Deslucida y baja de presencia corrida de Zalduendo con la que Morante deja detalles cortar la oreja al cuarto y El Juli es silenciado; Roca Rey suma un nuevo triunfo en su nueva trayectoria
 Roca Rey se topaba con dos toreros de época como Morante y El Juli esta tarde en la primera corrida de toros que toreaba tras su alternativa el pasado sábado en Nimes. La Ribera de Logroño acogía así un cartel en el que los toros de Zalduendo hacían acto de presencia.
 No se arriesgó Morante ante el primero de la tarde, un toro
desrazado, falto de clase, sin boyantía en su tranco y que no quería 
pelea sino
que lo dejaran a su aire. José Antonio intentó lucirse de capa para que 
le
dieran en el jaco lo suyo al de Zalduendo. Muleta en mano, el cigarrero 
no
quiso complicaciones y, tras meros detalles, fue a por la espada, con la
 que
dejó un pinchazo, una estocada y un descabello con el que despachó a su 
oponente
antes de ser silenciado. Una vuelta al ruedo tras petición de oreja dio 
ante el cuarto de la tarde tras un trasteo de detalles de regusto y 
estética cantados por La Ribera.
Pitado por la baja presentación fue el segundo, un toro que
además no tuvo clase ni fondo en su embestida, además de la evidente falta
de fortaleza que se acusaba conforme avanzaba la lidia. Quitó a ese toro Andrés
Roca Rey por chicuelinas y variedad en el remate antes de que Juli lo intentara
sin lucimiento muleta en mano. Silenciado resultó también ante un imposible quinto.
Chispa sin clase tuvo el tercero de Zalduendo en sus movimientos
durante toda la lidia, aprovechado por Roca Rey para dar todo de sí 
desde que
se abrió de capa. Quitó al toro por gaoneras para, con la muleta, 
levantar el
miedo del tendido por su cercanía a los pitones cada vez que llegaba el
muletazo. Mucha firmeza en los parones en los embroques finales mostró 
Andrés
para aguantar la exigencia de un toro desclasado. Las manoletinas 
finales, de
espanto, pusieron tras la estocada una oreja en la mano a pesar de la 
fuerte
petición de la segunda no otorgada por el palco presidencial. Otra oreja
 le cortó al cierraplaza tras la estocada de la tarde. Andrés permaneció
 firme ante un toro con movilidad y manejable al que exprimió al  máximo
 a base del valor que atesora su joven carrera. Tuvo, además, gusto para
 enlazar finales por bajo que enamoraron a La Ribera. Paseó el despojo 
entre el calor y el cariño de la afición riojana.FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Ribera, Logroño. Cuarta de la Feria de San Mateo. Corrida de toros.
Seis toros de Zalduendo.
José Antonio "Morante de la Puebla”, silencio y vuelta.
Julián López "El Juli”, silencio y silencio.
Andrés Roca Rey, oreja y oreja.
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