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domingo, 6 de marzo de 2016

Críticas y Acosos Taurinos


Rubén Márquez
Leyendo algunas críticas taurinas recientes, ha resurgido mi interés de hacer algunas observaciones al respecto.
La crítica es provechosa, depende como se haga. Algunas críticas lejos de aupar y beneficiar la fiesta ahuyentan a creyentes y no creyentes, algunos comentarios machacones en vez de sumar restan. Se deben hacer las críticas oportunas y apropiadas, que logren sin mucho ruido el efecto verdadero para corregir lo enmendable, las opiniones mediáticas altisonantes les sirven de vehículo a los antagonistas, enrarecen el ambiente y fortalecen la posición de los adversarios.  La crítica debe estar balanceada con lo positivo, los juicios que revelen errores y fracasos de algunos espectáculos, también deben subrayar los aciertos y tener el necesario ingrediente de cortesía y solidaridad. La mayoría de las críticas provienen de taurinos que gozan de cierto reconocimiento, unas valiosas y beneficiosas, otras tratan de marchitar el espectáculo objeto de nuestra afición, ambas críticas están impregnadas de buena fe pero con resultados distintos. Creo que en la actualidad, hostigados por corrientes adversas acechando para pescar en rio revuelto, no es saludable el acoso y derribo de la fiesta practicado por sus mismos defensores.

La Fiesta brava es belleza, arte, cultura, un arcoíris de colores y tonalidades variopintas, cada aficionado tiene su propia interpretación, depende del cristal con que se mire y de la vara con que se mida. Las corridas de toros tienen cada día más enemigos y detractores, los taurinos debemos compensar estas adversidades con fraternidad y apoyo que realce lo positivo antes que lo negativo.  Algunas veces los propios taurinos tenemos la propensión de magnificar lo perjudicial en detrimento de lo fructífero, sin tomar en cuenta algunas veces el origen y exégesis de los problemas, siempre es saludable sopesar las causas y los efectos, comprobar en profundidad el pro y el contra. 

Las ganaderías en Venezuela no han estado al nivel de las españolas, mexicanas, colombianas y peruanas, ahora menos que nunca, pues la moneda nacional no tiene ni remotamente el otrora alto valor de cambio, que permitió a algunos ganaderos traer sementales y vaquillas del exterior que mejoraron la cabaña brava nacional. Esto fue posibles gracias también al apoyo de los entes oficiales, pero todo ha sufrido un terrible deterioro y tenemos que estar conscientes de tan cruda realidad. 

Lo que hemos visto en los últimos años en nuestro país, tiene de todo un poco; en primer lugar no deja de causar cierta satisfacción que a pesar de los ataques del oficialismo y de los grupúsculos anti taurinos, todavía se logre celebran corridas de toros en Venezuela, con buenas figuras, con precios accesibles y a veces con toros de buen trapío y bravura. Los criadores aún mantienen sus ganaderías a pesar de lo cada vez menos rentable del negocio. Varias ferias tampoco han tenido el esperado éxito económico por la poca asistencia y por los altos costos de los carteles, no obstante continuamos manteniendo la posibilidad de disfrutar del espectáculo sin necesidad de viajar a la Madre Patria, a México, Perú o Colombia. En muchas corridas es evidente la desmejora explicable del toro doméstico, sin embargo todavía podemos contar con la existencia razonable de toros locales con casta y bravura, también hemos tenido la oportunidad de disfrutar faenas con toros importados de Colombia y en las FISS del 2014 y 2015 con españoles, Miuras, Torrestrella y Victorinos. Este año en la FISS tuvimos un encierro de tronío, de la ganadería colombiana de Dayro Chica, encaste de Baltazar Iban de origen Murube, con peso, trapío, bravura, nobleza y casta. En Mérida apreciamos y valoramos cosas importantes, llenos hasta la bandera, tendidos abarrotados de noveles aficionados, buenas faenas, especialmente las dos del Maestro Enrique Ponce, toros de Los Ramírez con deficiente trapío pero encastados, un toro de Los Aranguez de excepcionales cualidades. En Valencia vimos en noviembre pasado un Mano a Mano de altos quilates con nuestros coterráneos Colombo y Vanegas con novillos potables. 

No todo es malo, no todo es lo mismo, por supuesto que debemos mejorar cada día. 

Adelante las buenas y acertadas críticas. Honra a quien se preocupa por la fiesta, la defiende y la realza con sus comentarios constructivos, es un deber de todo creyente. 

Lamentablemente, a veces, la peor cuña es la del mismo palo.

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