Gesta y gesto del torero madrileño, que corta dos orejas a base de aplomo, colocación y convencimiento ante dos toros deslucidos
Íñigo Crespo
Tarde épica y de entrega total de López Simón, que consiguió salir por la puerta grande de Las Ventas por tercera vez esta temporada. El madrileño cortó una oreja de su primero, un toro deslucido que le asestó una cornada de la que tuvo que ser intervenido, otro trofeo paseó en el manso y rajado quinto -corrió turno y lidió quinto y sexto al estar siendo operado en la enfermería- y no tuvo opciones con el que cerraba plaza. Diego Urdiales, por su parte, poco pudo hacer ante un lote sin posibilidades.
López Simón sorteó por delante un toro rebrincado, desrazado y justo de fuerza. El de Barajas cuajó una faena de tremenda exposición, especialmente importante tras una tanda por el pitón derecho que hizo meter al público en la faena cuando la faena parecía no tomar vuelo. En una segunda serie sobre el pitón derecho fue cogio y herido en la parte posterior del muslo izquierdo, saliendo del trance con evidentes síntomas de dolor aunque sin sangrar. A partir de ahí la labor creció a base de actitud, amor propio, valor y quietud. Exprimió al toro lo poco que tenía. La faena tomó tintes de emotividad. Esfuerzo importante del madrileño, que mató de una buena estocada tras pinchazo y premiado con una oreja que recogió camino de la enfermería.
Soberbia actuación de López Simón en el quinto de la tarde. Salió el madrileño de la enfermería tras haber sido intervenido y lo hizo para torear con mucho convencimiento y decisión. El de Barajas se encontró un toro manso, rajado y descompuesto. Nunca fue metido en la muleta. Ante ese oponente, López Simón tiró de decisión, valor y colocación para meterlo en cintura. Lo consiguió. Hubo dos buenas series por el pitón derecho, con la figura muy vertical y corriendo bien la mano. Después, con el toro ya rajado en tablas, supo aprovechar las inercias. Todo con mucha verdad. Coronó la obra con una gran estocada en la suerte de recibir. Oreja con petición de la segunda.
El sexto se dislocó la mano derecha al inicio de la faena y López Simón tuvo que abreviar.
Diego Urdiales fue silenciado con un primer toro deslucido, de corto viaje y que embistió con la cara alta. El riojano lo lanceó con soltura de salida antes de una faena breve y que no pasó de meros esbozos. Anduvo desafortunado con la espada.
Su segundo fue un animal deslucido y que llevó la cara arriba. Urdiales anduvo mucho tiempo delante del toro en una labor de mucho tesón y empeño pero sin brillantez. Mató de una buena estocada y saludó una ovación. El quinto, que se jugó en cuarto lugar, fue devuelto por falta de fuerzas y en su lugar salió un sobrero de Valdefresno, muy bien presentado pero áspero en su embestida, que topaba más que embestía y que nunca se empleó en la muleta de un Diego Urdiales que porfió con él sin lucimiento. Lo mató con habilidad.
Madrid, viernes 2 de octubre de 2015. Toros de Puerto de San Lorenzo. El quinto, jugado como cuarto, devuelto. Y un sobrero de Valdefresno (4º bis), bien presentados, deslucidos, mansos y rebrincados. El sexto se lesiono. El segundo tuvo un fondo de nobleza. El quinto, decompuesto, acabó rajado. Diego Urdiales, silencio, ovación con saludos y silencio; López Simón, oreja, oreja y silencio. Entrada: Casi lleno. El público obligó a saludar a Diego Urdiales y López Simón antes de la salida del primer toro. Desde el Tendido 7 se desplegaron dos pancartas que rezaban: Libertad para nuestra cultura y Basta ya de prohibiciones taurinas ante la ovación del resto de la plaza.
López Simón sorteó por delante un toro rebrincado, desrazado y justo de fuerza. El de Barajas cuajó una faena de tremenda exposición, especialmente importante tras una tanda por el pitón derecho que hizo meter al público en la faena cuando la faena parecía no tomar vuelo. En una segunda serie sobre el pitón derecho fue cogio y herido en la parte posterior del muslo izquierdo, saliendo del trance con evidentes síntomas de dolor aunque sin sangrar. A partir de ahí la labor creció a base de actitud, amor propio, valor y quietud. Exprimió al toro lo poco que tenía. La faena tomó tintes de emotividad. Esfuerzo importante del madrileño, que mató de una buena estocada tras pinchazo y premiado con una oreja que recogió camino de la enfermería.
Soberbia actuación de López Simón en el quinto de la tarde. Salió el madrileño de la enfermería tras haber sido intervenido y lo hizo para torear con mucho convencimiento y decisión. El de Barajas se encontró un toro manso, rajado y descompuesto. Nunca fue metido en la muleta. Ante ese oponente, López Simón tiró de decisión, valor y colocación para meterlo en cintura. Lo consiguió. Hubo dos buenas series por el pitón derecho, con la figura muy vertical y corriendo bien la mano. Después, con el toro ya rajado en tablas, supo aprovechar las inercias. Todo con mucha verdad. Coronó la obra con una gran estocada en la suerte de recibir. Oreja con petición de la segunda.
El sexto se dislocó la mano derecha al inicio de la faena y López Simón tuvo que abreviar.
Diego Urdiales fue silenciado con un primer toro deslucido, de corto viaje y que embistió con la cara alta. El riojano lo lanceó con soltura de salida antes de una faena breve y que no pasó de meros esbozos. Anduvo desafortunado con la espada.
Su segundo fue un animal deslucido y que llevó la cara arriba. Urdiales anduvo mucho tiempo delante del toro en una labor de mucho tesón y empeño pero sin brillantez. Mató de una buena estocada y saludó una ovación. El quinto, que se jugó en cuarto lugar, fue devuelto por falta de fuerzas y en su lugar salió un sobrero de Valdefresno, muy bien presentado pero áspero en su embestida, que topaba más que embestía y que nunca se empleó en la muleta de un Diego Urdiales que porfió con él sin lucimiento. Lo mató con habilidad.
Madrid, viernes 2 de octubre de 2015. Toros de Puerto de San Lorenzo. El quinto, jugado como cuarto, devuelto. Y un sobrero de Valdefresno (4º bis), bien presentados, deslucidos, mansos y rebrincados. El sexto se lesiono. El segundo tuvo un fondo de nobleza. El quinto, decompuesto, acabó rajado. Diego Urdiales, silencio, ovación con saludos y silencio; López Simón, oreja, oreja y silencio. Entrada: Casi lleno. El público obligó a saludar a Diego Urdiales y López Simón antes de la salida del primer toro. Desde el Tendido 7 se desplegaron dos pancartas que rezaban: Libertad para nuestra cultura y Basta ya de prohibiciones taurinas ante la ovación del resto de la plaza.
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