Una corrida con muy desigual identidad y la devolución del segundo con un pitón sospechoso fue punto nefasto en la Feria; una oreja paseó Ponce tras una estocada que hizo guardia
Dos toros de Ernesto Gutiérrez remendaban a última hora el encierro de Enresto González para esta noche en Cañaveralejo. Hacían a las cuatro de la tarde en punto el paseíllo Enrique Ponce, Sebastián Castella y Paco Perlaza.
Suelto salía el primer santacolomeño sin encelarse en el capote de Enrique Ponce, que intentó dárselos despacio. Manolo Quinta lo picó sin demasía. En la faena de muleta Enrique nunca violentó al toro, exprimiéndolo a base de temple y dulzura ante el paso del toro, sin decir nada. Sepultó el acero en una estocada cuasi perfecta para escuchar finalmente palmas.
Con una larga cambiada y luego por delantales bajando mucho las manos recibió Paco Perlaza al segundo del encierro de González Caicedo, finalmente devuelto por partirse un pitón, y ponerse todo el público en contra por la penosa presentación que tenía el asatado. Un sobrero de Ernesto Gutiérrez salió en segundo lugar bis, un toro que debió entender ya cuidándolo mucho en los toques de salida. Tras el encuentro con el jaco y otro gran par de Raúl Morales, en la faena de muleta debió imponerse a base de toques fuertes y espacios entre muletazos, perdiendo pasos para poder hilvanar las tandas. Debió darle tiempo también para enhilar las tandas al natural antes de dejar un estoconazo recibiendo, fallando en seis ocasiones con el descabello. Brindó su toro a José María Manzanares.
"Rubiales”, de 446 kilos y mucho mejor hecho que sus dos hermanos anteriores, cornivuelto, cárdeno oscuro y con una salida bonita correteando por el albero, hizo el tercero de la tarde. Lo saludó Sebastián Castella parándose en firme a la verónica mientras tomaba bien el vuelo del capote el astado de González. Cuatro muletazos por arriba ayudándose le valieron para iniciar su faena al francés, siempre firme. Se sucedieron los muletazos con temple pero sin terminar de romper en los tendidos por la brisa que se levantó en el ecuador muleteril. Pinchó en el primer encuentro con la tizona para, a la segunda enterrar el acero y con el descabello acertar al primer intento.
Al cuarto lo machacó Luis Viloria en el caballo, pareciendo despabilarse con las garapuyas. Una vez que se le daba el lance con el capote había que perderle muchísimos pasos, algo que evidenció en el inicio muleteril del torero de Chiva.Muchísimo temple le imprimió en dos tandas rematadas con dos trincherazos que, técnicamente, fueron un portento, Poco a poco fue consistiendo a un toro con una gran bondad, dejándole la muleta en su cara en todo momento, sin violentarlo y llevándolo al ritmo que sólo él quería. El viento molestó también a partir de este momento, quedando Enrique ya con el trasto mojado dueño de la situación, dando siempre medio pecho al frente en los muletazos, acompañando y quedándose colocado tras el embroque. Con la poncina remató su labor para dejar una estocada que hizo guardia. A pesar de esa estocada, sorpresivamente el palco concedió el trofeo.
Cornidelantero y cárdeno bragado era el quinto, más alto que sus hermanos anteriores. Medio par dejó Ricardo Santana, colocando el segundo Emerson Pineda. No tuvo opción alguna muleta en mano, por lo que acortó dejando un espadazo final, sepultando el acero de forma efectiva.
De 510 kilos era el cierraplaza, de Ernesto Gutiérrez Arango, de nombre "Aparcero” que le correspondía a Sebastián Castella, lavado de cara. Por chicuelinas en el centro del anillo lo llevó el de Béziers, muy encima de los pitones del toro queriendo agradar a los tendidos de Cañaveralejo. Se cambió por la espalda la muleta Castella en el inicio muleteril, en un comienzo que conectó pronto con los tendidos. A partir de ese momento fue hilvanando faena ante un toro sin clase ni fuerza, debiendo levantar el viaje el francés. Una estocada final puso fin al encierro.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Cañaveralejo, Cali, Colombia. Quinta de la Feria del Señor de los Cristales. Corrida de toros.
Dos toros de Ernesto Gutiérrez y cuatro de Ernesto González.
Enrique Ponce, palmas y oreja.
Paco Perlaza, palmas y silencio.
Sebastián Castella, palmas y palmas.
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