Jesús Enrique Colombo y Manuel Vanegas a hombros en la Monumental 'Bernardo Valencia'.
-Fotografías de Aníbal Gª Soteldo-
"...Con
su personal estilo y distintas formas de concebir el toreo, han
brillado en todos sus novillos, con el bueno, con el malo y con el
regular, con capa, banderillas, muleta y espada –seis novillos, seis
estocadas- brindando un espectáculo memorable hasta su clamorosa salida a
hombros por la puerta grande..."
Colombo y Vanegas en una tarde memorable
Juan Lamarca
Valencia-Venezuela
La
expectación estaba justificada y Colombo y Vanegas respondieron a ella.
Gran tarde a pesar del escaso juego de los novillos de Campo Largo y
Laguna Blanca, solo uno de este hierro, segundo de Vanegas que mereció
la vuelta al ruedo, pero que la capacidad, disposición y entrega de los
ya ídolos venezolanos hicieron vibrar a las escasas cinco mil personas
que se reunieron en este monumental coso de la capital del estado de
Carabobo. El acoso a la Fiesta se nota y su nocivo efecto por el
abandono mediático y político, con una increíble e injusta prohibición
de entrada a la corrida de menores de 18 años hace estragos, pero a
pesar de ello no se puede evitar que el concurso de dos jóvenes que
ponen su vida al sacrificado servicio de sus sueños de ser toreros
prendan la mecha del orgullo de muchos venezolanos –que en el futuro
serán legión, ya lo veremos sin duda- y colaboren con ello a la
recuperación de la autoestima que merece este humillado pueblo de
Venezuela por un Régimen comunista atroz que tiene sumida a la Nación en
una crisis institucional, social, económica y política, es decir una
auténtica ruina, y que lógicamente el toro paga también sus
consecuencias. Es por ello que le mente de la población y muy
especialmente la Venezuela decente ansía en que las elecciones del
próximo 6 de Diciembre sea el toque de clarín para que se abra el portón
de la esperanza a una nueva era de recuperación de libertades y con
ello el ejercicio político democrático que haga renacer a este gran
país, y con ello el respeto a la tauromaquia.
Pues en
estas adversas circunstancias todavía queda algún romántico empresario
como el matador Erick Cortés y su 'Agrocasta' que le echa valor -más
necesario ahora que ante la cara del toro- y se la juega organizando
este importnatísimo festejo. Encomiable tarea que merece el
reconocimiento de la afición.
Jesús Enrique Colombo
Y como no,
también resulta digno de admiración y gratitud que estos dos novilleros
del Táchira hayan venido a dar la cara desde España, tras sus sonados
triunfos, conscientes de la trascendencia del momento y entregarse de la
forma que lo han hecho desde el principio al fin. Ambos Con su personal
estilo y distintas formas de concebir el toreo, han brillado en todos
sus novillos, con el bueno, con el malo y con el regular, con capa,
banderillas, muleta y espada –seis novillos, seis estocadas- brindando
un espectáculo memorable hasta su clamorosa salida a hombros por la
puerta grande.
Manuel Vanegas
La carga
escénica ofrecida por Colombo y Vanegas ha llenado ese gigantesco
escenario de la monumental “Bernardo Valencia”, donde el asombroso
oficio mostrado, dada su juventud, ha sido fundamental para desplegar
las dotes de conocimiento, técnica y valor que los presentan con una
madurez profesional sorprendente. El sueño se va haciendo realidad, y la
esperanza para un futuro esplendoroso para el toreo venezolano se ha
afianzado este 29 de Noviembre gracias a estos dos jóvenes y ejemplares
toreros, Jesús Enrique Colombo y Manuel Vanegas. Y así será en esta
tierra que aún evoca figuras relumbrantes, desde el Diamante Negro hasta
Morenito de Maracay, pasando, por la gloriosa dinastía de los Girón, y
que también sabe adoptar como propia la también dinástica familia torera
de Bienvenida. Pues sí señor, una admirable y entusiasta afición donde
el noble factor humano del venezolano adobado con natural sentido de amistad y caballerosidad imprimen huella indeleble de entrañable afecto y gratitud.
¡Suerte…! Que para todo hace falta y más para el toreo.
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