Ser novillero en México resulta en
la actualidad tener el papel de un títere en muchos de los casos, que
desde empresarios hasta propios apoderados pasando por organismos
taurinos, se mofan y aprovechan de los chavos con ilusiones para obtener
un beneficio propio acorde a sus intereses sin importar la carrera de
cada uno de estos novilleros que culmina en cualquier parte menos en la
gloria del toreo.
Estadísticamente los festejos
novilleriles se ven ostensiblemente con menos oportunidad de
realización, siendo eventos que, a diferencia de una corrida de toros,
al empresario le deja menos en lo económico. Tan sólo el año anterior,
según datos de altoromexico.com, 11 matadores de toros lidiaron al menos en 20 tardes, en tanto sólo los novilleros Jesús Sotomayor y Paola San Román tuvieron al menos las mismas 20 tardes, la desproporción es grande.
Sumando a la baja oportunidad de las
jóvenes promesas del toreo, aparecen organismos que con fines políticos
más allá de buscar un bien común de la fiesta, debutan novilleros con
muy poca experiencia en los ruedos con tal de llenar una papeleta o un
informe para “demostrar” que estos organismos taurinos si “le hacen un bien a la fiesta”, cuando lo único que hacen es regar toreros por doquier.
A finales del año pasado, el tlaxcalteca
Alejandro Lima “El Mojito” tenía apenas 16 actuaciones como novillero en
suelo mexicano (datos de altoromexico.com)
y sin deber ni temerla a alguien o algunas personas decidieron que era
tiempo de que tomara la alternativa, ¡cómo se atreven! Ni el mismo
prodigio niño torero que era Julián López “El Juli” (alrededor
de 140 novilladas en México y España) le apresuraron un debut
profesional, en cambio llevó todo un proceso necesario y medido para las
circunstancias que su toreo le demandaba (datos de eljuli.com).
En alguna conferencia en Huamantla, el
matador Jerónimo mencionaba que alrededor de 80 novilladas tuvo que
sortear antes de tomar la alternativa, ahora con menos de 10, ¡ya se
otorgan alternativas! Si, no es un error lo que usted lee. Tal caso
ocurrió apenas con el ya matador por “ley” Carlos Fuentes que en 9 años lidió en 9 festejos novilleriles (datos de altormexico.com) y ahora hace unas semanas se doctoró en la materia.
Este último caso, no es más que una desfachatez del Instituto Tlaxcalteca del Desarrollo Taurino,
que con tal de justificar trabajo en base a resultados como “x” número
de alternativas sin importar el fondo ni las consecuencias de donde van a
quedar todos estos debuts prematuros.
Y los apoderados de los novilleros
también tienen su grado de responsabilidad al permitir que sus pupilos
sean exhibidos en muchas ocasiones por las carencias técnicas o de
concepto que aún falta por desarrollar en la etapa de novillero. Y de
igual modo, figuras como Eulalio López “El Zotoluco”
que se presta a este tipo de acuerdos al más puro estilo del viejo Oeste
donde los cuatreros se reparten la bolsa sin importar cuántos y quiénes
son los afectados por ese botín que parece ser lo único importante de
esto.
Si queremos una fiesta brava con mayor
calidad y más profesional en todos sentidos, hay que empezar por hacer
mejor las cosas, dejando de economizar y politizar a favor de los
interese propios de cada uno, tirando la fiesta de los toros a la suerte de los jóvenes que son engañados y los hacen sentir y creer algo que pueden llegar a ser pero que todavía no son.
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