiempo que resaltó que tras diez días del percance
están en «el principio del segundo milagro que
hemos vivido este año», en alusión a la cornada de Las Ventas. «Hemos
conseguido la primera etapa que era la de la vida, la segunda fue dejar
la UCI y la tercera, en la que nos encontramos, salir del hospital».
Sin embargo, hizo hincapié en que esa progresión «no quiere
decir que se haya ganado la batalla, porque ésta es muy tranquila, con
mucha paciencia y tenemos que ir día a día». Reconoció que lo que les
han «enseñado los doctores» y en concreto los otorrinos Juan Luis del
Pozo y Pedro Blanco es que «hay que ir día a día» y que «hay que estar tranquilos. La cornada ha sido muy fuerte y las consecuencias iremos tratándolas según vayan viniendo».
Cauto también se mostró ante la vuelta a los ruedos, ya
que, según recalcó, «hay que ir poco a poco y ver cómo evoluciona el
paladar. Los doctores no han dado fechas, pero sí que hay que venir todos días a las curas».
«Saúl tiene claro que dentro de su profesión quiere ser uno grande»,
apostilló Nemesio, a la vez que mostraba su tranquilidad y la del
diestro aún a sabiendas de que «puede ser difícil».
El apoderado, que expresó la esperanza de que al diestro no le quede «casi ninguna o ninguna secuela»
porque «todo va bien», aludió a que les quedaban «21 tardes contratadas
y muchas se han perdido, pero no sé lo que haremos hasta final de
temporada porque no sólo hay que contar con la evolución física del
torero, sino también la psicológica. El día que vuelva será para ser una figura, dará el mil por mil e incluso la vida».
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