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martes, 1 de septiembre de 2015

COLMENAR VIEJO (MADRID): Aguilera y una buena novillada de La Ventana del Puerto

Juan Antonio Romero y Luis Manuel Castellanos no tuvieron suerte

Aguilera y una buena novillada de La Ventana del Puerto
MARCO A. HIERRO

Una novillada de Flor de Jara cerraba la Feria de Colmenar Viejo 2015. En el cartel, tres novilleros con tirón en la ciudad como Juan Antonio Romero, José Aguilera y Luis Manuel Castellanos.

Extraordinario fue el primer eral de La Ventana del Puerto, que acometió con fijeza, con celo y con humillado empuje la muleta que siempre le dejó muy puesta Juan Antonio Romero. Con oficio y suficiencia, tragó las venidas por dentro con los errores propios y supo enganchar con quietud y suavidad las arrancadas ajenas para intentar hacer el toreo. No siempre estructuró con lógica, pero alcanzó el chaval un aceptable nivel. El novillo, de indulto. Vuelta.

Devuelto fue el segundo por descoordinado en una clara precipitación del palco. En su lugar salió un animal más feo de hechuras, pero con humillada y entregada arrancada rn el capote de José Aguilera. Muertas la dejó el de Colmenar con la mano izquierda, trazando con asiento y hasta con profundidad, pero sin vestir, que es lo más fácil. Se emborrachó de pegarle muletazos para vaciarse en la distancia, en corto y en la media, pero el fallo con la espada dejó el premio en oreja. 

Con voluntad y con intención salió Castellanos a lancear al tercero, con la cara más a su aire y los cuartos traseros endebles que esta vez no vio el palco. Quiso embestir el animal, pero no se lo permitió su condición más que en la media altura que propuso el mexicano, y no siempre acabó las tandas. Porfió Luis Manuel en series cortas para dejar patente su disposición, y al hilo de las tablas logró mantener en pie al de La Ventana. Mató de estocada desprendida y escuchó silencio. 

Mucho ritmo y muy buen tranco tenía el cuarto, pero no siempre encontró temple en la muleta de Romero. Demandó pulso la tremenda fijeza del animal, pero anduvo verde el novillero en el examen. Mostró voluntad y no se aburrió, pero no dio con la tecla del buen eral. Mató mal y escuchó silencio tras aviso. 

Con mucha quietud se plantó Aguilera para soplarle verónicas al quinto, animal de brío y movilidad que le arrancó el capote y se lo llevó detrás en voltereta sin consecuencias. Supo acompañar las embestidas el chaval en el inicio, componiendo los embroques y abriendo con facilidad. Más le costó cogerle el pulso al natural, y tuvo que llegar una nueva voltereta para que saliera su mejor versión. Más acoplado, creyéndoselo más, le dejó muerto el trapo con fe para trazar y con temple para vaciar en una sólida actuación. Una estocada corta le dio las dos orejas.

A la puerta de chiqueros se fue Castellanos para que lo arrollado el sexto en su salida, que volvió a voltearlo mientras lancear a la verónica con más voluntad que brillantez. Acelerado y con mucha urgencia anduvo el mexicano con el animal, sin encontrar el acople entre la entrega derrochada. Bueno el de La Ventana, con acometidad, celo y desliz ante un Castellanos que fue todo disposición. Mal con la espada, escuchó un aviso. Silencio.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Colmenar Viejo, Madrid. Última de Feria. Novillada sin picadores.
Novillos de La Ventana de El Puerto.
Juan Antonio Romero, vuelta y silencio tras aviso. 
José Aguilera, oreja y dos orejas. 
Luis Manuel Castellanos, silencio y silencio.

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