MATADORES
Antonio Ferrera es
el más castigado del escalafón, supera las 35 cornadas. Esta temporada
podía haber sido la suya más feliz, después del éxito en la Feria de
Abril, pero el 20 de junio, en Muro (Baleares), sufrió una grave
luxación que le sigue impidiendo volver a los ruedos.
Francisco Rivera Ordóñez
estaba retirado pero volvió a los ruedos esta temporada, para celebrar
sus 20 años de alternativa. En Huesca, el 10 de agosto, sufrió una gravísima cornada en la cavidad abdominal,
con dos trayectorias de 40 y 25 centímetros. (Muchos han señalado la
semejanza con la que causó la muerte de su padre, Paquirri, también al
llevar al toro hacia el caballo). Nueve días después, ya estaba en
Sevilla, en el nacimiento de su hija Carmen. No pudo torear pero sí
estuvo presente en la Goyesca de Ronda, que él organiza. No se sabe si
podrá reaparecer, como desea, dentro de esta temporada.
El malagueño Saúl Jiménez Fortes,
el único matador hijo de torero y torera, ha sufrido varios importantes
percances. El 14 de mayo, en Las Ventas, uno, gravísimo: el pitón entró por su cuello como un bisturí,
sin consecuencias irreparables. El 16 de agosto, en Vitigudino,
recibiendo al toro con verónicas de rodillas, sufrió una cornada en la
misma zona, con un tremendo traumatismo facial y cervical, que le tuvo
en la UVI 5 días. Ha manifestado su deseo de volver a los ruedos cuanto
antes.
Manuel Díaz, El Cordobés, sufrió fractura nasal el 27 de agosto en San Sebastián de los Reyes pero toreó dos días después, en Arenas de San Pedro.
López Simón, la gran revelación de la temporada, fue herido y triunfó en Las Ventas. El 10 de septiembre, en Albacete, sufrió una grave cornada en el muslo derecho,
con dos trayectorias, de 14 y 15 centímetros. Sin recuperarse del todo,
volvió a torear en la misma Plaza (y sufrió un nuevo percance) el día
17. Le esperan serios compromisos en Nimes, Sevilla y Madrid.
Miguel Ángel Perera,
una de las primeras figuras, sufrió una espectacularísima cogida el 15
de septiembre, en Salamanca: al recibir al toro con verónicas de
rodillas, lo prendió y lo arrojó al callejón, por encima de la barrera,
infiriéndole, en el vientre, dos muy graves cornadas, de las que se
recupera rápidamente. (Antes de los antibióticos, hubiera estado en muy
serio peligro).
Ya había concluído su faena José María Manzanares,
el 16 de septiembre, en Albacete pero, al descabellar, el toro le
volteó, causándole conmoción cerebral, con pérdida de la consciencia. Va
a reaparecer 4 días después, en Nimes.
Tanto o más que las heridas temen los toreros a las fracturas. Por este motivo han perdido varios festejos Cayetano (cogido el 8 de agosto, que ha reaparecido en la Goyesca de Ronda, el 5 de septiembre) y Alejandro Talavante, cogido en el campo, cuando entrenaba.
NOVILLEROS
Después de su triunfo en Bilbao, el peruano Roca Rey fue
cogido el 7 de septiembre, en Villaseca de la Sagra, al entrar a matar:
sufrió una cornada en el muslo de 18 centímetros y la fractura de un
dedo (ganó el trofeo del Alfarero de Oro). Ha pospuesto la necesaria
operación: con una férula, va a tomar la alternativa, en Nimes, el día
19.
El sevillano Pablo Aguado,
que había triunfado en Bayona el 6 de septiembre, fue herido el 16 en
Cadalso de los Vidrios: una cornada en la pierna izquierda, con dos
trayectorias, de 20 y 15 centímetros, que le partió el gemelo.
El salmantino Alejandro Marcos, herido en Casavieja el 25 de agosto, triunfó en su tierra el 11 y sufrió conmoción cerebral en Tordesillas, el 16.
De los novilleros sin caballos, han sufrido graves cornadas Alejandro Mora (el 21 de agosto, en Alba de Tormes) y Pedro Gallego, en Linares, el día 28.
BANDERILLEROS Y PICADORES
En Málaga, el 18 de agosto, el banderillero José María Amores, sufrió una cornada con varias trayectorias, de 35, 30 y 15 centímetros.
Otro hombre de plata, Agustín Serrano, en Salamanca, el 14 de septiembre, sufrió una grave cornada en el abdomen.
Los percances de los picadores son ahora menos frecuentes. Gran impresión causó el de Marcial Rodríguez, en Albacete, el 8 de septiembre: el toro lo desmontó y, en el suelo, le propinó una cornada en el muslo de 35 centímetros.
Estos son los hechos, sin ninguna retórica. El toro no es ese «pobrecito animal» que ven algunos sino uno de los más fieros y peligrosos
que existen. Dominar su fuerza bruta con inteligencia y estética es
algo que, la mayoría, no haríamos por todo el dinero del mundo. Por eso,
el pueblo español ha considerado siempre a los toreros como héroes.
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